Especiales Semana

SECTOR FINANCIERO

27 de junio de 1994



EL GIGANTE COREANO

A LOS OJOS DEL MUNDO, UN CONGLOmerado que registra 48 billones de dólares en ventos en un año, 1992, es un caso especial incluso dentro del "milagro Asiático". Pero si adicionalmente ese poderoso grupo se pone como meta alcanzar los 200 billones en ventas totales dentro de una década y hace pública su meta en las revistas de negocios más importantes del mundo, el gigante que crece detrás de su nombre debe ser verdaderamente singular y hay que hablar de él.

El conglomerado en referencia es Samsung, el más grande y el más antiguo chaebol de Corea del Sur. Un chaebol es un conjunto de negocios de carácter familiar. En este caso, 25 empresas.

La electrónica es el negocio principal, pero el grupo cuenta con compañías en campos tan disímiles como la petroquímica y la fabricación de barcos. Y más recientemente, los servicios financieros, los equipos de construcción, la electrónica multimedia y el diseño de ships para computadores con gran capacidad de memoria. Todos, nichos tecnológicos de gran futuro.


YA ESTA EN LAS 20

Cuando muchas compañías de Estados Unidos y el Japón tienen que empezar a revisar con mayor detenimiento las tendencias de sus balances, Samsung conquista cada día más mercados. En 1992 ocupó el puesto 18 entre las 500 empresas más grandes del mundo según Fortune. Y la idea es que a principios de la década siguiente se encuentre ya en el exclusivo top ten apuntando además a los primeros cinco lugares en la industria de la electrónica.

Sus ventas internacionales del año en cuestión fueron algo menos de una cuarta parte de las ventas totales. Alrededor de 10 billones de dólares, lo que representó el 13 por ciento de las exportaciones de Corea del Sur en ese perìodo.

Sumado a lo anterior, hay que señalar que entre 1987 y 1992 el activo de Samsung creció 250 por ciento, a cerca de 49 billones de dólares, lo que definitivamente representa un gran cimiento para sus alianzas con otros gigantes de la electrónica a nivel mundial.

Samsung encarna en buena medida el ascendente poder asiático en el campo de los negocios, un poder cuyos pilares son: las metas de gran alcance y el orgullo nacional antes que las utilidades instantáneas y las cifras escuetas publicadas como testimonio de crecimiento. Por eso, al hablar de Samsung hay que hablar de algo màs que de dólares.

Muchos son los argumentos que los grandes grupos económicos internacionales pueden utilizar para explicar su éxito y algunos de ellos incluso se han convertido en frases de cajón. Por ejemplo: no hay que poner todos los huevos en la misma canasta; sólo se obtienen grandes ganancias con grandes inversiones; acostúmbrese a ver lo propio como ajeno y lo ajeno como propio, gerencie el clima organizacional y diseñe políticas acertadas de compensación a los empleados... ¡En fin! Un sinnúmero de "sencillos" principios que ya se manejan en todos los campos.

Pero lo que frecuentemente marca la diferencia es el nivel de riesgo que cada empresa asuma al poner en práctica esos principios. Y si de riesgos se trata, Samsung ha asumido los suyos apliamente y de manera clara.


LEALTAD, AUTOCONTROL Y COMPENSACION

Un ejemplo de lo anterior es la inversión en entrenamiento. Anualmente 2.5 billones de dólares. Desde las secretarias hasta los presidentes de las compañías reciben capacitación intensiva en las 14 escuelas corporativas que el conglomerado ha fundado. En ellas, parte clave del "espíritu Samsung" es la lealtad y el autocontrol a partir de las cuales nace todo el despliegue de políticas.

¿Y el temor tan difundido en Colombia de que otras compañías usufructúen la inversión en entrenamiento que reciben los empleados de mayor potencial? En Samsung esto no parece preocupar. Entre otras razones, porque la compensación económica ofrecida a los 200.000 empleados en todos los niveles es muy superior a lo que indican los estudios sulariales del mercado coreano. Y algunos afirman incluso que se ubica como la mejor del mundo.

Un operario experimentado de Samsung recibe 5.90 dólares por hora y otros 4.6 en beneficios sociales. Si se tiene en cuenta que la semana de trabajo en Corea es de seis días y que las horas extras se utilizan con frecuencia, el salario, al nivel jerárquico mencionado, puede ascender a 14.500 dólares anuales y eso sin contar los 11.500 dólares en beneficios sociales.


VISION DE FUTURO

Samsung es presidida por Lee Kun Hee, de 51 años, graduado en Negocios de la Universidad Waseda en Tokio, y MBA de George Washington University en la capital estadounidense. En 1987, tras la muerte de su padre Lee Byung Chull, fundador del chaebol y quien lo había entrenado por 19 años, Lee Kun Hee asumió la dirección general.

Su manera de manejar el conglomerado ya ha sido ampliamente difundida en Japón, Corea y Estados Unidos. En este último país, por ejemplo, fue artículo de portada en las revistas Fortune e International Business Week el año pasado. Y la opinión más difundida sobre su estilo es que resulta verdaderamette genial a la hora de anticipar futuras tendencias, ya que su interés principal está en la investigación para el desarrollo de nuevas tecnologías en electrónica.

Desde que asumió el control del conglomerado ha vendido un buen número de negocios periféricos, ha levantado 13 centros de investigación fuera de Corea y a lo largo de 1993 invirtió, por ejemplo, un billón de dólares únicamente para el desarrollo de semiconductores.

Es que Lee Kun Hee dedica la mayorparte de su tiempo a entender lo último en avances científicos y se encarga casi que exclusivamente de diseñar las políticas que rigen todas las decisiones del grupo. La principal es "pensar creativamente sobre el futuro y atrapar todas las oportunidades", según su testimonio a Fortune el año pasado. Las estrategias quedan en manos de los 25 presidentes quienes además han recibido luz verde para decidir sobre inversiones de hasta 30 millones de dólares.

Samsung mantiene hoy join ventures y otras alianzas con compañías como General Electric, Motorola, Texas Instruments y Hewlett-Packard en Estados Unidos, y Toshiba, Oki Electric y Mitsui Petrochemical en Japón.

¿Cuál es el gran reto de sus negocios actuales? Enfrentar con éxito la incertidumbre en tecnología, mercados y reestructuración política del mundo de hoy, siguiendo las declaraciones de Lee Kun Hee, presidente del conglomerado, a diferentes medios de comunicación.