Especiales Semana

RAFAEL REYES

ALVARO VALENCIA TOVAR
9 de noviembre de 1998


Rafael Reyes
Nació en 1849 en Santa Rosa de Viterbo, Boyaca, murió en Bogotá en 1921. Famoso por el lema "menos politica y más administración", el general Rafael Reyes ejercio la presidencia entre 1904 y 1909.
Como presidente clausuro el Congreso Nacional y convoco a una Asamblea Constituyente, a través de la cual dispuso que su periodo presidencial se prolongaria hasta 1915.
Fue victima de un atentado fallido contra su vida en 1906 y renuncio a la presidencia en 1909. Se le considero el creador del ejercito Nacional gracias a la reestructuración de las filas durante su mandato.

AL DESPERTAR DEL siglo XX Colombia era una ruina física y moral.
La Guerra de los Mil días la bipartía en odios y pasiones.Envilecida la moneda, perdido el crédito externo, en bancarrota el erario, destruidos los caminos y depredado el campo, la postración se acentuaba por la vergonzosa pérdida de Panamá. El país tuvo la fortuna de hallar el líder que reclama semejante situación en Rafael Reyes Prieto, producto del notablato de la provincia boyacense, pragmático, realista. con clara visión del país y de sus hondos problemas.
La biografía de " Rafael Reyes ofrece perfiles subyugantes. Nacido en Santa Rosa de Viterbo el 5 de diciembre de 1849, y fue un viajero infatigable que brilló en múltiples campos por su espíritu emprendedor y progresista. clarividencia para comprender el presente y avizorar el futuro. En su juventud acometió colosal empresa maderera, colonizadora y de exportación de quina en la Amazonia, que lo llevó hasta el Brasil, donde el emperador Pedro II se interesó en su grandiosa idea de comunicar los dos océanos por la inmensa cuenca fluvial. Ocho años de lucha contra la manigua culminaron con la muerte de sus hermanos Néstor y Enrique, al paso que la aventura sucumbía por la caída mundial del precio de la quina.
Llevado por la turbulenta existencia colombiana al campo de batalla, defendió la legitimidad frente a la revolución radical contra el tornadizo mandato de Rafael Núñez. Guerrero improvisado, atrajo con sus éxitos la mirada del 'Solitario del Cabrero', que lo designó al Consejo Nacional de Delegatarios convocado por él para redactar la Constitución de 1886. El militar y empresario saltaba a la arena política, donde alcanzaría las más altas dignidades del Estado.
De nuevo lució su innato talento militar frente a la desatentada revolución de 1895 contra Miguel Antonio Caro, encargado del gobierno en ausencia de Núñez. Batió en La Tribuna a las incipientes fuerzas rebeldes, en las cuales militaba Rafael Uribe Uribe, que un decenio más tarde sería su leal colaborador en la Presidencia. Con celeridad impresionante se trasladó a Santander, donde destruyó las fuerzas sediciosas en la célebre batalla de Enciso y sin tomar aliento sorprendió en Capitanejo al general José María Pinzón, apresándolo con todas sus tropas.
Se destacó en la diplomacia. En Londres para el arreglo de la deuda pública, en Washington a raíz de la separación de Panamá y en la II Conferencia Panamericana en México, donde obtuvo reconocimiento con sus vivencias amazónicas como promesa redentora de la gran cuenca hidrográfica.
Electo para el sexenio presidencial de 1904-1910, expuso el día de su posesión un programa de gobierno que luego cumpliría rigurosamente como respuesta al desastre que halló al asumir el poder. Exasperado por la parsimonia del Congreso para aprobar los proyectos de ley que cristalizarían urgentes reformas, lo convocó a sesiones extraordinarias con resultados negatorios. Tomó entonces la decisión heroica de clausurar el cuerpo legislativo y convocar una Asamblea Constituyente que a la vez lo sustituyera. Este acto dictatorial, unido a otras medidas autoritarias, concitó a sus adversarios políticos a crear la Unión Republicana contra él. Después de dominar con la fuerza pública desórdenes callejeros, optó por abandonar el país y renunciar, en el momento de embarcarse, a la Presidencia de la Nación.
Controversial como ha sido su quinquenio, Rafael Reyes realizó extraordinaria obra de gobierno y puso al país a marchar en el siglo XX. Fue un gobernante visionario y práctico a la vez. Recogió las armas de las guerras civiles. Reconcilió a los colombianos al llamar a connotados dirigentes liberales a colaborar en su mandato. Restableció el crédito público, fundó el Banco Central, revaluó el peso oro, reemprendió las estancadas obras de los ferrocarriles nacionales, comprometió al Ejército en empresas de colonización y construcción de vías y realizó la reforma militar, la más perdurable de sus ejecutorias, convirtiendo al Ejército Nacional en un cuerpo sólidamente profesional y apolítico.