Especiales Semana

Operación retorno

La recuperación definitiva del centro de Bogotá llegará el día en que vuelva a ser habitado. El Plan Zonal del Centro busca devolverle su dignidad perdida.

5 de diciembre de 2004

El 9 de abril de 1948 Bogotá fue pasto de las llamas y a partir de ese día el centro de la capital, que se había distinguido por ser el corazón de la vida nacional, empezó a morir. Las familias más pudientes abandonaron sus grandes casas para irse a vivir a zonas periféricas como Teusaquillo y rurales como Chapinero, y barrios elegantes y de gran valor histórico como Santa Inés se transformaron en verdaderas ollas de delincuencia y drogadicción. Este primer éxodo de habitantes del centro hacia los suburbios es una constante que se ha seguido repitiendo en los últimos 55 años.

Pero el centro empezó a renacer a finales de los años 80. Primero fueron los tímidos intentos sin continuidad que se llevaron a cabo en 1988 con motivo de la celebración de los 450 años de Bogotá. A partir de la segunda mitad de la década de los 90 los bogotanos comenzaron a ver grandes obras para mejorar el deteriorado espacio público de la capital, reforzadas por campañas de cultura ciudadana que revivieron el sentido de pertenencia de los bogotanos por su patrimonio urbanístico. Ir al centro ya se ha vuelto plan obligado, y miles de los que antes le huían por miedo a un eventual raponazo ahora recorren sus calles.

Sin embargo, cuando cae la noche toda esta magia desaparece. El centro se desocupa y se vuelve un escenario hostil. Para devolverle la vida hacía falta una intervención todavía más arriesgada que invitara a los bogotanos no sólo a visitarlo sino a habitarlo. Durante la administración del alcalde Antanas Mockus se contrató una de las firmas de urbanismo más reconocidas en el mundo: Idom, de España. Entre los logros más sobresalientes de esta firma está la recuperación de Bilbao. De su propuesta urbana nació la idea de la construcción del famosísimo museo Guggenheim del arquitecto Frank Gehry.

Con esta carta de presentación llegaron los españoles. A cargo de la arquitecta Katya González Ripoll, directora de la Empresa de Renovación Urbana del Distrito, se comenzó un trabajo interdisciplinario que partió con la delimitación del área de intervención. Esta zona comprende 1.850 hectáreas ubicadas entre las calles sexta y 39 y desde los cerros orientales hasta la carrera 30. Tras meses de trabajo en asocio con reconocidos urbanistas colombianos se realizaron diagnósticos y conclusiones en aspectos ambientales, sociales, viales, arquitectónicos y de servicios. A partir de esta información se acaban de conocer las primeras propuestas.

Con la construcción de la Fase III de TransMilenio, que atravesará el centro por la carrera 10 hasta la calle 26 y después continuará por la carrera séptima, los urbanistas han propuesto la peatonalización de las carreras cuarta y séptima entre las calles 19 y 26. A lo largo de este recorrido se encontrarán cafés, comercio, ciclorrutas, plazoletas y parques. Uno de los proyectos más importantes en este eje será la construcción de la manzana del teatro Jorge Eliécer Gaitán.

La recuperación del espacio público incluirá una alameda cultural que conectará el Museo de Arte Moderno con el Planetario Distrital, el Museo Nacional y el Parque Nacional. Todo esto se complementará con la recuperación de las plazas, conectadas entre sí con las principales universidades del sector a través de una nueva red de ciclorrutas.

Sin embargo, la mayor preocupación de los urbanistas tiene que ver con la ausencia de vivienda en el sector. En la actualidad se calcula que sólo cerca de 200.000 personas viven en el Centro y este esfuerzo puede perderse si el sector privado no invierte con la construcción de vivienda de diferentes estratos. Para esto el Plan Zonal del Centro prevé una estrategia de marketing para comercializar la propuesta entre compradores e inversionistas.

Dentro de las zonas destinadas para vivienda se encuentra el barrio San Bernardo, que rodea el Parque Tercer Milenio, Paloquemao, La Macarena, Bosque Izquierdo y Las Cruces. En el barrio San Bernardo también se construirá el Centro Internacional de la Salud.

Muchos estudios se han hecho en este sentido, pero sólo hasta hoy Bogotá tiene la posibilidad de recuperar su pasado. El principal orgullo de las ciudades con mejor calidad de vida del mundo son sus centros históricos. Ojalá que en Bogotá muy pronto suceda lo mismo y que cuando un extranjero la visite pueda conocer la historia del país a través de la arquitectura de la ciudad, y no tenga que conformarse con utilizar su tiempo libre en un frío centro comercial.