Especiales Semana

NO TODO ES GANANCIA

Los más grandes grupos económicos del país y varias entidades financieras internacionales se metieron de lleno en 1994 en un negocio lleno de posibilidades: el de las pensiones.

22 de mayo de 1995

COMO ERA DE ESPErarse, las sociedades administradoras de fondos de pensiones celebran su primer cumpleaños con pérdidas en sus balances. Y es que las altas inversiones en computadores, publicidad, montaje de oficinas y fuerza de ventas, necesarias para arrancar en uno de los negocios que mayores expectativas ha generado en los últimos años y además competir con el Instituto de Seguros Sociales -ISS-, no daban para menos. Incluso, se espera que las ganancias sólo se asomen durante el tercer año de operaciones.
Pero el saldo en rojo no fue el único recuerdo que les dejó el primer año a las ocho sociedades que desde abril de 1994 se metieron en la competencia por pensionar a los colombianos. Además, no afecta a los afiliados pues se trata del dinero de la sociedad administradora y no del fondo, cuyas arcas están llenas con los aportes de los afiliados y además están cubiertas contra todo riesgo por el Fondo de Garantías de Instituciones Financieras -Fogafin-. En los primeros meses de lucha los fondos superaron los 1,1 millones de afiliados según datos de febrero de este año y llegaron a manejar 53.175 millones de pesos.
La gran mayoría de conquistas hechas por los fondos han sido de personas con menos de dos salarios mínimos, donde está el 84 por ciento de los afiliados, y menores de 34 años, grupo al que pertenecen el 84 por ciento de los clientes. Al parecer, han logrado mejores resultados con los hombres que con las mujeres, pues éstas son apenas el 37 por ciento de las personas que optaron por el sistema privado de pensiones.
Sin importar de dónde o cómo sean los clientes del nuevo negocio, lo cierto es que los fondos protagonizaron a lo largo de 1994 una de las más grandes 'pujas' publicitarias de las que se tenga memoria en el sector financiero colombiano, con la idea de acumular el mayor número posible de afiliados y recursos. No era para menos, pues todos quieren tener el mayor pedazo de una torta que podrá manejar 2,4 billones de pesos de hoy a finales de la década, según los cálculos oficiales, que equivaldrían a cerca del 7,0 por ciento del PIB de entonces.
De ahí que los más grandes grupos económicos del país se hayan metido en el negocio, lo mismo que varias entidades financieras internacionales. Se trata de Santo Domingo, la chilena Cruz Blanca y el norteamericano Citibank, con Colfondos; Sarmiento Angulo y Provida, que es el más grande de Chile, con Porvenir, el Sindicato Antioqueño con Protección; Ardila Lulle, Gilinski, Diners, Ganadero y Granahorrar con Horizonte; el Grupo Social de los jesuitas; Skandia, Compensar, Corredores Asociados y los bancos Anglo Colombiano, Unión y de Crédito con Pensionar (que arrancó este año); así como el sector cooperativo con Invertir y las entidades Colpatria y Davivir.
Los resultados de tanta publicidad son uno de los regalos de cumpleaños que recibieron los fondos en su primer año de vida: sus nombres ya son familiares para los colombianos, quienes al menos una vez han visto pasar por su cabeza la pregunta de si es mejor quedarse en el ISS o cambiarse de sistema, después de tener apenas una alternativa para pensionarse.
Pero no sólo los fondos han celebrado el primer cumpleaños del negocio privado de pensiones. El mercado de valores también lo ha hecho, pues le apareció un cliente que con sólo 12 meses de vida ya se convirtió el cuarto inversionista institucional, y eso que sus recursos aún no dan para hacer lo que hicieron en Chile: dinamizar el mercado de capitales hasta convertirlo en uno de los más importantes de América Latina. En pocos años el negocio de las pensiones será como una bola de nieve, que a medida que coloca sus cuantiosos recursos para obtener los mejores rendimientos va moviendo las bolsas de valores y agiliza entonces toda la economía.
Las cosas van por buen camino, aunque aún nadie se atreve a responder si la privatización de las pensiones colmó tantas expectativas. La pregunta sólo comenzará a ser resuelta el día en que un fondo entregue su primera mesada pensional, y además dependerá de cosas tan inciertas como el comportamiento de la economía y el nivel de las tasas de interés, así como del ingreso que haya tenido el trabajador durante toda su vída, su capacidad para hacer aportes adicionales, el tiempo que duró empleado y muchas otras que irá diciendo la evolución de un sistema que aún está en pañales.-