Especiales Semana

Sector Financiero

25 de octubre de 1993

En el mundo del crédito...
DE UNOS MESES PARA ACA los medios de comunicación introducen en la atención del público un nuevo servicio: la tarjeta de crédito que no es tan nueva -ofrecida por todas las corporaciones de ahorro y vivienda del país- o que sí implica un cambio normativo importante en el sector financiero colombiano. Las tarjetas eran de manejo exclusivo de las entidades bancarias y de algunas entidades financieras especializadas desde hace por lo menos 30 años.
Buenas propuestas, imaginación y mucha expectativa, es lo que ha despertado el acceso que le dio la ley a las corporaciones y que les permite entrar a compartir el fructífero mercado de las tarjetas a crédito, con las entidades dedicadas a esto.

Un poco de historia
Fueron los prestigiosos hoteles europeos los que, hace cerca de 80 años, dieron origen al sistema de tarjetas de crédito, con unas credenciales que ofrecían a sus clientes habituales, la facilidad de pagar con ellas sus gastos de alimentación y hospedaje.
Posteriormente, en 1949, nació Diners Club como una entidad financiera especializada en la emisión de tarjetas de crédito para cubrir gastos en restaurantes de las principales ciudades de Estados Unidos. Este servicio de pago se extendió a las compañías aéreas y a otras entidades que introdujeron en el mercado las tarjetas American Express y Carte Blanche.
La tarjeta de crédito llegó a Colombia a principios de la década de los 60. El empresario Carlos Martelo fue quien adquirió, en 1962, los derechos de Diners Club para el país. Siete años después, el Banco Industrial Colombiano emitió la tarjeta BIC y en el mismo año el Banco de Bogotá suscribió un contrato con el Bank of America, que concedió el uso de marcas, signos, título de información de la tarjeta estadounidense Bank Americard.
En 1976 el Banco de Occidente lanzó la tarjeta Credencia y en ese mismo año la Junta Monetaria autorizó a las compañías de transporte aéreo y maritimo para otorgar financiamiento por intermedio de tarjetas de crédito. De ahí nació Coviajes.
Este sistema tuvo tanto éxito que con el correr de los años nacieron nuevas tarjetas para el usuario, tal el caso de Crecer Interviajes, Colombia y el Sistema Pronta.
A nivel mundial cogieron la delantera países como Estados Unidos, Japón y algunos latinoamericanos. Curiosamente en Europa el desarrollo presentado es menor.

Hablando en cifras
Hasta diciembre del año pasado el número de tarjetas de crédito habilitadas en el país era de 1.2 millones. En mayo de este año, según datos de Ascredibanco, ese número ascendió a 1.541.414 tarjetahabientes. El 56,2 por ciento son Credibanco Visa, el 13,7 por ciento, de Credencial, el ocho por ciento corresponde aI BIC, el 16,8 porciento a Diners, el 2,7 a Invercrédito y el 2,6 a tarjeta Colombia.
Cifras de la Superbancaria indican que la cartera total de las 27 tarjetas de crédito que manejan bancos y compañías de financiamiento comercial pasó de 41.814 millones en 1986 a 334.373 millones en 1.992. Y en los dos primeros meses de 1993 la cartera aumentó casi 20.000 millones al llegar a 351.415 millones de pesos. De esta cifra, 10,7 por ciento corresponde a cartera vencida, es decir 37.604 millones.

Luz verde a las corporaciones
En julio de este año el Gobierno expidió la Ley 35 de 1993 mediante la cual las corporaciones están facultadas para ofrecer créditos de consumo. Hasta entonces sólo podían otorgar crédito con un único fin: adquisición, mejoramiento, habilitación, ampliación o subdivisión de la vivienda. Créditos que eran garantizados con hipotecas sobre el inmueble.
La promulgación de esta nueva ley les concede la posibilidad de otorgar créditos con garantia diferente a la hipotecaria.
Todo esto sin contar que también pueden participar en el mercado de divisas. Sólo existen dos restricciones: no se pueden otorgar créditos de consumo mayores al 7,5 por ciento del total de la cartera de la respectiva corporación. Y tampoco se pueden adquirir vehículos. Con todo esto las corporaciones, a través de la Red Multicolor, acordaron con la Masterd Card Internacional la afiliación de todas sus tarjetas.
Como todo producto nuevo, tiene que poseer un mercado que lo consuma y, como es obvio, los primeros usuarios serán los respectivos clientes de cada corporación. Sin embargo las campañas publicitarias y de información tenderan a la captación de una mayor parte del mercado. Inicialmente estas tarjetas de crédito no ofrecerán mayores diferencias con relación a las tarjetas tradicionales. ¿Por qué? Wilson Castellanos, director Nacional de Crédito y Consumo de Davivienda, le explicó a SEMANA la razón fundamental: "Por su desarrollo, el producto en sí no es fácilmente diferenciable y adicionarle cosas nuevas no es sencillo. Lo que hemos logrado es agregarle servicios exclusivos de la entidad. Por ejemplo, mayor facilidad para acceder a un crédito hipotecario. Pero en sí, cambios sustanciales no los hay".
Actualmente en el mercado existen 1.500.000 tarjetaha bientes y las Corporaciones de Ahorro y Vivienda esperan poner en circulación aproximadamente unas 750.000 tarjetas el primer año, con lo cual se espera llegar a una participación del 22 por ciento del mercado.

La competencia
Desde siempre las corporaciones han sido entidades reconocidas por el excelente manejo que, a nivel de mercadeo, le han dado a todos los productos que la banca especializada les permitía. El excelente manejo del sistema Upac, equiparado casi al de los bancos, y suagresiva incursión en el mundo del dinero plástico, los cajeros electrónicos y las transacciones débito, hizo casi que natural abogar por una ley que les permitiera ampliar sus servicios a la tarjeta de crédito.
Ante esta nueva y poderosa incursión las compañías de financiamiento comercial y los bancos encargados tradicionalmente de esta porción del mercado, se encuentran expectantes. CarlosTorres, presidente de La Fortaleza S.A., la compañía de financiamiento comercial que adquirió el Sistema Pronta de tarjetas de crédito, opinó: "Nos encontramos atentos ante esta incursión. Y hay que reconocer que las corporaciones llevan un largo camino adelantado. Una buena señal es que en vez de crear primero una red nacional y luego una intemacional, se fueron directamente a la internacional que, para ciertos sectores, puede ser interesante. Por ahora nosotros pensamos continuar con los planes estratégicos ya formulados, buscando el desarrollo de nuevos mercados, nuevos sistemas de pago y nuevas tecnologías, lo que quiere decir, que ante la aparición de esta nueva competencia, lo que estamos haciendo es acelerar la imaginación para mejorarle el servicio al consumidor".
El sistema de tarjetas de crédito Pronta es una compañía que en sólo dos años y medio ha colocado 91 tarjetas distintas, cubriendo prácticamente todo el mercado de establecimientos a lo largo y ancho del territorio nacional, con facturaciones que, para este mes, posiblemente llegarán a los 4.000 millones de pesos. Un ascenso extraordinariamente rápido si se tiene en cuenta que en julio del año pasado este sistema vendió 923 millones de pesos y para julio de este año contaba con 3.200 millones.
Una de las premisas de esta institución financiera es no competir por precios. "En cuanto a la competencia con las corporaciones nosotros no entraremos a participar en la guerra de precios, porque lo que el público necesita son servicios que respondan a necesidades concretas. El servicio más costoso es el que no existe", enfatizó el presidente de La Fortaleza S.A.
Seguridad, comodidad, agilidad, confianza y tranquilidad son algunos de los beneficios que tienen los usuarios de un sistema de pago que se impone en el mundo entero. Y que ahora, con motivo de la modernización e internacionalización económica ha adquirido mayor trascendencia y actualidad. Como expresó Carlos Torres en la entrevista realizada para esta edición, "las tarjetas están a un paso de ser el esperanto de la economía, el lenguaje universal que se inventó para poder adquirir y vender en cualquier parte del mundo".