Especiales Semana

VACACIONES Y DEPORTES

Las ciudades crecen sin control, el campo está cada día más lejos, los paseos son cada vez más escasos, y el hombre está encartado con sus horas de ocio

30 de julio de 1984

SECRETOS PARA NO ABRURRIRSE
Antes, hace cincuenta o sesenta años, divertirse era una cosa muy sencilla. Entre el enorme patio de la casa, la plaza única del pueblo pequeño y los innumerables miembros de cada familia, la entretención se iba dando sin que nadie tuviera que pensar en ella. Hoy, cuando el enorme patio se cambió por un apartamento pequeño, la plaza por una avenida, se establecieron jorna das estrictas y la inseguridad no permite apropiarse de la calle; la recreación se vuelve un cuello de botella, como todo, en las ciudades grandes.
Con sólo pensar que de 25 millónes 867 mil habitantes de Colombia, el 62 por ciento es población urbana, ya se tiene una idea clara de que el problema es que somos muchos en un área muy pequeña y que compartir espacios públicos es tema de estudio y planeación.
Las ciudades crecen sin control alguno y los espacios para la recreación no van incluídos en esa carrera. El campo está cada vez más lejos, los paseos cada vez más escasos el resultado real de nuestras ciudades es que el hombre se aburre y no sabe que hacer con su tiempo libre, se encarta con sus horas de ocio, a tal punto, que el domingo terminó por ser el peor día de la semana.
Como a todo problema le sale su propuesta de solución, ya hace algunos años el aburrimiento se puso sobre el tapete y algo se está haciendo por él. Lo primero sobre lo que se tiene noticia en el campo de la recreación son las inolvidables asociaciones cristianas que reunían niños en los barrios para repartir confites y jugar un rato. Luego aparecieron grupos como los scouts que se apropiaron de la tarea, los barrios se llenaron de ruedas, de personas que cantaban himnos e inventaban juegos. Pero los primeros que hablaron en serio en Colombia de recreación, y que la llamaron por su nombre, al fundar en 1959 la Asociación Colombiana de Recreación, fueron Lina María Estrada y el cura Camilo Torres. La asociación nació con el ánimo de orientar las políticas de recreación reuniendo los organismos sociales que tuvieran que ver con ella y de representar a Colombia en los eventos internacionales.
La idea fue penetrando los oidos oficiales. Organismos como Coldeportes comenzaron a ampliar su red de acción, y además de promover e deporte se vinculó a otro tipo de actividades. La tarea urbana se la apropiaron definitivamente las cajas de compensación familiar, que comenzaron a pensar en serio que a los trabajadores y a sus familias había que entretenerlos y brindarles posibilidades de expansión.
Tanto se había hablado ya de recreación que en el 69 una trabajadora social de Medellin, Amanda Lalinde de Castro, presentó un program; de recreación dirigida a la Universidad de Antioquia, el cual fue aprobado pero nunca financiado. Amanda Lalinde se fue con su proyecto para Bogotá, donde en el 73 fundó el CIRDl (Centro de Investigación Recreación Dirigida), del cual salió el el 75 la primera tanda de profesionales de la recreación.
Se entró en una época distinta, la creación de espacios colectivos comenzó a interesar al urbanismo. Algunos centros de recreación empieza a construirse y a utilizarse más concienzudamente. El deporte y la recreación, pensados como parte vital del hombre comienzan a disponer de más recursos.
No hay que pasar por alto que Colombia presenta un alto deficit de espacios abiertos para la población y no existe la conciencia de espacios colectivos. Los pocos parques que hay requieren de la vigilancia permanente para conservarse. La necesidad de expansión del individuo se vincula en gran medida con el licor y por cada diez bares que se abren se crea un parque. Sin embargo, poco a poco se incrementan los programas y los profesionales de la recreación empiezan a escasear. Esto posibilita que en 1979 surja otra escuela de recreación, en el Politécnico Colombiano de Medellín.
DIRIGIR EL HOMO LUDENS
Según Huizinga, un holandés dedicado al estudio del goce, el hombre, no es un homo sapiens porque no somos tan razonables como quisiéramos. Ni es un homo fabers, porque no solamente trabaja. El escritor adjunta a estas dos designaciones la de homo ludens, el hombre que juega.
Ese hombre que juega ubicado en espacios cerrados y peligrosos como una ciudad, requiere de una recreación planeada, que le permita elaborar su potencial lúdico en algo productivo para él mismo. Esto es a grandes rasgos el fundamento teórico de la labor de un recreacionista.
Debe quedar claro que lo que estos profesionales se proponen no es en ningún momento, ser los payasos de la reunión, ni divertir a los grupos. Se trata de transformar lo que ya existe y encontrar el goce en hacerlo. El juega es sin lugar a dudas el punto de partida para recrearse, porque ayuda a la relación con los otros, de ahí se puede derivar la creación. En cualquier campo: cultural, deportivo, manual, lo importante es que el hombre aprenda a utilizar su tiempo libre y tenga sitios para hacerlo.
El recreacionista es solamente la persona que posibilita el encuentro de cada uno con su goce, quita el miedo, insinúa posibilidades de lo que puede hacerse y proporciona los medios estableciendo vínculos entre las personas para que en el tiempo libre el ciudadano aprenda no sólo a recrearse, sino también a re-crear lo que ya tiene. -+