EUROCOPA

“Mis tetas son mi arma de lucha”: activistas ucranianas

Un grupo denominado ‘Femen’ salió con el torso desnudo para protestar contra la prostitución y la trata de mujeres en Ucrania.

8 de junio de 2012

Un grupo de atrevidas mujeres ucranianas ha decidió utilizar sus pechos desnudos como bandera para luchar contra el turismo sexual en su país, y especialmente contra la potencialidad que puede tener esta practica durante la Eurocopa. Se autodenominan Femen, conformado por cuarenta activistas “potencialmente peligrosas”.
 
La misión más reciente que organizan para hacerse sentir consiste en robar el trofeo de la Eurocopa, exhibido en la Plaza La independencia de Kiev, porque consideran que el evento deportivo contribuirá a fomentar la prostitución en Poloni y Ucrania.
 
La nota publicada por el diario Huffington Post reseña que la modalidad de protestar desnudas no es nueva. En julio de 2011 varios manifestantes de Greenpeace bailaron en calzoncillos y bragas en Madrid, contra Adidas y Nike, para denunciar la supuesta utilización de productos tóxicos en sus prendas deportivas. Y los activistas de PETA se manifestaron contra el uso de pieles para confeccionar abrigos.
 
“Pero el grupo feminista Femen ha roto con todas las barreras y se ha saltado el guión de lo políticamente correcto: sus senos son su carta de presentación”, dice la nota. Esta organización nació en 2008 en Kiev, la capital ucraniana. Está formada en su mayoría por mujeres veinteañeras, algunas de ellas con un físico muy atractivo, que luchan contra el turismo sexual, la trata de personas en su país y la defensa del derecho al aborto. Su lema: “ Ucrania no es un burdel y sus mujeres no son putas”.
 
Según publicó el diario francés Le Monde, en el ultimo informe de la ONG francesa Alliance contre le VIH/SIDA, Ucrania es el país europeo con mayor tasa de seropositivos: el 1,1 % de la población tiene el virus. En Kiev, la capital del país, el 24 % de las prostitutas está enferma y casi el 38% en Donestk, la segunda ciudad más poblada de Ucrania.
 
Femen pretende hacer sentir su voz de protesta en aquellos asuntos a los que los políticos locales no quieren ni mirar. Están cansadas del abuso que sufre su país, el auge de la prostitución y de las mafias que trafican con adolescentes.
 
La belleza como estrategia
 
“Representamos a todas esas mujeres que vienen de los pueblos a Kiev, engañadas por algún hampa, que les cuentan que van a trabajar en hoteles como limpiadoras cuando en realidad las obligaran a deambular por las calles de Kiev ejerciendo la prostitución”, declaró Inna Schenvenko, una de las activistas mas feroces de Femen.
 
Shevchenko es el prototipo de mujer centroeuropea. Muy alta, casi 1,80, pelo largo rubio platino, piernas infinitas, taconazos de vértigo y ojos remarcados con lápiz negro. Esta joven de 22 años, estudiante de periodismo, no duda en ponerse en la cabeza, al igual que el resto de sus compañeras, una corona de flores- símbolo nacional de las mujeres ucranianas- y lucir con orgullo, cada vez que se desnuda, un tatuaje de grandes dimensiones en lado izquierdo de su torso.
 
“Sé que los hombres me miran por la calle, soy preciosa y lo sé. Busco llamar la atención y de eso se trata…Es parte de la estrategia de la organización. Queremos que la gente nos mire, vea y entienda por lo que protestamos”, comenta Shevchenko.
 
A pesar de tener muy claro que a día de hoy el cuerpo de una bella y hermosa ucraniana vende y “mucho”, Shevchenko lo deja muy claro en la entrevista telefónica: “que nadie se confunda, no solo soy una mujer fatal sino una topless warrior”, término que ha acuñado la organización como bandera.
 
Piedra en el zapato
 
Femen se ha convertido en una auténtica “piedra en el zapato” para los agentes ucraniano porque siempre aparecen en los momentos más inconvenientes: Por ejemplo, mientras testifica Víktor Yúshchenko, expresidente ucraniano; irrumpiendo en las elecciones rusas desnudándose a escasos metros de Vladimir Putin; encadenándose a las puertas de la macroempresa gasística rusa Gazprom; en el juramento del nuevo gobierno ucraniano, formado solo por hombres; contra la Eurocopa de fútbol; o en campanario de Santa Sofía, una de las iglesias más importantes de Ucrania, para mostrar su inconformidad contra el proyecto de ley admitido por el parlamento para prohibir el aborto en el país.
 
Esta última manifestación les ha valido la apertura de un expediente criminal por parte de las autoridades de su país por manifestarse ilegalmente en un lugar de culto. La pena a la que se enfrentan es de cinco años de prisión.
 
“Ucrania, es un país socialmente conservador y muy religioso. De ahí que la aparición repentina de un desnudo, no controlada por la sociedad patriarcal ucraniana, pone a los hombres nerviosos”, declara entre risas otra de las militantes de Femen, Tatyana Zacerkovnaya, pintora de 22 años.
 
Obviamnete, son criticadas por la clase política, por la iglesia ortodoxa y parodiadas por los humoristas de su país. Para las generaciones más jóvenes, son todas unas revolucionarias. “Luchan contra la prostitución y contra cualquier tiranía que someta a la mujer”, este es uno de los miles de comentarios que escriben sus casi 5.000 seguidores en sus páginas oficiales de Twitter y Facebook.
 
Este éxito mediático ha sido aprovechado por el grupo de activistas para solidarizarse con luchas de otras latitudes. Han extendido su petición de reivindicaciones contra la violencia sexual en Bulgaria, Turquía o Brasil e incluso han viajado hasta el Vaticano para pedirle a la curia, y al mismísimo Papa Benedicto XVI, que se pronuncien públicamente a favor de los derechos de las mujeres.
 
En Colombia sobran razones para que Femen realice una visita a la Casa de Nariño, al Congreso o la Fiscalía, en contra de la violencia de género, el fin del conflicto armado interno o a favor de las penas justas para los corruptos. ¿Será que después de la Eurocopa el destino próximo es Bogotá?