Especiales Semana

Política diversa

En poco menos de una década, las minorías sexuales han ganado terreno en la política colombiana.

25 de junio de 2011

Cada año, la población LGBT es más visible para la política nacional, no solo por su participación como candidatos o funcionarios, sino por su inclusión en leyes como la reciente de Víctimas y de Restitución de Tierras, que dice que las medidas contempladas en ella "serán reconocidas sin distinción de género, respetando la libertad u orientación sexual".

La participación política de personas abiertamente homosexuales comenzó hace poco más de una década. El primero en dar el paso fue Germán Rincón Perfetti, que fue candidato a la Cámara por el Partido Liberal en las elecciones de 2001. Y en 2003, aspirando al Concejo, se lanzaron por el mismo partido Claudia Marisol Buitrago, en Palmira (Valle); Humberto Tobón, en Medellín, y Manuel Velandia, en Bogotá.

Después, no hubo marcha atrás. "La presencia de un candidato homosexual a la Cámara de Representantes por Bogotá fue el abrebocas para el reconocimiento del sector de las minorías sexuales en los estatutos del Partido Liberal colombiano. Esto movilizó la creación del 'Polo de Rosa' y la posterior presencia de otros candidatos", explica Manuel Velandia.

Y es que el Partido Liberal ha realizado una labor importante para beneficiar las minorías sexuales. Uno de sus miembros más activos es la exsenadora Piedad Córdoba, con su apoyo a los proyectos de ley de parejas del mismo sexo en el Congreso. Así mismo, el Polo Democrático, que en 2005 creó una circunscripción para la participación LGBT. "Con el Polo de Rosa, como se llamó, comenzó un periodo de participación de sectores LGBT masivo", asegura Nixon Padilla, miembro del Comité Ejecutivo Nacional del Polo Democrático por la circunscripción LGBT.

Aunque estas participaciones obtuvieron bajas votaciones, fue un paso adelante para la comunidad. La alcaldesa de Chapinero, Blanca Inés Durán, asegura que el mayor logro político ha sido la elección de Sebastián Romero como edil de Chapinero, pero existen otros funcionarios por nombramiento, como ella.

Durán destaca que durante estos años se han creado proyectos nacionales y locales de gran importancia social, política y cultural, entre ellos, la Política Pública LGBT para Bogotá, que ha permitido la protección de sus derechos y que tiene un presupuesto para este año de más de cuatro mil millones de pesos que se invierten en cuarenta acciones desarrolladas por diferentes secretarías. Medellín también tiene una política pública y ciudades como Cali, Popayán, Pasto y Huila están definiendo lineamientos claros en esa dirección.

Actualmente se debate con la Vicepresidencia de la República y el Ministerio del Interior la construcción de la Política Pública Nacional. "Estamos en un contexto muy favorable porque el gobierno necesita demostrar avances en derechos humanos para que aprueben el TLC. Llegar a Washington demostrando que este es un gobierno de avanzada en temas de diversidad sexual abre puertas", explica Nixon Padilla.

Aunque los avances han sido más legales que políticos, como aclara la alcaldesa de Chapinero, la población LGBT ha ganado terreno al obligar a los políticos a integrar la problemática de minorías sexuales en sus agendas de campaña, independientemente de si son miembros de la comunidad.