Especiales Semana

Pyme, tiempo de crecer

Tras años difíciles la pequeña y mediana empresa se perfila como un importante motor de la economía colombiana, siempre y cuando se le den los recursos que requiere.

26 de mayo de 2003

Reinaldo Cortés, un paisa emprendedor como muchos miles más, decidió hace casi 20 años convertir en realidad el sueño de tener su empresa e independizarse con una idea sencilla: montar una fábrica artesanal de arepas. El negocio creció y hoy sus tres hijos trabajan en una empresa que vende miles de arepas, no sólo en Medellín sino en Estados Unidos, donde muy pronto llevarán derivados lácteos y bocadillos. Este proceso de crecer y llegar a otros mercados se está convirtiendo en una realidad para cientos de pequeñas y medianas empresas.

La otra cara de la moneda, que viven miles de pequeños empresarios, está en la imposibilidad de crecer y de realizar sus sueños por falta de recursos y oportunidades, algo que muchos tratan de explicar, culpando a la suerte o al destino. Nelson Ardila, un ingeniero que lleva más de 15 años trabajando con plásticos y desde hace ocho tiene una fábrica de ganchos, decidió un día dinamizar su empresa. Estudió comercio internacional, hizo su plan de negocios y buscó clientes en Estados Unidos. Tras varios intentos consiguió que una cadena de lavanderías se interesara por sus productos y le ofreció un contrato atractivo: proveer un contenedor, cada mes, con 184.000 ganchos.

Este contrato, más otros que surgieron después, se perdieron porque Ardila necesitaba cambiar sus dos viejas máquinas por unas nuevas y financiar todo el pedido, algo que no fue posible. Ni en los bancos ni en las entidades públicas obtuvo recursos y ayuda, pues no cumplía con ciertos requisitos. Ahora, sin importar la pérdida de estas oportunidades y a pesar de los reveses, no ha dejado de buscar alternativas para convertir su pequeña industria en una más grande para que su esposa y sus cuatro hijos puedan construir un mejor futuro.