Especiales Semana

SECTOR FINANCIERO

23 de octubre de 1995

SIN FRONTERAS
Con una inversión cercana a los 600.000 millones de pesos las cuatro zonas francas privadas de Colombia generarán más de 80.000 empleos en todo el país.

HOY, EN PLENA era de industrialización, los países libran una batalla económica mundial por mantener la competitividad y un posicionamiento de sus mercados. Para ello cuentan con una gran estrategia que luego de traspasar las fronteras se ha expandido por todo el planeta. Se trata de las zonas francas, que desde cuando fueron creadas, y de eso hace ya más de 35 años. han estimulado las exportaciones y la transferencia de tecnología. Sin embargo, en los últimos 20 años, las zonas francas han cambiado su énfasis, pasando de ser sólo centros de almacenamiento a ser áreas industriales.
Una oleada de zonas francas ha invadido todo los continentes, pues hoy son más de 2.500 las que operan con gran éxito en todo el mundo. Muchos gobiernos se acreditan el liderazgo de estas zonas, pero la verdad de todo es que fueron los países de sureste asiático, como Taiwan, Hong Kong, Singapur y Corea del Sur, los primeros en instalar estos parques industriales; a ellos le siguieron algunos países de Centro y Norteamérica.

El caso de Colombia
Suramérica, y en especial Colombia, ha sido a través del tiempo uno de los parajes más atractivos para la inversión extranjera, pero para desgracia de muchos es una realidad que nunca se ha sabido aprovechar. Todo comenzó cuando, a partir de 1958, el gobierno colombiano adoptó la política de establecer zonas francas de propiedad pública en varias partes del país. Fue así como se crearon siete zonas industriales y comerciales en Buenaventura, Palmira, Cartagena, Cúcuta, Santa Marta Barranquilla y Rionegro.
Pero el preocupante hecho que impulsó al Estado a retirarse de la administración de estas zonas y ceder su manejo al sector privado fueron las desalentadoras cifras de 9.000 empleos que generaban los parques industriales hacia 1992. Esta situación, frente a los 300.000 empleos que generan las 350 zonas francas privadas de Estados Unidos, con utilidades anuales de 120.000 millones de dólares o incluso una cifra más cercana, la de Costa Rica, que con sus 15 zonas crean 70.000 empleos directos y utilidades por 220 millones de dólares por exportaciones, corroboraron aún más la acertada decisión del gobierno.
Con este revolcón administrativo en las políticas de comercio exterior, hasta ahora se alcanzan a vislumbrar algunos resultados, uno de ellos es el de la zona franca de Palmaseca en Cali, donde las exportaciones ascendieron a 25 millones de dólares en los primeros siete meses de administración privada. Esta zona, que lleva ya 20 años de operación, contará con 15.000 metros adicionales de bodegas para recibir así a las 14 nuevas compañías, entre ellas varias multinacionales que están en proceso de instalación y las cuales elevarán a 4.400 el número de empleos.
Y si de industrialización se trata, Colombia empieza hasta ahora a cimentar sus pinitos gracias a la autorización del gobierno expedida hace dos años, en la cual se dio via libre a la creación de cuatro nuevas zonas francas privadas, que hasta el momento llevan adelantadas en un 50 por ciento sus obras de construcción. Ellas son, la de Rionegro en Antioquia, La Candelaria en Cartagena, la de Bogotá y la zona franca del Pacífico en el Valle del Cauca, las cuales generarán una cifra aproximada de 80.000 empleos directos en el país cuando estén operando en su totalidad.

Ventajas del régimen
Las zonas francas son áreas del territorio geográfico muy bien delimitadas, las cuales otorgan un régimen especial en materia aduanera, cambiaria, tributaria, de comercio exterior y de inversión de capital a los empresarios establecidos allí con el principal objetivo de exportar y subsidiariamente introducir bienes o servicios al territorio nacional.
Por consiguiente estas zonas, también conocidas como parques industriales de cinco estrellas, están orientadas a fomentar las exportaciones y generar divisas y nuevos empleos para el país.
Los industriales, tanto nacionales como extranjeros, que se ubiquen allí gozarán además de bajos costos de administración y de servicios, de exención total de impuestos de renta sobre ingresos provenientes de exportaciones, exención total de aranceles e IVA para maquinaria, servicios e insumos importados, exención de impuestos sobre repatriación de utilidades, libertad cambiaria de posesión y negociación de divisas, libertad de pagos al exterior por la compra de bienes y servicios, libertad de inversión extranjera y libertad para importar y exportar bienes y servicios.

Franca competencia
Las cuatro nuevas zonas francas de Colombia entrarán a formar parte de la dura competencia tanto en maquinaria, productos farmacéuticos, ensamblaje, plástico, vidrio, confección de ropa, muebles, papel, pastillas para frenos, amortiguadores, llantas, industria petroquímica, autopartes, artículos en cuero, en fin en toda una inmensa gama de productos industriales, manufactura y transmisión de tecnología.
Una labor difícil pero no complicada, ya que se contará con un completo centro de capacitación en cada uno de estos parques para orientar a los profesionales en las distintas áreas de producción.
Por otro lado, la calidad de vida tanto para empleados como para los industriales es óptima si se mira desde cualquier ángulo, ya que en las cuatro zonas se contará con agua potable, redes de alcantarillado, plantas de tratamiento para aguas residuales, telepuerto, centro de salud, aduana, oficina de administración, entidades financieras, bancos, restaurantes, sistemas de seguridad, canchas para deportes y zonas verdes.
La primera zona privada que entró en operaciones a principios de este año fue la de Rionegro, que está ubicada en Antioquia a cinco minutos del aeropuerto internacional José María Córdova y a 45 minutos de Medellín.
Con una inversión cercana a los 80.000 millones de pesos, este proyecto ha desarrollado y entregado un 30 por ciento de sus obras. Y es que de sus 286.000 metros cuadrados ya se ha vendido un 45 por ciento, y con este porcentaje en tan sólo seis meses las exportaciones alcanzaron el millón de dólares.
Sin embargo, frente a las otras, esta es la zona privada más pequeña, y mientras que Rionegro genera 4.000 empleos, la zona franca del Pacífico, que posee 500.000 metros cuadrados y se encuentra en Palmira, en el departamento del Valle del Cauca, creará 25.000 empleos directos.
De acuerdo con Leonilde Arredondo, gerente del proyecto de la zona franca del Pacífico, "El mar del siglo XXI será el Pacífico y la demanda se moverá hacia el". Por esta y otras razones, su ubicación es muy estratégica. Se instala a 12 kilómetros de Cali, a 12 kilómetros de Yumbo, a seis kilómetros del aeropuerto Alfonso Bonilla Aragón y a 140 kilómetros del principal puerto de Colombia, el de Buenaventura.
Cien empresas entre nacionales y extranjeras serán las que operen en este parque, que inició obras hace dos años y que a finales de septiembre despegará con la empresa nacional Supapel Centro Industrial, Icolápiz Eberhard, Casacolor, Banco de Occidente, Motorysa y varias multinacionales.
La inversión total, según Arredondo, es de unos 30 mil millones de pesos y la meta es generar aproximadamente 300 millones de dólares anuales en divisas. Quien se ubique en la zona franca del Pacífico, aseguró la funcionaria, sólo debe preocuparse por producir, exportar y abastecer al mercado nacional.

Industria suave y pesada
Cartagena y Bogotá hacen la mezcla, o mejor el contraste perfecto en cuanto a manufactura de productos se refiere. La zona franca de La Candelaria, que está ubicada en el centro industrial de Mamonal, a 12 kilómetros de Cartagena y a tan sólo dos horas de vuelo de Miami, ha sido llamada por algunos industriales como la 'zona franca pesada' por encontrarse al lado de empresas como Ecopetrol, Alcalis, Petroquímica y Propilco, pero la razón básica, afirmó a SEMANA Alfonso Gómez Palacio, subgerente comercial de esta zona, se debe a que este parque estará orientado a producir y exportar productos de la industria petroquímica.
El proyecto empezará a operar el primero de marzo del próximo año con un 70 por ciento de participación nacional y el restante 30 por ciento de multinacionales. Serán cuatro etapas las que se construirán en los 800.000 metros cuadrados de todo el proyecto, de las cuales las primeras dos están casi listas. Con una inversión total cercana a los 200 mil millones de pesos, la zona de La Candelaria contará con una infraestructura de alta tecnología y calidad en todos los servicios de agua, luz, seguridad y telecomunicaciones, además ofrecerá guarderia infantil, servicio de ambulancia, un centro empresarial, un club, un hotel y 15.000 empleos.
Pero, de acuerdo con varios estimativos, la zona franca que mayor número de empleos generará será la de Bogotá, con una atractiva cifra de 35.000 empleos directos. Y es que su importancia radica en estar ubicada en la capital, que es el primer centro financiero de Colombia, en donde se presenta el 50 por ciento de consumo nacional.
A 2.000 metros del aeropuerto internacional Eldorado, en la variante a Fontibón, se desarrollan las obras de urbanismo en las 100 hectáreas que pertenecen a la zona franca capitalina, que entrará en operaciones en abril de 1996.
Según el presidente de este proyecto, Enrique Peñalosa Camargo, la inversión total será de 100 mil millones de pesos para poner en marcha este parque industrial de cinco estrellas que generará exportaciones anuales de 50 mil millones de dólares.
Mientras el gobierno colombiano mantenga las reglas del juego y se consoliden a plenitud las operaciones en las zonas francas, el país deberá crecer no sólo en infraestructura sino en calidad de vida. Y es que con este gran paso, sumado a los Acuerdos de Preferencias Comerciales Andinas -Atpa- aprobados por el Congreso de Estados Unidos en 1991, que otorga el acceso libre de aranceles al mercado de ese país a más de 6.200 productos colombianos, y el acuerdo firmado con Venezuela, Ecuador y Chile que le permite a Colombia aprovechar un mercado de más de 60 millones de personas, el panorama resulta ser bastante alentador para la Nación.-