Especiales Semana

SEGUNDA MUESTRA TEXTIL COLOMBIANA

22 de septiembre de 1986

¿HAY MODA NACIONAL?
¿Existe una moda colombiana? Esa es la pregunta que los analistas de ese aspecto cultural del país se formulan todos los años, especialmente cuando se lanzan las nuevas colecciones, cuando los diseñadores y grandes modistos organizan desfiles y presentaciones, utilizan materiales nacionales y dan al hombre y la mujer colombianos la oportunidad de comprobar cómo, paralelamente al desarrollo de la industria textil y de confecciones, también avanza el que se considera uno de los oficios más encantadores y llenos de sorpresas: el diseño de una moda que refleje las necesidades, las tendencias y sobre todo las aspiraciones de estar vestidos bien para cualquier ocasión.
¿Qué es la moda colombiana, que elementos la componen?
Varios diseñadores han coincidido en señalar cómo poco a poco los colombianos han ido preocupándose por fomentar el fortalecimiento de una industria que comenzó timidamente, en ocasiones tomando modelos extranjeros y lentamente encontró sus raíces en los materiales nacionales, en los gustos de la gente y en las mismas necesidades que se iban presentando.
El vértigo de la vida moderna, la televisión, el cine, las revistas y los viajes han ejercido una influencia benéfica sobre el diseño colombiano: modelos creados con mucha imaginación y agresividad que reflejan las preocupaciones de cada diseñador han ido conformando un lenguaje propio, un código preciso para estas actividades.
Cada región del país, cada clima, cada costumbre ante la vida social, el trabajo o la vida cotidiana ha ido tejiendo la trama de estos diseños.
En alguna ocasión una revista europea elogiaba la diversidad de diseños que existe en Colombia, como, por ejemplo, el cuero y cierta sensualidad de los vestidos y modelos del interior contrastaban con lo liviano de los materiales empleados en la Costa y cómo, a partir de elementos simples, se iba creando la ropa que más tarde asombraría a los visitantes extranjeros.
Los diseñadores consultados coincidieron en que los colombianos son ahora más agresivos, menos conservadores en sus gustos para vestir.
Esta nueva generación que se encuentra al frente de numerosas empresas y actividades, una generación formada en universidades nacionales y extranjeras, viste con más desenfado y aunque respeta ciertas tradiciones (el traje y la corbata para los ejecutivos, y los modelos de líneas amplias para ellas), aprovecha los viernes y los fines de semana para lanzarse a modelos menos convencionales.
Esa agresividad en el vestir también se refleja en otras actividades del país, es una especie de mentalidad abierta a otras sensaciones, más contagiosas y la ropa es uno de los puntos más atractivos en este proceso de cambio.
Según los diseñadores, los jóvenes colombianos aceptan cualquier innovación y la gente que se acerca a la madurez, se aferra más o menos a modelos que tienden a darles más seriedad pero sin perder sus ganas de informalidad.
En términos generales y esto ha sido una innovación total, la moda en el país se ha disparado hacia nuevos conceptos, más atrevidos, con más colores, con telas menos pesadas, pero en el fondo también existe una tradición por la sobriedad y la mesura que también tiene muchos simpatizantes.
Sí, existe una moda colombiana y se encuentran trabajando numerosos diseñadores que no sólo son reconocidos aquí sino en otros países, con creaciones propias, bajo la influencia de esta época de velocidad y tensiones.