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Muy popular

La encuesta contratada por SEMANA a Invamer Gallup muestra que la alcaldía actual va bien, aunque hay síntomas de polarización entre los bogotanos.

5 de diciembre de 2004

Aunque muy seguramente no estará en las próximas elecciones, sólo hay una persona que en Bogotá le gana al presidente Álvaro Uribe Vélez en las encuestas de popularidad: el alcalde Luis Eduardo Garzón, quien entre abril y noviembre de este año logró aumentar 11 puntos en la aceptación de su mandato.

Según la encuesta de Invamer Gallup, contratada en exclusiva por SEMANA, el 68 por ciento de los encuestados aprobó la forma como el alcalde está desarrollando su labor en la alcaldía, frente al 57 por ciento que lo hacía en abril de este año. Aunque con un crecimiento muy pequeño, el porcentaje de personas que lo desaprueban también creció, al pasar de 23 por ciento en abril al 26 por ciento en noviembre, mientras que el de encuestados indecisos o sin opiniones cayó del 20 al 6 por ciento.

De la encuesta se puede concluir que los bogotanos ya están tomando partido y que Garzón tiene un apoyo impresionante en las clases bajas. El 75 por ciento de los encuestados de los estratos bajos y el 67 por ciento de la clase media respaldaron las gestiones del alcalde, mientras que en las clases media alta y alta las cosas cambiaron, pues menos de la mitad (47 por ciento) está de acuerdo con su gestión frente a 51 por ciento que lo desaprueba.

Esto demuestra que Garzón es un alcalde de índole popular que mantiene la credibilidad de su gestión en su figura y sus palabras, sin que aún sus acciones y obras de gobierno empiecen a ser determinantes en la opinión general de los bogotanos. En promedio, el 82 por ciento cree que Lucho es amigo del pueblo, gran trabajador (78,2 por ciento), honesto (77,6 por ciento) y buen líder (74 por ciento), y en menor medida buen administrador (62 por ciento) y efectivo a la hora de nombrar buenos colaboradores (59 por ciento).

Al calificar los temas sociales, los encuestados le dieron el mejor puntaje (3,5 sobre 5) al programa Bogotá sin Hambre y la asistencia a los pobres y necesitados, mientras que se rajó con 2,6 en la generación de empleo, a pesar de que reconocen que es uno de los temas que ha mejorado en el último año.

La ciudad ha tenido una leve tendencia a polarizarse. Mientras el apoyo de las clases populares es abrumador, también tiene un grupo importante en el estrato alto que lo critica. Esto, porque mientras que para los más desfavorecidos la prioridad son los temas sociales, para las personas de estratos altos lo son la reaparición de los vendedores ambulantes, el manejo del espacio público, la recuperación de la malla vial y la congestión del tránsito.

Otros datos de la encuesta muestran que la mitad de las personas creen que las cosas en la capital están mejorando y 56 por ciento piensa que mejorarán en los próximos 12 meses, mientras que el 29 por ciento respondió que están empeorando. El 61 por ciento dijo no conocer o haber oído nada del plan de desarrollo, el 45 por ciento consideró regular el gabinete del alcalde, y el 76 por ciento opina que Lucho es muy, o algo, independiente frente al Concejo de Bogotá.

Por ahora Lucho termina su primer año con la popularidad más alta de que las últimas administraciones de Antanas Mockus y Enrique Peñalosa. Ojalá sepa gastarla, como dijo una vez el presidente César Gaviria, refiriéndose al beneficio de la popularidad, para transformar y dejar su huella positiva en la historia de la ciudad.