Especiales Semana

Tiran la toalla

La deserción es uno de los principales obstáculos que enfrenta la educación superior en Colombia.

1 de octubre de 2011

El panorama es desalen-tador. Antes de completar el décimo semestre, alrededor del 47 por ciento de los estudiantes universitarios colombianos abandonan sus estudios. Y a nivel regional la situación es aún peor, pues según el Ministerio de Educación, por ejemplo, en Norte de Santander la deserción es del 79 por ciento; en Quindío, del 58 por ciento, y en Tolima del 56 por ciento.

Tres situaciones llevan a los estudiantes a rendirse antes de graduarse. El primer factor es el económico, pues aparte de conseguir los recursos para pagar la matrícula, los alumnos requieren una cantidad mínima para mantenerse. Según el Sistema para la Prevención de la Deserción de la Educación Superior, los desertores aumentan en la medida en que los recursos familiares son más escasos.

Para hacerle frente a esa problemática, el Ministerio ha puesto en marcha estrategias para apoyar la permanencia. De los estudiantes matriculados durante el primer semestre de 2011, el 10 por ciento (69.061) recibe apoyo financiero, el 6 por ciento cuenta con apoyos académicos, y el 4,3 por ciento tiene otro tipo de ayudas de las instituciones educativas. Los estudiantes beneficiarios de créditos el Icetex desertan un 50 por ciento menos que aquellos que no lo son.

Otro factor relevante es el nivel académico. Como dice el rector de la Universidad de los Andes, Carlos Angulo Galvis, es necesario articular adecuadamente la secundaria y la educación superior con estrategias como crear materias de acoplamiento. "En lugar de que repita dos veces Cálculo, porque no puede con él, la universidad puede ofrecer materias como Precálculo o Prefísica".

De hecho, quienes obtuvieron puntajes altos en las pruebas Icfes desertan menos. Según la ministra de Educación, María Fernando Campo, el 60 por ciento de los estudiantes que ingresan con bajo puntaje en las pruebas Saber 11 desisten, mientras solo lo hace el 35 por ciento de quienes tienen mejores resultados.

El tercer problema es la adaptación a la vida universitaria. Sandra Patricia Romero, asistente para el aseguramiento de la calidad de la Universidad Javeriana, explica que los estudiantes necesitan consejería, especialmente en los tres primeros semestres porque cada vez entran más jóvenes y desorientados. "A veces no tienen mucha claridad sobre los campos en que quieren moverse. Las facilidades que dan las universidades para que cambien fácilmente de programa constituyen un punto importante para disminuir la deserción".

Los esfuerzos del gobierno por ampliar la cobertura pueden tener cada vez menos impacto. Atacar estas tres situaciones apremiantes será un paso adelante para Colombia. "La mejor manera de aumentar cobertura a costo cero es disminuir deserción. La reforma de la Ley 30 debería enfocarse en este tema que se ha convertido en fuga de recursos", dice Carlos Alberto Patiño, profesor de la Universidad Nacional.

Entre 2010 y 2014, el gobierno nacional invertirá 800.000 millones de pesos para fortalecer el crédito educativo, la nivelación y acompañamiento académico de los estudiantes, los procesos de articulación con la educación media y para promover la orientación vocacional y del bienestar.