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TURISMO: ROSTRO, IMAGEN Y DIVISAS

Colombia está lejos de alcanzar un aprovechamiento óptimo de sus recursos turísticos; sin embargo se realizan esfuerzos importantes al respecto....

28 de marzo de 1983

HACIA EL PAIS TURISTICO
Contingentes de japoneses recorren aceleradamente el Louvre y se concentran, cámaras en mano, ante la Gioconda; grupos de rubios turistas alemanes discuten precios de artesanías en un mercado indígena de Guatemala, miles de turistas brasileños invaden las calles de Buenos Aires, inundada de cartelitos que indican que "se habla portugués" en todos los almacenes de la calle Florida. Esa es la proporción que ha adquirido el turismo internacional en nuestros tiempos. Aunque en todas las sociedades y naciones, el turismo, guardadas las debidas proporciones, ha encontrado alguna forma de expresión, el auge sostenido que ha experimentado desde la postguerra con los permanentes avances de los medios de transporte y comunicación, ubican el tema en una nueva dimensión.
Hace apenas cien años, un hábil comerciante inglés, el señor Thomas Cook, ideaba un sistema que hoy es considerado el nacimiento del turismo moderno. Cook organizó los primeros viajes en grupo, colectivos, y les añadió el sistema de pago único, de manera que el turista pagaba, de una vez, todos los gastos de viaje y hospedaje, eliminándose la molestia de hacerlo personalmente, de procurarse transporte o conseguir reserva en el hotel. Era la primera agencia de viajes y turismo. Su éxito fue tan grande que pocos años después, su experiencia se repetiría en decenas de ciudades. Para completar el sistema, en 1906 surgieron los cheques de viajero, que eliminan la necesidad y los riesgos de llevar dinero en efectivo. Con la introducción de esas nuevas prácticas, el afán de conocer y la necesidad de viajar superaban definitivamente el carácter azaroso y aventurero de sus orígenes, para transformarse en una actividad planificada, estudiada, que hace que el turista se sienta llevado de la mano, no importa cuán remoto sea el lugar del globo en que se encuentre.
Ya en nuestros tiempos, la importancia que ha adquirido el sector queda testimoniada con la creación, en 1975, de la O.M.T. --Organización Mundial del Turismo--, a instancias de las Naciones Unidas. Viajar ha dejado de ser, desde hace tiempo, un privilegio reservado a unos pocos elégidos. Lo mismo sucede con el descanso y las vacaciones. Los conceptos de tiempo libre y aprovechamiento del ocio, son una preocupación en los gobiernos de los países adelantados, que organizan planes para su población.
Obviamente, el turismo es una gran fuente de divisas y ello también explica esa preocupación. El ejemplo de España, Italia o Grecia, en Europa, o México en nuestro continente, atestigua la importancia que, para el ingreso nacional, puede tener una buena política turística. En los dos primeros casos una hábil y perseverante política gubernamental basada en el aprovechamiento de los recursos turísticos nacionales y en crear una infraestructura que hiciese fácil, seguro y accesible el viaje y la estadía, les aseguraron una insospechada fuente de ingresos. En los años 70, un promedio de 35 millones de turistas visitaban anualmente ambos países, gastando casi 2.500 millones de dólares por cada día de su estancia, es decir una cifra comparable con la totalidad de las exportaciones anuales de Colombia.
LA "VOCACION TURISTICA"
Sin embargo, no todos los países pueden aspirar a un flujo turístico como el señalado. Se requiere, en primer lugar, tener ventajas comparativas en lo referente a los recursos y atractivos que el país puede ofrecer al visitante. Es necesario, además, estar en condiciones de garantizarle al eventual turista las máximas comodidades posibles, ágiles medios de transporte, seguridad y buena atención. Finalmente, es preciso que esas ventajas y los servicios creados sean dados a conocer a los potenciales turistas.
Esos son los aspectos claves de una política de turismo moderna y eficaz, y están en la base de una "Vocación turística", es decir, del interés de toda la comunidad en promover esa actividad.
Vistas así las cosas, resulta evidente que Colombia está bastante lejos de alcanzar un aprovechamiento óptimo de sus recursos turísticos. La belleza de las playas caribeñas; las maravillosas reservas naturales del Parque del Puracé y el Pan de Azúcar, en el sur occidente; la tradición y autenticidad de Popayán; la imponente presencia del Nevado del Ruiz, son indiscutibles atractivos del país. En cada uno de estos u otros puntos turísticos importantes, o en sus cercanías, hay aeropuertos habilitados e infraestructura hotelera suficiente, que brindan todas las comodidades que el viajero requiere. Sin embargo, Colombia no ha logrado entrar en el círculo de países de gran atracción turística.
UNA CUESTION DE IMAGEN
De acuerdo con la Organización Mundial del Turismo, todo viajero que permanece un mínimo de 24 horas y un máximo de 90 días en el lugar de visita, por motivos tan disímiles como placer, vacaciones, salud, compras o negocios, es un turista. Y un país habrá tenido éxito en su política turística si el viajero mismo se transforma, en reconocimiento de la atención y los servicios recibidos, en un agente promotor del país receptor.
Un espectáculo que se repite año tras año en Europa, al llegar el verano, es la congestión de carreteras y el éxodo masivo que protagonizan millones de franceses, ingleses, o belgas hacia España, Italia, Grecia o el norte africano. Esta costumbre, que se repite indefectiblemente, deja vacías las ciudades capitales. Ese flujo turístico ha sido asegurado por la experiencia que el viajero se ha formado y los esfuerzos que los gobiernos y la empresa privada de los países receptores han empeñado en ello.
Para Raúl Carrera Lastra, Director del Departamento de Hotelería y Turismo de la Universidad Externado de Colombia, "el turismo vende felicidad, por lo que hay que tener en cuenta que el visitante debe 'sentir' la vocación turística del país receptor en todos sus aspectos". La imagen del hotel especialmente confortable es apenas uno de esos aspectos; el sitio turístico es otro; pero, también son aspectos claves en la atención al turista el servicio de la compañía aérea que lo trae al país, la atención que recibe del funcionario de Aduanas o de los de migraciones al ingresar, el taxista que lo traslada del aeropuerto a su hotel, las autoridades que le brindan seguridad etc.
Una política turística debe integrar todos esos factores y debe expresarse en una imagen externa atractiva. Un juicio emitido, hace algunos días, por Patrick Denorus, Gerente General de Air France, ponía de relieve la mala imagen que proyecta el país: "los franceses conocen muy mal los aspectos turísticos de Colombia. Se habla de un país donde hay droga, violencia y guerrillas..."
Este punto en particular, el de la imagen exterior del país, es señalado unánimemente como uno de los principales obstáculos para atraer un buen flujo turístico. La asociación inmediata al narcotráfico o a la delincuencia por parte de cualquier extranjero es un hecho corroborado diariamente. Hace apenas unos pocos meses, un artículo publicado en Le Monde, señalaba que de las organizaciones de "raponeros" inmigrantes que opera en Europa, las más temidas son las colombianas; por otra parte, la ruta de la coca, con su escala obligada en Colombia, no es sólo un problema que afecta la imagen del país, sino la propia tranquilidad de cualquier turista colombiano en el extranjero, que ha de estar preparado para soportar requisas especiales en los aeropuertos y cierto trato discriminatorio bastante habitual.
El problema de la delincuencia y la inseguridad es, pues, un obstáculo clave en la promoción turística del país. A raíz del debate sobre la realización del Mundial del Fútbol, el argumento predilecto de sus defensores era que podía tener la virtud de modificar esa mala imagen del país en el exterior. Pero, como señalaban sus críticos, la magnitud de las inversiones requeridas podrían pagar cuatro o cinco planes nacionales de turismo, que atacasen todos los obstáculos y no sólo uno.
EL TURISMO ES UNA EMPRESA MODERNA
De allí la insistencia de Carrera Lastra: "una política turística debe integrar todos los factores, en un esfuerzo mancomunado del gobierno y la empresa privada". Y para hacerla realidad se requieren inversiones, presupuesto y planes de largo alcance.
La Corporación Nacional de Turismo ha definido, desde hace años, la importancia que el sector reviste para la economía nacional: "El objetivo fundamental es lograr que el turismo aparezca como una actividad participe del desarrollo regional, ya sea como fuente generadora de empleos y divisas, en lo que hace al turismo extranjero, o como fenómeno de redistribución de ingresos a nivel regional en cuanto hace al turismo interno".
¿Cómo lograr esos propósitos? En lo que hace a la capacidad hotelera del país, las dificultades de tipo financiero son grandes. Construír un hotel de tres estrellas cuesta un promedio de cuatro a siete millones de pesos por habitación, lo que significa una inversión de no menos de 500 millones de pesos. Para obtener alguna rentabilidad, es preciso que la ocupación promedio del hotel no sea inferior al 70% de su capacidad, un objetivo al que sólo pueden aspirar con éxito los hoteles de la costa y de Bogotá. El carácter de la inversión hace que la recuperación del capital sea lenta y, por lo tanto, sus requerimientos de créditos de fomento, que hagan participe al Estado del esfuerzo emprendido, son altos. Pero su disponibilidad es escasa y no siempre en las mejores condiciones.
Sin embargo, allí no se acaban los problemas del sector hotelero. Patrick Denorus señalaba que "para los turistas de mayores ingresos o para los hombres de negocios, la situación es buena, pero lo que se necesita es crear una infraestructura hotelera para el turista de clase media, con ofertas halagadoras". Y cuando se trata de este tipo de capacidad hotelera las mencionadas dificultades de financiación se hacen más graves.
Sin embargo, el total de la oferta hotelera del país, crecía, en 1976-78, a un promedio del 3% anual, mientras que el turismo receptivo lo hacía a tasas muy superiores: en 1980 presentó un incremento del 9.9% en relación al año anterior.
EL PLACER DE VIAJAR
Otro aspecto básico es el referido a los medios de transporte. Aunque el más utilizado para ingresar al país es el terrestre, que representa el 78%, las características topográficas de Colombia le otorgan una especial significación al transporte aéreo como factor de integración nacional. Los esfuerzos en este campo apuntan en dos direcciones. La primera es a mejorar las características y operaciones en los casi setecientos aeropuertos con que cuenta el país. El mejoramiento de los aeropuertos, primer contacto del turista con el sitio elegido, ocupa un lugar relevante en las preocupaciones del sector.
La otra preocupación apunta a poner más al alcance del turista de ingresos medios el transporte aéreo, ya sea abaratando sus costos o con planes de financiación especialmente atractivos. El éxito de los planes de Avianca o Sam a la Costa y San Andrés, y el activo papel de las agencias de viaje y turismo, es una demostración del inmenso campo que la financiación barata y de largo plazo abre.
El transporte terrestre es un complemento indispensable del aéreo. Ya sea en carreteras y transporte automotor o en vías férreas y trenes, tradicionalmente, su estado general era totalmente deficitario. La mayoría de las carreteras no reunía los requisitos minimos de seguridad, el sistema de buses de larga distancia era desalentador y los trenes se caracterizaron por su incomodidad e impuntualidad.
Este cuadro desolador comenzó a revertirse en los últimos años, a partir del Plan Vial Nacional, que mejoró varias vías importantes y habilitó otras, como la Autopista Medellín-Bogotá.
El tan cuestionado servicio de trenes ha demostrado, con la reciente inauguración del Tren Turístico de la Sabana, que con una mínima inversión de capitales y promoción puede cumplir, dentro de algunos límites regionales, un buen papel de complemento.
HACIA EL PAIS TURISTICO
Aun con todas las dificultades anteriormente señaladas, el turismo, en especial el turismo receptivo, ha crecido año tras año, en proporciones considerables. Globalmente, entre 1979 y 1980 lo hizo en casi un 10%; pero, si se analiza el comportamiento de los tres principales centros receptivos, Ipiales, Cúcuta y Bogotá, en el quinquenio 76-80, el número de turistas aumentó casi el 30% cada año. Ecuador, Venezuela y EE. UU. aportan cerca del 90% de los viajeros que ingresan anualmente a Colombia.
Un inesperado refuerzo a la promoción turística del país, a un costo relativamente bajo, será el que brindará la elección de Miss Universo.
Después de muchos debates y contramarchas, el certamen se realizará, finalmente, entre el 15 de junio y el 11 de julio. Los opositores han insistido en que ningún hecho aislado, por positivo que sea, puede reemplazar una política global de promoción turística, y que el costo del certamen es demasiado alto. Sus defensores apuntan a recalcar que sus ventajas exceden largamente el costo y que bien puede constituir un punto de despegue de la imagen turística, articulada en el plan nacional. Basan sus estimaciones en datos muy elocuentes: entre 600 y 700 millones de teleespectadores de todo el mundo verán el programa; sólo en EE. UU. --uno de los tres países que más turistas aportan a Colombia-- uno de cada dos televisores estará sintonizando el programa. Si se comparan esas cifras con las del último Mundial de Fútbol ( 1.200 millones de televidentes) se puede apreciar la magnitud que ha adquirido el certamen. Pero allí no se acaban sus virtudes: de los 60 minutos de transmisión, 45 se dedican a tomas de ciudades y sitios de atracción turística del país sede, que en este caso serian de Bogotá, Cali, Medellín, Barranquilla y Cartagena. En síntesis, todo parece indicar que Miss Universo representará una gigantesca promoción publicitaria para Colombia, a un costo relativamente bajo: 200 millones de pesos.
En los últimos cinco años, el turismo ha llegado a ocupar el tercer o cuarto renglón productor de divisas para el país, después de las tradicionales exportaciones de café y azúcar. Este hecho sintetiza la importancia que ha adquirido el sector y constituye un merecido premio a la "vocación turística" que se ha ido formando. Los esfuerzos realizados por la Corporación Nacional de Turismo, los gremios hotelero y gastronómico, así como las compañías de aviación y las agencias de viaje y turismo, han contribuido a iniciar la superación de las dificultades básicas de la empresa turística. Su definitiva solución, sólo posible a largo plazo, dependerá en buena medida, como lo señalan todos los sectores interesados, en la capacidad de aunar esfuerzos y preparar el personal ejecutivo, conocedor de los problemas y soluciones del turismo moderno, y en el empeño que el gobierno ponga en esta empresa.
PARA IR PENSANDO EN LAS MALETAS
Durante los próximos meses, en los principales centros turísticos del país, tendrán lugar varios festivales o festividades conocidos internacionalmente por su colorido e importancia.
- Festival Internacional de Música del Caribe
Aunque muchos colombianos sólo asocian la música caribeña al sonido de la salsa, como su expresión más universal, en las islas de la región se han desarrollado ritmos que configuran uno de los más variados folclores latinoamericanos. El calypso, los merengues, el son, cumbias y regges, se dan cita entre el 3 y el 6 de marzo, en Cartagena.
- Feria Internacional del Gallo Fino
Hasta hace algunos años, la pasión por las aves de riña estaba muy generalizada en los países hispanoamericanos. Algunas restricciones y el paso del tiempo, han hecho que los secretos, los rituales, el lenguaje y la tradición de las riñas de gallo se conserven en manos de los viejos conocedores. Ellos se reúnen este año, en Sincelejo, el 10 de marzo, en lo que constituye una magnífica oportunidad de acercarse al mundo de los iniciados y apreciar las mejores "cuerdas" del país y de los países vecinos.
- Semana Santa en Popayán
Desde 1558 se conmemora, con especial brillo, esta festividad religiosa en la capital del Cauca. Cuenta la "Historia General de Popayán", que en aquellos tiempos "existía la costumbre de salir, las personas más notables de la ciudad, en las noches de jueves y viernes santo, detrás de las procesiones, azotándose, cargando ruces y ejecutando otras penitencias" .
La Semana Santa en Popayán es una cita con la historia colonial y religiosa del país, rigurosamente conservada que ha adquirido importancia internacional.
En la misma semana, 27 de marzo al 3 de abril se reaza, también en Popayán, el Festival Internacional de Música Religiosa. Su escenario son las centenarias iglesias o lugares públicos, como el Puente del Humilladero,asociados a los desfiles. Participarán en él los más calificados intérpretes, grupos corales y orquestas de todo el mundo.
- Festival Internacional de Cine
Cartagena, el 1 de abril, tendrá lugar la inauguración del único evento de este tipo que hay en Suramérica. Como en ocasiones anteriores, significa una gran ocasión para apreciar las últimas producciones europeas y americanas, así como la evolución del nuevo cine latinoamericano.
- Festival Internacional de la Leyenda Vallenata
Aunque es ampliamente conocido como expresión musical, en esta fiesta de Valledupar encuentra expresión no sólo la música regional, sino la cultura, el modo de vida y la forma de sentir que el vallenato representa.
Por ello mismo, aquí, el 27 de abril, se dan cita no sólo los grupos musicales, sino los indios arhuacos, con sus danzas y tradiciones, haciendo parte de esta cultura común.
EL TURISMO EN CIFRAS
- El medio de transporte más utilizado por los turistas que ingresan al país es el terrestre: El 78.1% del turismo receptivo.
- Los puertos más utilizados para ingresar al país fueron, en su orden Ipiales, Cúcuta y Bogotá. Siete de cada diez turistas que vienen a Colombia, ingresan por las dos primeras ciudades. El 15% lo hace por la capital de la República.
- Los principales países emisores de Turismo a Colombia son: Ecuador, Venezuela y EE. UU. De nuestros dos vecinos proviene el 80% de nuestro flujo turístico, mientras EE. UU. aporta el 6.5% anual.
- Los meses de temporada alta de turismo receptivo son, en orden, marzo y agosto. Casi el 25% de los turistas que ingresan anualmente al país, lo hace en esos dos meses.
- En 1980 hubo déficit en la balanza turística solamente con las regiones de Norte y Centroamérica. Colombia ha emitido más turistas a estas zonas, que los que ha recibido de ellas. Por consiguiente, la balanza turística en dólares con los países comprendidos en esas áreas, también fue deficitaria.
- En 1982 se estima que los ingresos turísticos superan los 780 millones de dólares, alcanzando el segundo lugar en las fuentes de divisas, después del café.
BOGOTA DE NOCHE
En 1970 la fisonomía de la Avenida Pepe Sierra en casi nada se asemejaba a la que posee hoy. En ese entonces no había más de ocho casas en medio de una gran extensión de terrenos baldios. Hoy se levantan decenas de casas y edificios, así como un centro comercial cuyas luces empiezan a brillar apenas oscurece y donde la música llena de vida y de curiosidad el ambiente.
Discotecas como Unicornio, Topsi y Cabaret, cada una en su estilo y con su propia atracción, integran un solo conjunto que se comunica interiormente. Bogotá, por muchas razones expuestas en el anterior reportaje, no tiene fama de ciudad nocturna; sin embargo, lo poco que se da en este aspecto lo proporciona esta concentración de discotecas de la ahora moderna Pepe Sierra, cuyo dueño y diseñador Edgar Molero, es un amante de los juegos de luces, de las novedades artísticas en materia de decoración y un viajero pertinaz, siempre al día de lo último que ofrecen las capitales del mundo para entretener a la gente por la noche. "El secreto", dice "consiste en lograr que la gente llégue a su máximo climax de alegría se olvide de los problemas y disfrute. Y conseguir que ese ambiente no decaiga en ningún momento"
Cada discoteca presenta su propia particularidad. El Unicornio cuenta con el sistema Disco-visión: luces centrífugas, proyección de películas dos veces durante la noche y una música que comienza suavemente y va subiendo la intensidad del sonido paulatinamente hasta llegar a un máximo permisíble. Topsi se caracteriza por su música tropical y una clientela aún más exclusiva, por medio del sistema de socios. El ambiente de Cabaret es eminentemente latino, con bastante música brasileña, donde todas las noches se traslada el carnaval carioca y donde también es posible degustar espléndidos menús.
Las tres se han convertido en sitios de atracción turística y han dado un paso importante hacia una verdadera Bogotá de noche.