Especiales Semana

TELECOMUNICACIONES

16 de diciembre de 1985

EL SENSACIONAL MUNDO DE LAS TELECOMUNICACIONES
Un millón y medio de suscriptores telefónicos generan el tráfico que deben manejar treinta y cuatro empresas del país. De éstas, la Empresa de Teléfonos de Bogotá tiene el 42% del total de suscriptores, las Empresas Públicas de Medellín el 19%, Telecom el 9.6%, y las Empresas Municipales de Cali el 8.3%. Por supuesto, la telefonia local sigue siendo el medio básico de comunicación en todo el mundo, pero el desarrollo de la sociedad exige necesariamente otros servicios, como la telefonía interurbana e internacional, la telegrafía, el télex, la transmisión de datos y la televisión. El ofrecimiento de estos servicios se hace posible actualmente mediante complejas instalaciones electrónicas como las centrales telefónicas controladas por computadores y enlaces para transmisión de las señales entre un punto y otro, que utilizan desde alambre de cobre hasta satélites geoestacionarios. Por razones técnicas y económicas se tiende a la unificación de las instalaciones: una central-puede hacerse cargo no solo de las conferencias telefónicas, sino también del enrutamiento de paquetes de datos, y es posible diseñar una sola red nacional de enlaces de transmisión para todos los tipos de comunicación eléctrica. Sin embargo, hoy en día las comunicaciones públicas del país son suministradas por Telecom, Inravisión, algunas empresas municipales y las Empresas Departamentales de Antioquia.
Telecom atiende directamente la telefonla local en 303 localidades y se ha asociado con 8 municipios para prestar el mismo servicio, pero su función principal gira alrededor de los servicios interurbanos e internacionales. Su red llega a más de 1.500 sitios del país y se conecta a las redes de otros países mediante la estación terrena para comunicaciones por satélite, localizada en Chocontá, y mediante enlaces terrestres con Ecuador y Venezuela. Para los enlaces con las localidades más alejadas del centro del país (San Andrés, Leticia, etc.) también utiliza enlaces satelitales. Esta red nacional permite los servicios de telefonla, telegrafia, télex, transmisión de datos y transmisión o recepción de televisión. Inravisión tiene una red nacional propia para la transmisión de programas, pero cuando se reciben o emiten programas internacionales debe hacer uso de los enlaces por satélite que alquila Telecom a Intelsat, entidad mundial de la cual es signatario.
Las empresas municipales suministran básicamente los servicios de telefonia local, en la forma bien conocida (instalaciones domiciliarias) o incluso con aparatos para ser instalados en vehículos. Debe tenerse en cuenta, no obstante, que las centrales locales deben encaminar el tráfico hacia las centrales de Telecom cuando se trata de llamadas interurbanas o internacionales, razón por la cual las empresas municipales conectantes se hacen acreedoras a "participaciones" de los ingresos que se perciben por este concepto. Dentro de pocos años será posible también que estas empresas establezcan otros servicios como la transmisión local de datos.
Telecom mantiene ciertos acuerdos con las empresas municipales conectantes, mediante los cuales se regulan el crecimiento armónico de la red, las acciones conjuntas para su operación y mantenimiento, y los procedimientos de facturación y cobro a los abonados. En varias ciudades el cobro de los servicios de larga distancia y de llamadas internacionales es hecho por las empresas municipales a nombre de Telecom.-
SATELITE PROPIO PARA EL AREA ANDINA
Mientras Colombia no disponga de los inmensos medios económicos que son necesarios para hacerse a su propio satélite, será apenas una idea aquello de que la "órbita sincrónica geoestacionaria" es recurso natural de los paises ecuatoriales. Y será también apenas una exclamación lo que un Canciller colombiano pronunció en la Asamblea General de las Naciones Unidas de 1975, en el sentido de que Colombia objeta la pretensión de ubicar sin su permiso cualquier artefacto en su segmento de órbita geoestacionaria.
De lo anterior a hablar "de los avances significativos en la lucha constante del recurso natural de nuestra órbita geoestacionaria" (que fue lo expresado en el Primer Seminario Informativo para el Sector de las Comunicaciones, realizado el 17 de marzo de este año bajo el auspicio del Ministerio de Comunicaciones) hay un trecho tan largo como el que existe entre el sitio donde ahora usted se encuentra, amigo lector, y ese punto donde se halla la tan mentada "orbita geoestacionaria", por ahora inalcanzable para Colombia.
Se podrá realmente hablar de que se está luchando por hacer respetar nuestros derechos de pertenencia cuando --repetimos--dispongamos de la suma astronómica para pagar nuestro propio satélite o satélites, asi sea compartido. Entonces se podrán combinar las declaraciones con la ocupación de la órbita. En tanto habremos de contentarnos con seguir acariciando la idea de que contamos en el espacio con una órbita propia y que allí podremos colocar cuantos satélites necesitemos para nuestras comunicaciones.
Pero no sólo es qué piensan, sino que hacen los grandes en esa materia. Mientras Colombia, luego de la pomposa declamación de Liévano Aguirre en 1975 (subsiguientemente se hicieron por nuestro país varias declaraciones más del mismo tipo, incluso en forma conjunta con el resto de países ecuatoriales), sólo hasta 1982 pensó en adquirir y colocar un satélite propio en la órbita geoestacionaria, y eso no en forma seria porque el Proyecto Satcol que se elaboró para ello hubo de abandonarse por falta de fondos, las grandes y aun las medianas potencias se apropiaron poco a poco de la controvertida órbita.
En efecto, la licitación que en aquel año se abrió para hacerse a un satélite propio, hubo lastimosamente que ser declarada desierta. No se durmieron todos esos años las grandes potencias, especialmente, que colocaron a su antojo, sin pedirle permiso a nadie, más y más satélites; hasta el punto que no pasarán muchos años--es lo que se calcula--en que ya no quedara literalmente el menor resquicio dentro de la orbita geoestacionarla para que palses pobres como el nuestro puedan instalar allí un satélite de su propiedad.
EL PROYECTO CONDOR
Ante el fracaso del satélite Satcol (satélite colombiano), nuestro país debió pensar en aliarse con los vecinos del area andina. En consecuencia, el Proyecto Condor reemplazó al fenecido Proyecto Satcol. Sobre el nuevo proyecto se informó en el citado seminario "que responderá a las necesidades de-la subregión (la andina) en materia de telecomunicaciones y que prestará beneficios a cerca de 140 millones de-personas". Se dijo tambien "que el sistema ha sido diseñado para cubrir los servicios de teléfonía, télex, datos telegrafía y televisión de los países del Grupo Andino, proyectados a los siguientes 15 años".
EL CONDOR, TAMBIEN UNA IDEA
Como las demás cosas referentes a la órbita geoestacionaria, el Proyecto Condor es solo una idea. Lo demuestra que los países andinos a quienes corresponderla llevarlo a cabo, no lo han acordado formalmente. Existe únicamente una recomendación, aprobada en 1984 en la XVI Asamblea de la Junta de Empresas Estatales de Telecomunicaciones del Acuerdo Subregional Andino, para que los ministros de Obras Publicas y Comunicaciones de esos países emprendan la instalación del mencionado satelite. Y es de pensar, de acuerdo con los sistemas de concertación y ejecucion existentes en tales países, que pasarán muchos años hasta que tal recomendación pueda ser puesta en práctica.
El Proyecto Cóndor no pasa, pues, de ser apenas una idea. --