Especiales Semana

Tras las huellas del café

En los últimos años el Eje Cafetero se ha convertido en uno de los destinos turísticos más importantes del país. Detrás de este fenómeno hay un desarrollo inspirador para Colombia.

24 de marzo de 2003

Es la misma tierra que durante más de un siglo mantuvo a través del café una de las economías más sólidas del país. La misma que se sacudió con toda su furia en 1999 en uno de los desastres naturales más devastadores que recuerde Colombia. Y ahora, gracias al empuje de sus habitantes, está floreciendo sobre el Eje Caferero un nuevo modelo de desarrollo.

Por razones políticas, estos departamentos nacieron hace medio siglo por la separación del Viejo Caldas. Ahora, una nueva generación se empeña en unirlos por medio del comercio, la educación y el turismo bajo el concepto de ciudad-región, un modelo que apuesta por las fortalezas individuales de los departamentos para formar un progreso colectivo.

Frente a la tan mencionada globalización, Risaralda, Caldas y Quindío podrían ser un ejemplo local de ese fenómeno. Hoy, la compleja e infinita cultura del café, se ha trasladado a espacios de diversión para dar lugar al agroturismo, la nueva fuente de recursos que contribuye al desarrollo conservando la indentidad cultura de la región. SEMANA recorrió el Eje Cafetero para tomarle el pulso de esa palpitante zona del país.