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Servicio de lavandería

Tres mil quinientos millones de dólares del narcotráfico ingresan por año al país. ¿En dónde está esa plata?

12 de mayo de 2003

Una mujer es la responsable de haber dejado al descubierto la que en este momento es considerada la operación contra el lavado de dólares del narcotráfico más grande del país. La historia, del que también es considerado como uno de los casos de blanqueo de dinero más importantes a nivel nacional, comenzó por azar a finales del año pasado. En la mañana del martes 12 de agosto Alexandra Jaramillo* llegó al banco para saber qué rendimiento había producido un CDT que había abierto un año antes por un valor de cuatro millones de pesos. La mujer quedó sorprendida cuando el cajero del banco intentó precisar sobre el título al que se refería y le notificó que, a su nombre, aparecían al menos una decena de Certificados de Depósito a Término (CDT) por valor de 20.000 millones de pesos. Confundida y muy asustada Jaramillo salió del banco directamente para la Fiscalía y puso en conocimiento de las autoridades la irregular situación. Desde ese momento comenzó una compleja operación judicial, que aún continúa, por parte de la Unidad de Lavados de Activos, la cual hasta la semana pasada había logrado dejar al descubierto 60 empresas fachada en cinco ciudades a través de las cuales se lavaron 60.000 millones de pesos del narcotráfico. La estrategia de blanqueo, según investigadores de la Fiscalía, tenía dos modalidades. La primera, en la que se usó la identidad de Jaramillo, consistía en comprar CDT a nombre de terceros -que desconocían la transacción- para luego retirar su rendimiento y el dinero ya lavado. La segunda modalidad, quizá la que más desconcierto ha causado entre las autoridades, involucra a empresas ficticias. De acuerdo con la investigación, emisarios de esas firmas de papel contactaban a empleados de empresas comisionistas de bolsa y les pedían comprar millonarios paquetes de bonos emitidos por compañías estatales y privadas. Así, en menos de un año, se convirtieron en los tenedores de títulos emitidos legalmente por el Distrito Capital, la Fundación Social, AV Villas, Colmena y el Instituto de Fomento Industrial (IFI), entre otros, entidades que desconocían por completo lo que estaba ocurriendo. Se calcula que a través de las dos modalidades -CDT y bonos- se inyectaron al mercado de valores 60.000 millones de pesos provenientes del narcotráfico. La investigación partió de señalar que uno de los responsables de la fabulossa operación era Pablo Roberto Trujillo Devia. Este hombre, capturado por la Fiscalía y extraditado el pasado 11 de diciembre a Estados Unidos, acusado de manejar una red de lavado de activos, es considerado por las autoridades colombianas y estadounidenses como una de las piezas clave en el blanqueo de la astronómica cifra. Las indagaciones sostienen que Trujillo diseñó, por encargo de la mafia del Valle del Cauca, un modelo financiero que permitió ocultar por años la que es considerada como una de las más grandes 'narcolavanderías' descubierta hasta hoy. Lo grave, según explicaron los investigadores de la Unidad de Lavados de Activos es que, al igual que le ocurrió a Alexandra Jaramillo, puede existir un número indeterminado de títulos que se vendieron en bolsa o en oferta cerrada y hoy hay más de un tercero de buena fe afectado por esas operaciones. Más allá del monto detectado y de la importancia misma de la operación, el caso se ha convertido en la más reciente y trascendental evidencia de uno de los delitos más grandes y complejos de combatir derivados del narcotráfico: el lavado de dinero. Narcolavanderias En sus comienzos, en los años 70, el narcotráfico fue estimado como un delito de escasa trascendencia por las autoridades y la sociedad en general. Sólo a mediados de los años 80 empezó a percibirse su magnitud y los efectos sobre la economía y escasamente en los 90 el tema comenzó a tener la mayor relevancia. Y no era para menos ya que, según demuestra una investigación realizada para la ONU por uno de los más reconocidos expertos en el tema en el país, Ricardo Rocha, la influencia del narcotráfico en la economía alcanzó niveles preocupantes. Aunque el estudio de Rocha afirma que la importancia del tráfico de cocaína en la economía ha disminuido desde los años 90, pues de 5,8 por ciento del PIB bajó a un poco más de 2,2 por ciento en los últimos tres años, las cifras de ganancias son alarmantes Se estima que entre 1982 y 1998 el narcotráfico tuvo utilidades por 31.768 millones de dólares, de los cuales 90 por ciento corresponden al comercio de la cocaína y el resto, casi en partes iguales, al de heroína y marihuana. Las cifras de Rocha no están lejos de los estimativos realizados por el Grupo de Acción Financiera de Suramérica contra el Lavado de Activos (Gafisud). Una investigación reciente de este grupo calculó que el mercado internacional de drogas mueve alrededor de 200.000 millones de dólares anuales. De esta cifra son repatriados a Colombia cerca de 3.500 millones, mientras que el resto emigran a sistemas financieros del exterior. Según Rocha, que esta astronómica cifra haya sido invertida en el exterior por los narcos durante los últimos años se explica, en parte, porque en los 90 la economía nacional empezó a decrecer, pues "la recesión fue muy grande y cuando eso pasa es inevitable buscar alternativas". La cifra de las inversiones del dinero del narcotráfico en Colombia y el exterior resulta de una serie de cálculos y variantes económicas y constituye tan sólo una aproximación a la cantidad que tienen los narcos por fuera del país. Para el director del Programa de Fiscalización y Control de Drogas de la ONU, Klaus Nyholm, esto se debe a que en ninguno de los países en donde los capos colombianos tienen sus inversiones se han realizado estudios serios que arrojen cifras concretas que permitan medir la magnitud verdadera de la influencia de los dineros de los narcotraficantes (ver recuadro). En Colombia, en cambio, tal vez por ser un problema que lleva más de dos décadas muchos profesionales han trabajado el tema de la influencia del narcotráfico en la economía en el país. "En Ecuador sabemos que muchos colombianos han invertido allá porque es mucho más fácil. Las autoridades ecuatorianas no tienen la misma profesionalidad que sus colegas colombianos. Algo similar pasa en Argentina, pero se está utilizando mucho más a Brasil, sobre todo para sacar droga desde ese país hacia Nigeria y de allí a Europa", concluye Nyholm. Si bien es posible que la crisis económica también haya influido para que los capos sacaran parte de sus capitales del país, es un hecho que otra serie de factores, entre ellos la lucha frontal del Estado contra los narcos, también influyó para que los nuevos capos optaran por buscar otros destinos para su dinero (ver recuadro). "Aunque el tráfico de drogas sólo representa un porcentaje limitado de la actividad económica, el blanqueo de dinero procedente de la totalidad de las actividades ilícitas controladas por las redes de delincuentes puede tener repercusiones en las crisis financieras", afirma un documento de la Unesco, que en 1996 emprendió un proyecto de investigación sobre las transformaciones económicas y sociales asociadas al narcotráfico. La investigación, presentada a finales del año pasado, fue elaborada por sociólogos, etnólogos, antropólogos y economistas. Para el grupo es claro que el aumento de las actividades delictivas relacionadas con el lavado de dinero obedece también a la "multiplicación de las posibilidades que han generado la liberalización financiera y la mundialización de la economía". El estudio presenta como "actividad ilegal legalizada" la utilización de los bancos de los paraísos fiscales, de los que destacan su función "tan importante como nociva", especialmente por su gestión "sumamente opaca de las grandes fortunas". Los investigadores de la Unesco llegaron a la conclusión de que los narcotraficantes gozan de impunidad "debido a su habilidad para neutralizar o socavar la labor de las fuerzas del orden, practicando la corrupción sistemática o incluso infiltrándose en las fuerzas gubernamentales en determinados casos". Si bien es posible que sobre las cifras no exista un consenso, sobre lo que no hay ninguna discusión es sobre la inmensa dificultad de combatir el lavado de dinero del narcotráfico. Como y donde Sin el lavado de dinero el narcotráfico no sería negocio. Para John McDowell, asesor principal de política de la Oficina de Asuntos Internacionales de Narcóticos del Departamento de Estado de Estados Unidos, "el lavado de dinero es la forma en que el delincuente trata de asegurarse de que, al final de cuentas, el delito pague. Este requisito demanda que los delincuentes disfracen el origen de su dinero ilegal para evitar que sea detectado y que se les enjuicie cuando lo utilizan". Para conseguir este fin ellos han desarrollado con el correr de los años una ilimitada serie de tácticas. Entre los métodos más usados por la delincuencia organizada para blanquear dineros se encuentran exportaciones e importaciones ficticias, contrabando, inversiones bursátiles, compra de billetes ganadores de la lotería, reclamación de seguros mediante la simulación de siniestros, transferencias a través de casas de cambio, empleo de 'paraísos fiscales', inversión extranjera en empresas de papel, donaciones a fundaciones y comunidades religiosas, comercio de antigüedades, inversiones por intermedio de testaferros y tráfico de dólares, entre otros. (ver recuadro). En Colombia una de las más recientes modalidades de lavado descubierta es por medio de cajeros electrónicos. El método consiste esencialmente en que un traficante consigna el producto de un cargamento en una cuenta corriente o de ahorros en el exterior, de la cual se debitan los dineros a través de una tarjeta en un cajero automático en el país. De esta forma los narcotraficantes evaden los controles en las casas de cambio colombianas. "El mejor sitio para esconder un árbol es un bosque, y por eso los lavadores y los criminales usan las redes de los bancos para ocultar su dinero", afirma uno de los analistas de la Unidad de Inteligencia Financiera del Ministerio de Hacienda para explicar por qué los narcotraficantes han optado por usar el sistema bancario. De acuerdo con las cifras oficiales es evidente que la mafia ha multiplicado sus esfuerzos para introducir dinero ilícito al país. Este temor se fundamenta en que, según la Fiscalía, el dinero incautado durante 2002 superó en 33 por ciento el monto confiscado entre junio de 1998 y diciembre de 2000. Durante el año pasado las autoridades incautaron el equivalente a 21.000 millones de pesos en moneda de otros países. De según la Fiscalía, los 'paquetes' de dinero que intentan ingresar al país mediante el sistema denominado 'pitufeo' oscilan entre 30.000 y 500.000 dólares. El 90 por ciento de los decomisos se hicieron en el muelle internacional del aeropuerto El Dorado de Bogotá. Desde la declaratoria de la conmoción interior se han realizado operaciones de extinción de dominio a narcotraficantes por 2.000 millones de dólares y se han doblado las sentencias contra el lavado de dineros. Los datos muestran la importancia de las acciones judiciales contra el delito en Colombia. Pero si bien la situación de control en el país es clara, no ocurre lo mismo con la presentada por países con alto consumo de drogas, donde tales controles aún son rudimentarios. Esta realidad quedó en evidencia y fue aceptada por la mayoría de los representantes de las 10 naciones que en octubre pasado participaron en el Segundo congreso panamericano de control y prevención del lavado de activos celebrado en Cartagena. Una de las conclusiones de los asistentes a ese evento es que, al igual que ocurre en la lucha antinarcóticos, en el combate contra el lavado de dinero aún no existe un verdadero compromiso internacional. Y mientras esto continúe es obvio que, por más grandes que sean los esfuerzos de las autoridades colombianas, el negocio está bastante lejos de desaparecer.