Especiales Semana

Por la protección de la paz

La embajadora estadounidense en Colombia, Anne Patterson, explica las razones que tiene su gobierno para atacar a Irak.

Anne W. Patterson
24 de marzo de 2003

Estados Unidos, como Colombia, es un país amante de la paz, la democracia y la libertad. Estos son los beneficios que brindan los sistemas democráticos. Y son los frutos por los cuales nuestros pueblos, colombiano y estadounidense, han luchado a través de su historia. Los mismos por los cuales Colombia continúa luchando y ahora Estados Unidos ha emprendido la misión de proteger su seguridad y la del mundo entero.

Estados Unidos y sus socios en la coalición ya empezaron el proceso para desarmar a Irak. En el cumplimiento de este deber vale todo esfuerzo, no sólo para asegurar la estabilidad internacional sino para legar a futuras generaciones un mundo libre de terror.

Esta es nuestra meta, no la realización de presuntas ventajas económicas. De hecho, hoy Estados Unidos y otros países desarrollados dependemos menos del petróleo y de otras formas de combustibles fósiles que hace 30 años. Nuestra meta se basa en la determinación de vivir en un mundo libre de armas de destrucción masiva, donde reine la transparencia y la claridad y el respeto por las diferencias culturales.

Doce años de sanciones económicas, inspecciones de armas y 17 resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas han llegado a su fin. Las inspecciones no dieron resultado. Saddam tuvo múltiples oportunidades de demostrar su buena voluntad y nunca lo hizo. La amenaza a la paz y la seguridad internacionales continúa y es nuestro deber enfrentarla.

Saddam y sus hijos tuvieron la opción de salir de Irak y así evitar un conflicto armado. Su decisión de permanecer en Irak no nos dejó otra alternativa que la de desarmarlo por la fuerza. Estados Unidos y nuestros socios de la coalición haremos todo lo posible para hacerlo rápidamente. Como dijo el presidente Bush el miércoles en la noche, nuestra meta es minimizar la pérdida de vidas civiles y haremos todo lo posible para que sea así.

Por esta razón también haremos todo lo posible para satisfacer las necesidades humanitarias del pueblo iraquí. Tan pronto como queden satisfechas las necesidades inmediatas y se establezca la seguridad interna, procuraremos avanzar hacia la supervisión civil de las etapas siguientes de la transformación de Irak. Esto se hará en colaboración con nuestros socios en la coalición y con los demás elementos de la comunidad internacional dispuestos a desempeñar un papel en tal esfuerzo. Luego podrán erigirse las instituciones legítimas que representen al pueblo iraquí.

Con seguridad, habrá mucho trabajo por hacer. El trabajo de reconciliación, rehabilitación y reconstrucción será largo y arduo, pero Estados Unidos y sus socios en la coalición están preparados para enfrentar tal desafío por el bien del pueblo iraquí, de la estabilidad internacional y de los principios de democracia, paz y libertad.