Especiales Semana

Piense en el futuro

Las pensiones voluntarias no sólo sirven para mejorar los ingresos a la hora de jubilarse. Son también una alternativa de inversión para el corto y mediano plazo.

26 de enero de 2004

Mas de 200.000 colombianos ahorran en algún fondo de pensiones voluntarias. No todos están pensando en jubilarse más rápido o en recibir una pensión más gorda cuando les llegue la edad que fija la ley. Las razones por las que la gente aporta a uno de estos fondos han cambiado con el paso del tiempo hasta convertirse en otra alternativa de inversión. Hoy, los fondos de pensiones voluntarias compiten por atraer la plata del público con los bancos, los fondos de valores o las cuentas de ahorro para el fomento de la construcción (AFC).

¿Por qué ahorrar entonces en un fondo de pensiones voluntarias? Los vendedores de estos fondos sacan a relucir en primer lugar sus ventajas tributarias. La ley dice que quienes hagan aportes a un fondo voluntario pueden reducir hasta en 30 por ciento la base sobre la cual se calcula la retención en la fuente. Esta posibilidad les interesa, claro está, a quienes les retienen ingresos en la fuente, es decir, a aquellos empleados que ganan mensualmente más de 2.400.000 pesos.

Así, por ejemplo, si usted tiene un salario integral de 6 millones de pesos y quiere aprovechar al máximo el beneficio tributario, podría aportar hasta 1.500.000 pesos (un poco menos del 30 por ciento porque hay que incluir el aporte obligatorio a pensiones y al fondo de solidaridad). Si lo hace, ahorraría 333.000 pesos mensuales (casi 4 millones al año) a través de un menor descuento por retención en la fuente. Para quienes además deben presentar declaración de renta -un grupo de personas cada vez más numeroso con la reducción de topes que incluyó la última reforma tributaria-, el ahorro en impuestos puede ser todavía más atractivo.

Sin embargo hay una condición: para que después no le descuenten la retención que dejaron de hacerle a su salario cuando aportó el dinero, debe dejarlo en el fondo por lo menos durante cinco años. Si lo retira antes se pierde el beneficio tributario.

Esta restricción haría pensar que sólo si usted está dispuesto a dejar sus ahorros quietos durante cinco años le interesaría aportar a un fondo de pensiones voluntarias. Pero los asesores insisten en que eso no es cierto. Los fondos voluntarios ofrecen también rentabilidades, servicios y asesorías que les permiten ser competitivos frente a otras opciones, más allá de si se aprovecha o no el beneficio tributario.

Los fondos de pensiones voluntarias manejan, según los datos más recientes de la Superintendencia Bancaria, cerca de 3 billones de pesos. Eso les da un poder de negociación importante, que debería verse reflejado en los rendimientos que ofrecen a sus clientes. Adicionalmente, los fondos ofrecen hacer inversiones en papeles de distintas monedas, emisores y plazos, con lo que permiten a sus clientes seguir el viejo consejo de "no meter todos los huevos en la misma canasta". De esta forma, los fondos de pensiones voluntarias, en general, pueden ofrecer una buena combinación de rentabilidad y riesgo para ahorros de mediano y largo plazo.

¿Como escoger fondo?

Si usted decidió aportar a un fondo de pensiones voluntarias, lo primero que debe hacer es llamar a una de las seis compañías que los administran. La más grande por número de clientes es Protección, con más de 68.000 afiliados, y el fondo que maneja más dinero es el Multifund de Skandia, con cerca de 1,2 billones de pesos.

Uno de los criterios más importantes para decidirse por algún fondo es la calidad de sus asesores. Deben, además de darle toda la información y tratar de afiliarlo, preguntarle por sus necesidades, preferencias de inversión y perfil de riesgo. "Para conocer a un cliente se necesitan entre cuatro y cinco citas, durante seis u ocho meses", dice Mauricio Chávez de SmartMoney, corredor de Skandia.

Otro de los elementos que usted debe tener en cuenta para elegir un fondo es el número de opciones que ofrece. La variedad de portafolios de inversión le permite escoger el que más se ajuste a su perfil. Las necesidades de un profesional joven que esté ahorrando para irse a estudiar al exterior, por ejemplo, no son las mismas que las de una persona de 55 años que quiera invertir los ahorros de toda la vida.

Para cada tipo de inversionista, los fondos recomiendan un portafolio particular. Hay portafolios 'conservadores', concentrados en títulos de renta fija y en pesos, para personas cercanas a la edad de jubilación, con objetivos de inversión de menos de tres años y poco conocimiento de los mercados financieros. Al otro lado se encuentran portafolios 'arriesgados', con una alta participación en acciones y otras monedas, para personas que estén dispuestas a tolerar pérdidas, con un horizonte de inversión de largo plazo y mayor experiencia en el arte de invertir.

Una vez escogido su plan de ahorro y su portafolio, no termina el trabajo de su asesor. El servicio posventa es tan importante como la afiliación, pues le permite, con el consejo de su asesor, lograr las metas de ahorro que se ha propuesto. Si por alguna razón un mes no pudo aportar el monto al que se había comprometido, basta con que le avise al departamento de nómina de su empresa para que ese mes no le descuenten nada. Sin embargo, lo único que le asegura construir un capital es ahorrar disciplinadamente y escoger el fondo que mejor lo asesore.