Especiales Semana

OSCAR "NO OFICIAL"

Por primera vez Hollywood premia dos filmes latinoamericanos que tocan temas no propiamente de película: la represión, la tortura, los desaparecidos

28 de abril de 1986

Miles de madres, abuelas y mujeres argentinas que se han pasado los últimos años gritando y protestando y llorando en la Plaza de Mayo en Buenos Aires, clamando por la desaparición y muerte de hijos, nietos y parientes a manos de los militares, se sintieron vengadas simbólicamente en la noche del lunes 24 de marzo cuando supieron que su historia, llena de sangre y lágrimas, convertida en película con el título de "Historia oficial", había sido premiada por Hollywood con el Oscar a la mejor producción extranjera.
La crónica de esa maestra que durante largos años ha estado ciega, sorda y muda ante los atropellos, las torturas, las delaciones, las desapariciones y los cuerpos destrozados y quien un día siente que una venda cae de sus ojos cuando sospecha, al principio levemente y luego con más credibilidad, que la niña que ha adoptado con su marido, puede ser hija de una mujer desaparecida por los militares y entonces todo el castillo de ilusiones y comodidad y alegría que había habitado con ese hombre que hace negociados con los militares se viene abajo, esa crónica que algunos han calificado de sentimentalmente manipuladora, conmovió a los miembros de la Academia que han premiado con este Oscar a la primera película latinoamericana. En años anteriores títulos como "Canoa" de Felipe Cazals, "Alsino y el cóndor" y "Actas de Marusia" de Miguel Littin, y "La tregua" de Sergio Renán habían defendido al cine de este continente sin resultado alguno.
Para la mayoría de espectadores y críticos que ha seguido con admiración la estupenda carrera comercial que "Historia oficial" ha tenido en muchas ciudades norteamericanas, no resultó una sorpresa este premio que ya había sido anticipado en el mismo país por el Globo de Oro entregado por la prensa extranjera, y en el exterior por los premios ganados en los festivales de Cannes, Cartagena y La Habana. Además de los parientes de los desaparecidos, los grandes triunfadores con este Oscar son el director y guionista Luis Puenzo (éste es su segundo largometraje), y la actriz Norma Aleandro a quien, por simple azar, le tocó pronunciar el nombre de la película extranjera ganadora durante la ceremonia en Los Angeles.
Esa misma noche el cine latinoamericano tendría otro triunfo con el Oscar al mejor actor ganado por el norteamericano William Hurt en "El beso de la mujer araña", en la que interpreta al homosexual encerrado en una celda para que sonsaque información a un detenido político (Raúl Julia). La historia es del argentino Manuel Puig y el director, Héctor Babenco, otro argentino que lleva varios años viviendo y trabajando en Brasil, tuvo que luchar durante largo tiempo con productores norteamericanos para convencerlos de la viabilidad comercial del proyecto. Por eso, por el dinero, esta película que es argentina y brasilera en esencia, fue considerada norteamericana al momento de las nominaciones. Hurt, un excelente actor que ha trabajado en pocas películas ("Reencuentro", "Body Heat"), siempre fue el favorito para el premio, junto a Jack Nicholson por "El honor de los Prizzi". Durante el rodaje de "El beso de la mujer araña" (la que le mereció un Globo de Oro), ni Hurt ni Julia cobraron honorarios para que los costos de la producción no fueran excesivos, y la película que lleva varios meses en la mayoría de las grandes ciudades norteamericanas, también ha recibido un enorme respaldo de la taquilla, mientras el autor del libro, Puig, sigue realizando una gira promocional por universidades y centros de estudios, en una ofensiva artística y comercial que ya no tiene sentido con este Oscar.

GALARDON APLAZADO
Curiosamente y en lo relacionado con la mejor película del año, fue preferida una superproducción al estilo Hollywood sobre las aventuras sentimentales y sicológicas de una mujer que escribe cuentos y a quien el marido, pocos meses después de la boda, contagia de sífilis. "Africa mía" basada en las memorias y algunos relatos de la escritora danesa Isak Dinesen, no recibió premios para sus actores (Meryl Streep y Karl Maria Bran dauer, además de Robert Redford quien no estaba nominado), pero sí para su director y productor Sidney Pollack, el sonido, la dirección artística y la música del británico John Barry, uno de los compositores más premiados. Pollack es el típico realizador norteamericano que sabe combinar los elementos comerciales con los artísticos como lo ha comprobado con su premiada "Tootsie", así como con "Los tres días del cóndor", "Eramos tan felices", "Bobby Deerfield", "El baile de las ilusiones" entre otras películas que tienen personajes solitarios y rebeldes, enfrentados a la sociedad y su propia conciencia. Este Oscar a Pollack fue una decepción para quienes esperaban que John Huston, con 79 años y remozado luego de hacer "El honor de los Prizzi", resultara premiado como homenaje a toda su carrera. Cínico, burlón y altanero Huston no creía en ser galardonado y quizás el enfisema pulmonar que lo tiene acabado, ya no le dé otra oportunidad en este campo de los premios.
Otro Oscar que no sorprendió fue el de mejor actriz para la veterana Geraldine Page, quien luego de varias nominaciones ha sido premiada por el nostálgico personaje de una anciana que regresa a su casa natal en The Trip to Bountfil, una pequeña obra maestra que muchos críticos norteamericanos ubicaron entre las diez mejores del año.
Además del cine latinoamericano hubo otra gran triunfadora en la noche de los Oscares, la actriz Anjélica Huston, quien ganó por el papel de Maerose Prizzi, una muchacha que decide enfrentar los códigos de honor y familia de los suyos, abandona al novio oficial (Jack Nicholson), se marcha con un amigo a México y es rescatada por varios matones enviados por su abuelo, el Don de una de las familias mafiosas más poderosas de Estados Unidos, los Prizzi.
Maerose es una chiquilla consentida a pesar del cuerpo sensual que ostenta y durante diez años es relegada al ostracismo, nadie la determina, nadie la busca y sólo de vez en cuando aparece en ocasiones especiales, como la boda de una de sus primas y con la cual, comienza esta historia de "El honor de los Prizzi". Este relato le toma al director John Huston más de dos horas para una película divertida, fresca, emocionante, tomada de la novela de Richard Condon. Y Anjélica, dirigida por su padre, logra una Maerose inteligente, sensual, astuta, peligrosa y manipuladora. Por eso la premiaron para acabar con la leyenda de una carrera a la sombra del padre y el marido, Nicholson. 37 años atrás durante otra ceremonia de los Oscares se repitio la escena de Anjélica con un Oscar en una película de su padre: con "El tesoro de la Sierra Madre", Walter Huston ganó el premio al mejor actor secundario, dirigido por su hijo John.
En pocas ocasiones como ésta, Hollywood ha intentado ser equitativo y ha repartido los Oscares entre un número apreciable de películas, a diferencia de otros años cuando algunos títulos han acaparado los premios. "Africa mía", típico producto de Hollywood, el cine latinoamericano con sus dos historias de desaparecidos y torturados y Anjélica Huston, son los grandes triunfadores. Y la anciana Geraldine Page, por supuesto, en quien toda una generacion se siente reivindicada, comenzando por el mismo presidente Ronald Reagan quien al momento de los Oscares estaba interpretando su papel de vaquero ante los libios y su coronel.