Especiales Semana

VEHICULOS

31 de octubre de 1994

SUAVIDAD A TODA PRUEBA
La vida del motor de un carro depende en buena medida del lubricante, gracias a él las temibles y angustiosas varadas desaparecen. De acuerdo con los especialistas, para mantener su rendimiento y durabilidad se debe practicar cambio de aceite cada 6.000 kilómetros.

MIENTRAS muchos se toman horas, días, semanas y hasta meses descansando e imprimiéndole energía al cuerpo a través de ejercicios y una buena alimentación, su lujoso o informal automóvil ha estado por algún tiempo expuesto a terrenos escarpados, difíciles pendientes, bajadas, mucho calor o gran frio, soportando todo el uso sin ni siquiera tener el privilegio de que su motor respire y le dé la cara al sol.

El descuido y el bajo control de mantenimiento en cuanto a lubricantes se refiere, ha sido tal que hasta los más potentes motores han quedado frios e inservibles ante la indiferencia de los propietarios.

Los lubricantes son compuestos a base de parafina derivada del petróleo, combinado con aditivos o productos químicos en diferentes proporciones de acuerdo con el buen o mal estado del motor.

Hace algún tiempo los motores venían cargados de deficientes aceites que sólo aguantaban hasta un máximo de 600 kilómetros. Todo esto ha quedado atrás gracias a los cientos de estudios que se han realizado para replantear las funciones primordiales de cualquier lubricante, es así como ahora se pueden encontrar aceites que alcanzan los 20.000 kilómetros de vida.

Los adelantos tecnológicos han permitido elaborar lubricantes y aceites con una alta calidad, que permite un mejor desempeño del motor y evita al máximo el desgaste y se convierte en un agente limpiador que recoge los residuos de la combustión. Existe en el mercado una inmensa gama de aceites y lubricantes con todas las especificaciones del caso, y para todos los modelos de motores que se encuentran en el país, pero el misterio para identificar cuál es el de mayor calidad y máxima duración, se determina a través de su viscosidad, que indica el mayor o menor rendimiento; este factor permite la formación de una película lubricante entre las partes del motor, que reduce la fricción y evita el desgaste. Se debe presentar un óptimo comportamiento bajo cualquier condición de temperatura y el resultado será que en temperaturas altas el aceite sea espeso y en temperaturas bajas menor viscosidad para proteger las superficies deslizantes de metal.

El nivel de calidad de un aceite también se mide cuando se evita la formación de depósitos de carbón en las zonas críticas, como la corona del pistón y el tren de válvulas. Según el ingeniero químico de Mobil de Colombia, Fernando Angel, "al seleccionar un mal lubricante se corre el riesgo de dañar el funcionamiento del motor, porque éstos no remueven el calor, ni los contaminantes que se acumulan y se pegan a las paredes del mismo, ocasionando un desgaste continuo".

Los aceites que actualmente se usan en el país son los sintéticos biodegradables, que han sido elaborados por la industria química, los cuales no contaminan ni la flora ni la fauna, permiten un rodamiento hasta de 40.000 kilómetros; comparado con los aceites derivados del petróleo, éste usa unas bases mucho mas puras y de alta calidad y es más resistente a las altas temperaturas y mantiene más la viscosidad tanto para motores diesel como de gasolina, además se minimiza el consumo de aceite.

Espesas variedades
De la gran gama de aceites, los multígrados son muy superiores y cumplen con los requerimientos de la Sociedad de Ingenieros Automotrices, gracias a su viscosidad y a la facilidad de arranque como del flujo rápido a las piezas del motor.

Existen también los aceites de caja de transmisión que están formados por componentes que soportan fuertes cargas; los sintéticos, que son los más innovadores y que han tenido grandes resultados, están en la gama de los más usados.

Los aceites, así como los motores, se escogen de acuerdo con las especificaciones del automóvil; aunque existen algunas normas para determinar los aceites para motores a gasolina y para motores diesel, lo mejor es descubrir de acuerdo con las indicaciones y recomendaciones del concesionario, el lubricante o aceite que más se acople a las necesidades de trabajo, clima y resistencia que mantiene un motor mensual o quincenalmente. Algo sumamente importante es que cada vez que se cambie el aceite se deben renovar igualmente sus filtros, ya que de nada sirve un nuevo aceite con todos los residuos asentados en las paredes del motor.

No hay que olvidar que de acuerdo con el uso indiscriminado que se le dé a cada vehículo, por más fuerte que éste sea, el control tanto de baterías, motor y lubricantes le evitarán futuros desgastes no solo del alma del auto, sino también de angustias y de dinero.-