Especiales Semana

MEJOR COLOR

La recuperación de la economía mundial y la devaluación podrían ayudar a las textileras.

22 de mayo de 1995

CONTRABANDO, dumping y apertura económica fueron algo así como tres colores que se mezclan en la peor de las telas que ha salido al mercado para el sector textil colombiano. Las empresas terminaron por consumirse en una de las más difíciles crisis durante los últimos cuatro años y sólo ahora comienzan a cambiar los tonos del cuadro.
"Tuvimos que mejorar la competitividad y aprender a predecir las tendencias para lanzar los productos que el cliente está esperando. Dejamos de trabajar sobre pedidos para comenzar a lanzar productos propios mucho más elaborados. Adicionalmente optamos por racionalizar costos", le dijo a SEMANA el presidente de Fabricato, Jorge Restrepo. De hecho, la empresa salió el año pasado de unos 400 empleados lo que significó indemnizaciones por 2.500 millones de pesos. Sin embargo, esa no es una situación exclusiva de la compañía, pues el nivel de empleo del sector ha caído 3,3 por ciento en los últimos tres años.
Fabricato logró una recuperación importante el año pasado, con un crecimiento en las utilidades del 80 por ciento, las cuales sumaron 1.326 millones de pesos. Sin embargo, tiene aún una carga financiera considerable, pues hace dos años decidió invertir 28.000 millones de pesos en equipos para modernizar la planta. El problema es que lo hizo con base en los anuncios de que la apertura económica se haría gradualmente, cuando en realidad pasó lo contrario. Para este año la compañía recibió la autorización de la asamblea de accionistas para emitir acciones hasta por 15.000 millones de pesos, lo cual le ayudaría a conseguir recursos. Así mismo, tiene entre sus planes modificar la estructura de financiamiento, para aumentar el endeudamiento a largo plazo.

DEMASIADAS TELAS
La industria textil participa con el 13,7 por ciento del valor agregado manufacturero y el 2,7 por ciento del Producto Interno Bruto -PIB- según un análisis realizado por Corredores Asociados. Las empresas más grandes son Fabricato y Coltejer, que poseen el 55,9 por ciento del total de los activos del sector. Pese a su importancia, la producción de la industria ha venido de capa caída desde 1993, lo mismo que las ventas, que entre enero y septiembre del año pasado cayeron en 2,0 por ciento.
La situación, sin embargo, no sólo ha sido grave para los colombianos sino que se ha extendido por todo el mundo. El comercio internacional de textiles, por ejemplo, está creciendo a tasas del 2,3 por ciento anual mientras que en la década de los años 80 lo hizo a un ritmo del 6,5 por ciento. Todo se debió a una crisis de demanda, la cual se vio agravada por el surgimiento de nuevos proveedores, como los países de la antigua Unión Soviética y la China, que tenían una gran acumulación de inventarios la cual decidieron 'solucionar' a toda costa, aun con prácticas desleales de comercio. Una proporción considerable de dichas telas llegó a Colombia, hasta que el gobierno les colocó a los textiles chinos un arancel adicional del 40 por ciento, como forma de proteger la industria nacional.
Para acabar de completar el oscuro panorama, las importaciones tanto de materias primas como de productos terminados se dispararon en los últimos años, en tanto que las exportaciones estuvieron prácticamente estancadas, según el análisis de Corredores Asociados, con excepción de las que iban para Venezuela -antes de 1994- y Ecuador.
El color del cuadro, sin embargo, parece al fin cambiar hacia un tono más favorable para la industria. "Los países industrializados se han recuperado, lo que va a dinamizar la demanda; los inventarios han disminuido, los precios han mejorado y Colombia ha iniciado una tendencia hacia la devaluación. Faltan medidas más claras para combatir el contrabando físico, aunque el gobierno ha anunciado una estrategia en tal sentido", dice el presidente de Fabricato. Y si las condiciones cambian, los textileros tendrán a quién venderle los colores y diseños que se han inventado para tratar de recuperar el mercado que perdieron por la competencia internacional, legal o ilegal, que se disparó en los últimos años.