Especiales Semana

Una competencia de película

A pesar de la piratería y el teatro en casa, Cine Colombia está ganando la pelea del negocio del séptimo arte. Así lo está logrando.

28 de abril de 2007

El año pasado fue uno de los más exitosos para la industria cinematográfica, que despertó del letargo en que se encontraba, al pasar de 16 millones de espectadores en 2004 y 2005 a más de 20 millones en 2006. Cine Colombia es responsable de la mitad de los asistentes a cine del último año.

Cine Colombia tuvo 11.808.114 espectadores. La empresa sigue siendo la cadena de cines más grande del país, con un patrimonio que hoy supera los 180.000 millones de pesos. Hay cuatro cadenas de cine nacional: Cinemark, Procinal, Royal Films y Cine Colombia. Esta última tiene un mayor número de salas, distribuidas en gran parte del territorio nacional.

La estrategia comercial de Cine Colombia ha sido pionera en varias de sus políticas. Desde los años 90, cuando la empresa fue adquirida por el grupo Mayagüez y el bugueño Munir Falah asumió el cargo de presidente, se ha fortalecido en su servicio al cliente, con propuestas importadas de Europa y Norteamérica que permitieron implementar conceptos como el multiplex: varias salas de cine en un mismo espacio.

La empresa le apuesta a la ubicación de los teatros en centros comerciales, para aportar en la optimización del tiempo de la gente, y distribuir las funciones en horarios y salas alternadas, con el fin que el usuario tenga varias opciones. Además de los horarios y las salas múltiples, la compañía ha establecido mecanismos para llamar la atención de los niños y sus padres, como ofrecer tarifas más bajas hasta las 3 de la tarde.

Cine Colombia cada año les entrega a los colombianos 180 películas y su larga trayectoria le ha permitido fortalecer la cultura del cine en el país desde 1927.

Con un capital de 1.500.000 pesos, Cine Colombia se convirtió en la primera cadena de cines en llegar al país. A golpes de sirena se anunciaba el comienzo de sus primeros espectáculos. El escenario era una vieja plaza de toros en Medellín llamada 'Circo España', y una tela blanca, soportada por cuatro guaduas, proyectaba películas de cine mudo amenizadas con pianos y orquestas alquiladas. Las funciones tenían un costo individual de 30 centavos, pero quienes se sentaban detrás de la pantalla de lienzo sólo pagaban la mitad porque tenían que utilizar espejos o adiestrar su agilidad visual para leer al revés.

Hoy, 80 años después de su fundación, la empresa cuenta con 182 salas de cine en todo el territorio nacional y una taquilla bruta de más de 83.000 millones de pesos en el último año.

Cine Colombia ha tenido que enfrentar no sólo las crisis económicas, sino la llegada de la televisión, el VHS, el DVD, el alquiler de películas y, desde hace algunos años, la piratería.

El gran reto del sector es la lucha contra la piratería. Según un informe publicado por el Programa Antipiratería de Obras Cinematográficas (Praci), en 2004 y 2005 se perdieron dos millones de espectadores a causa de este problema, y 32.000 millones de pesos en ingresos para el sector en los últimos cinco años. Además, los 22.000 empleos que genera la industria del cine en el país podrían subir a 35.000, según Cine Colombia, de no ser por el comercio ilegal de películas.

El aumento de penas por defraudación de los derechos de autor, que pasó de cuatro a ocho años, y los más de 1.000 procesos judiciales que se adelantan por esta causa en Bogotá, Cali, Medellín y Bucaramanga, dan muestras de una lucha constante que ha rebajado las cifras de piratería de 85 a 70 por ciento el año pasado, cuando se decomisaron más de seis millones de películas piratas.

Pero, pese a todos los obstáculos las utilidades de Cine Colombia en 2006 duplicaron las de 2005: pasaron de 10.797 millones de pesos a más de 21.467 millones en el último año.

Falah asegura que por primera vez, en las últimas dos décadas, Colombia como país atendió una cifra récord de espectadores a sus salas de cine. Más del 14 por ciento de los asistentes fueron a películas colombianas. La cinta Soñar no cuesta nada, del director Rodrigo Triana, tuvo 1.200.000 espectadores, según estadísticas de la dirección de cinematografía del Ministerio de Cultura, siendo la cifra más alta que ha recibido una producción nacional en la última década, y, según Falah, la más taquillera de 2006.

"En los últimos años ha habido un repunte importante en la asistencia a taquilla y eso demuestra que la audiencia colombiana todavía quiere y le gusta ir a cine a ver las películas", asegura Rodrigo Guerrero, quien trabaja para la productora de cine Dynamo.

El negocio del cine ha tenido grandes altibajos. Durante la época en la que no había televisores, la gente asistía con mayor frecuencia, pero la tecnología fue desplazando el negocio hasta dejarlo, en términos de resultados, por debajo de la televisión por suscripción y la industria editorial.

Según estadísticas de la firma de investigaciones de mercadeo Raddar, los colombianos destinaron el 0,7 por ciento de sus ingresos a productos culturales, lo que significa que por cada millón de pesos de gastos mensuales, 7.270 pesos estaban destinados a consumo.

Aunque el cine no tiene mayor participación en la economía nacional, el repunte de la industria cinematográfica demuestra que a pesar de la fortaleza de la televisión, hay miles de espectadores que no reemplazan la pantalla grande. Lo cierto es que, pese a tantas recaídas, el cine sigue siendo un eslabón importante en el abanico de la cultura y el entretenimiento.