Especiales Semana

MESA Y LICORES

30 de diciembre de 1991

EL IMPERIO DEL CAFE
DESPUES DEL AGUA, EL CAFE ES LA BEBIDA más apetecida del planeta. Arabes, chinos, australianos, austriacos, franceses, alemanes, etíopes, namibianos, argentinos, haitianos. Todas las culturas del mundo han preparado revoluciones, rebeliones, diálogos y tratados al lado de una buena taza de café. Es más, la bebida ha acompañado los desvelos de muchos hombres.
Puede afirmarse que el café es testigo de alegrias, temores y pensamientos del hombre en soledad. Y también puede señalarse que ha sido protagonista de disputas y reconciliaciones entre los seres humanos. Es más, alrededor de una buena taza de café nació la conocida idea de la tertulia que en últimas es la excusa de una charla para reunirse alrededor de la bebida.
Pero el café además, en sí mismo es una cultura. Puede hablarse de la cultura del café así como muchos historiadores y sociólogos en Colombia hablan de la cultura del maíz, con la abismal diferencia de que el café es un idioma universal. Y la tendencia no es nada nueva. Desde su descubrimiento en la región de Abisinia el hombre no ha podido resistir el aroma de la bebida. Y es que el producto está ligado al desarrollo del hombre. No ha existido una sola cultura que carezca de la presencia del grano en sus cocinas. Allí entre ensayos y errores los asiáticos, los europeos y después los americanos aprendieron a preparar la bebida universal.
De color poco provocativo, sabor amargo y con propiedades desveladoras, paradójicamente el café se consolidó en las mesas como un producto de primera necesidad. Y su llegada fue tan imponente que ahora no se puede concebir un desayuno sin café. Es más para algunas personas sin la bebida el desayuno no es desayuno.
Pero su preparación no sólo se limita a las primeras horas del día. Empresas industriales, periódicos, teatros, compañías aseguradoras, hospitales, restaurantes, hoteles y hasta las entradas de los aeropuertos están equipadas de un lugar preciso para hacer café durante todo el día. Y la tendencia es tal, que ni siquiera el boom de las gaseosas ha logrado desbancar al café.
El grano se ha constituido no sólo en bebida sino en una manera de saborear la vida mientras se trabaja, se habla, se pacta, se discute o se piensa. Por eso, muchos empresarios, artistas y escritores aseguran que como el perro, el café es el mejor compañero del hombre.
Silencioso y humeante, el café observa cada paso que el hombre da en su diario vivir. Mide las complicaciones del día en tazas bebidas y conoce el más diminuto problema que perturba la tranquilidad del hombre.
Pero el café también acompaña al hombre en las escaladas más difíciles. Y es precisamente allí donde se consolida el éxito de la bebida. Mientras los deportistas colombianos pelean hombro a hombro la victoria en las competencias ciclísticas europeas, el café conquista las más duras escaladas en los paladares del Viejo Continente.
Sin duda alguna, la imagen del café parisiense o la del café vienes, entre otros, han colaborado a consolidar la imagen de la bebida en el mundo. El hecho de sentarse un atardecer a charlar con los amigos en una calle bohemia de la ciudad austriaca, mientras se disfruta cualquiera de las 50 recetas de café que preparan los establecimientos vieneses, representa un elemento importante en la cultura universal del café. Y esta cultura está apoyada por la imaginación del hombre para preparar cuantas recetas cafeteras cruzan por su mente.

La flexibilidad del café
Y es que ningún producto en el mundo posee la flexibilidad del café. Tan fácil es preparar la bebida como inventar nuevos platos a base del grano.
Postres, cocteles, licores, platos fuertes y hasta dulces de café han deleitado los paladares más exigentes del planeta. Por eso, recoger tantas fórmulas,t antas historias, tantas anécdotas cafeteras es casi una misión imposible.
Sin embargo, miles de recetas han dado la vuelta al mundo para garantizar a los consumidores finales la diversidad de platos a base de café.
Mientras el algunos países el consumo del grano es tan sencillo que únicamente se ingiere como bebida, en otras regiones del planeta el café adquiere los mil y un rostros alimenticios.
La tecnificación en la preparación del producto ha llegado a tal grado que el universo del café aparece en todos los recetarios del mundo, en todos los idiomas y en todas las formas de preparación: líquida sólida, dulce o salada.
En Colombia, la Federación Nacional de Cafeteros en su afán por velar por la calidad del café que se produce en el país y la bebida que se consume, creó el Centro de Preparación de Café cuyo plan institucional es el Círculo de la Taza de Oro.
Dicho programa tiene como objetivos capacitar, evaluar y controlar de manera constante, al personal preparador de la bebida para garantizar una excelente calidad en los establecimientos vinculados al Círculo.
Continuamente el programa permanece al tanto de nuevas recetas de café. Y el resultado no es nada despreciable. Se han encontrado infinidad de cocteles, platos y postres que tienen como base la mayor dosis de sabor y todos con un común denominador: el café. Licores y recetas que resultan la más apetecible solución para aprovechar en las novenas y festividades navideñas, entregando a las cenas de fin de año el sabor y el aroma de la bebida de mayor consumo en el mundo.-