Especiales Semana

TOQUE MAGICO

Los tonos dorados y nacarados cubrirán el rostro en esta temporada. Se impone el maquillaje suave y muy natural.

2 de junio de 1997

Este año el maquillaje le apuesta a los rostros pálidos. La palidez vuelve a estar de moda al dulcificar las facciones, difuminar las marcas de los ojos y proporcionar un aspecto cándido pero refinado. Las bases, según esta tendencia, se utilizan mates. Los tonos: idénticos al de la piel y de una textura ligera pero cubriente. Sólo así se consigue camuflar y disimular los pequeños defectos del rostro. Las nuevas fórmulas con siliconas y pigmentos de luz ayudan a conseguir un resultado homogéneo. Los polvos son imprescindibles para matizar y eliminar los brillos inoportunos y su función es esencial para conseguir un acabado que resista toda la noche.
Ahora, los pómulos permanecerán iluminados. Serán marcados levemente con un poco de rubor tan difuminado que alcance a fundirse sobre la piel. Una regla infalible está en aplicarlo siguiendo la dirección del hueso del pómulo y luego extenderlo con ligereza hasta las sienes.
Según las tendencias de la moda, el maquillaje ataca con intensidad los ojos y los labios. Las cejas pierden protagonismo. Se siguen depilando pero, esta vez, de una forma más natural y menos delgada. Enmarcan el rostro pero sin destacarse demasiado. Los ojos se acompañan de tonos dorados, nacarados y brillantes. De sombras reflectantes con tonos profundos y acabados mates. En ocasiones especiales los tonos pastel, como los azules o rosados pálidos, vuelven a estar de moda. Cuando los ojos se llenan de color, los labios se desnudan con naturalidad. Y al contrario, si los ojos se maquillan con suavidad, los labios se conjugan con colores de alta tensión en una opción más sofisticada.
El delineador de ojos desaparece del rostro y el rimel siempre será negro o café. Las manos, eternas compañeras del maquillaje, estarán bañadas de colores como el dorado, los azules claros, el blanco tiza o el blanco nacarado.
Los últimos descubrimientos cosméticos se inclinan por las fórmulas de larga duración, de forma que los retoques en mitad de la noche apenas sean necesarios. Las texturas inalterables se hacen más patentes en los labiales, que refuerzan su color sin por ello dejar huellas indiscretas.
Para esta temporada el maquillaje destacará las facciones pero se aferrará a una tendencia suave y muy natural.