Especiales Semana

Sube más que el petróleo

El 'oro negro', el principal sector exportador nacional, llega al exterior por el esfuerzo de miles de colombianos. Regis Hernández, un 'hombre araña', es uno de ellos.

Wilson Lozano*
28 de octubre de 2006

Después de Estados Unidos, República Dominicana es el segundo destino de las exportaciones colombianas de petróleo y sus derivados. Por eso, cuando un dominicano en su país tanquea el carro con gasolina, podría estar haciéndolo con un producto colombiano que ayuda a elaborar, entre centenares de personas, Regis Hernández Olarte, desde la refinería de Ecopetrol, en Barrancabermeja, Santander.

Hernández tiene 41 años de edad y trabaja hace más de 20 en esa empresa. Ha pasado por diferentes etapas del proceso de la industria del 'oro negro', como son exploración, explotación, transporte y refinación. Ahora, es responsable del mantenimiento de las teas y los equipos de las plantas necesarias para la transformación del crudo.

En una jornada, él y un grupo de entre cinco y 10 trabajadores desmontan para limpieza o reparación un motor que puede pesar entre 200 kilogramos y tonelada y media, que de no funcionar bien, afectaría la producción en la refinería más importante de Colombia.

La primera vez que se subió a una torre de 102 metros de altura en 1993, el corazón le palpitaba tan fuertemente como en aquellas oportunidades cuando tenía 9 años y con sus amigos del barrio La Libertad en Barrancabermeja, corrían y saltaban para treparse al tren que pasaba todos los días a las 9:15 de la mañana. En los vagones se transportaban repuestos y tubos para la refinería de Ecopetrol.

Un ingeniero que sabía de sus antecedentes en el manejo de taladros de pozos lo recomendó para cambiar las boquillas en la tea número 2, a 102 metros de altura.

La operación de una planta no se concibe sin una tea. Es una especie de torre de escape, un elemento clave para controlar las emergencias. Cuando se produce una situación por fuera de los parámetros esperados, los equipos tienen una válvula de seguridad que reduce presiones y fluidos de gas que se queman en la parte superior de las torres. Son lo más visible de una refinería de petróleo en cualquier parte del mundo y sin su correcto funcionamiento se pueden ocasionar explosiones o grandes conflagraciones.

Las siete teas de la refinería de Barrancabermeja fluctúan entre los 92 y los 106 metros de altura. La persona que sube por primera vez tiene una sensación de libertad y miedo, eso fue lo que sintió Regis. "Yo nunca había visto a Barranca desde arriba", afirma emocionado esta especie de 'hombre araña' de Ecopetrol, que lleva 13 años trepándose a hacerles mantenimiento a las teas y manejando el concepto de seguridad con responsabilidad integral, que coloca a esta petrolera en el nivel de las empresas energéticas multinacionales con mayor competitividad.

Hoy, gracias a su labor y a las de otros centenares de colombianos que han hecho posible mejorar la calidad de los productos de la industria petrolera, Colombia exporta a diferentes partes del mundo, crudo, gasolinas para automóviles y para aviones.