Especiales Semana

Tirando línea

ISA ya no es solo una compañía que transmite energía: las carreteras, las telecomunicaciones y la administración de sistemas están ahora en el portafolio. Una nueva apuesta en la que la palabra clave es diversificar.

24 de abril de 2010

Ya no es una novedad decir que Interconexión Eléctrica S. A. (ISA) es la responsable de que millones de personas reciban su servicio de electricidad en Latinoamérica.

Lo que sorprende es que ISA, luego de que ha ganado el primer puesto en el ranking de su sector, decidió hacerles un cambio extremo a sus prioridades y quiere convertirse -según lo ha explicado Luis Fernando Alarcón, presidente de la firma- en la primera gran compañía de "sistemas de infraestructura lineal".

El mismo mercado empezó a llevar a la compañía hacia esos rumbos, pues los primeros pasos hacia este enfoque se dieron en 2001 cuando nació Internexa, la compañía de transporte de datos del grupo. La red de fibra óptica de esta compañía creció prácticamente pegada a la red de transmisión de alta tensión de ISA y la introdujo en un negocio que aparentemente no tenía que ver con la energía.

Esa fue la semilla del gran descubrimiento: en este mercado lo importante no es tanto el canal por el cual se transmite o transporta algo. De hecho, la simple pericia técnica en electricidad, que siempre fue el fuerte del negocio, es apenas una parte del rompecabezas. Había otros elementos clave: la experticia de ISA para encontrar financiación, para adquirir licencias ambientales y programar obras en grandes extensiones de tierra, entre otros. Ese era el enfoque más amplio que necesitaba la compañía: allí caben no solo la energía sino también las telecomunicaciones, las vías y hasta el transporte de gas (mercado en el que aún ISA no ha incursionado).

Ese es el énfasis de la nueva estrategia y los pasos en este nuevo camino han sido muy ambiciosos. ISA firmó un acuerdo interinstitucional con el gobierno nacional, para diseñar, construir y administrar el proyecto Autopistas de la Montaña, una obra de 3.000 millones de dólares.

Al cierre de 2009, ISA anunció su intención de adquirir la mayor participación accionaria de Cintra, la concesionaria de vías más grande de Chile. Esta firma administra cinco carreteras en el país austral. La operación se calcula en 300 millones de dólares.

Por eso es que el grupo ISA hoy es más que pura energía. Obviamente, lo más grande de la actividad aún está en ese sector. Tiene 10 empresas energéticas en Colombia, Brasil, Perú y Bolivia.

Además está en el negocio de telecomunicaciones con Internexa, que ya tiene hoy una red de fibra óptica de 10.800 kilómetros entre Lima y Caracas y con filiales en Ecuador, Perú y Chile. En otra movida estratégica, a finales del año pasado, adquirió el 90 por ciento de Comunicaciones Intermedias, empresa con operaciones en distintas ciudades chilenas.

ISA además ha dejado huella en el mercado de valores. La década pasada logró con éxito un proceso de

democratización accionaria de una empresa de servicios públicos. Hoy alrededor de 50.000 accionistas minoritarios tienen el 31 por ciento de la propiedad de la compañía. Esto significó llevar a ISA hacia políticas de buen gobierno corporativo que prácticamente sentaron un precedente en el sector de servicios públicos en Colombia y la convirtieron en la joya de la corona.

Todos estos elementos dan muestra de que ISA es hoy una gran compañía que sueña con seguir creciendo a partir de su nuevo enfoque gerencial. Es una apuesta arriesgada que está mostrando excelentes resultados.