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La Feria del Libro demostró que la gente sigue conectada al papel

La masiva asistencia a la cita anual con el mundo de las letras en Bogotá demostró que, pese al avance de las plataformas digitales, los impresos todavía generan gran interés en los lectores.

Karem Racines Arévalo
2 de mayo de 2012

La asistencia de 415.000 personas a la edición número 25 de la Feria Internacional del Libro de Bogotá podría significar dos cosas. Una, que no hay suficientes opciones de recreación y la gente acude a eventos con precios accesibles para salir del aburrimiento; o dos, que los bogotanos están cada vez más interesados en los libros.

Enrique González, presidente de la Cámara Colombiana del Libro, dice que la cantidad de gente que estuvo presente en las conferencias y conversatorios que se organizaron, durante los 14 días de la feria, asistió porque le gusta estar enterada de las novedades que presentaban las editoriales, querían conocer a sus autores favoritos o esperaba comprar libros con algún tipo de descuento.

"No creo que los visitantes se metan en un auditorio a escuchar, durante hora y media, a un maestro como Gay Talase o a Fernando Vallejo, por curiosidad. Creo que quienes estuvieron en esas conferencias son personas que han estado de alguna manera vinculadas con lo que estos señores escriben o han escuchado hablar de ellos. De tal manera que no llegan a esas charlas, ni a la feria, por casualidad", opinó González.

El director comercial de la editorial Planeta, Alberto Sánchez, considera que la Feria del Libro fue una oportunidad para comprobar que la gente sigue conectada con el papel: "Todos estamos a la expectativa frente a los espacios que han conquistado las plataformas digitales, pero la participación en las conferencias, el número de visitantes en los stands, las filas que hacían los lectores para hacer autografiar sus libros y las ventas que concretamos las editoriales, demuestran que todavía hay interés en los textos impresos sobre papel".

Esta edición del 2012 fue para las editoriales Planeta y Random House Mondadori la mejor en la que han participado, desde hace al menos 15 años. Para la primera, las ventas en esta oportunidad se incrementaron en un 22%, mientras que para Random House el crecimiento fue de 50% con respecto al año pasado. Estas son muy buenas noticias, para ellos que son quienes comercializan los libros, para los autores que los escriben y también para quienes relacionan estos números con lo cultural.

Gustos y colores

"Ofrecimos un evento cultural que permitía iniciarse en la lectura y profundizar en ella. Perseguíamos un doble interés: vender e interesar. Y así logramos que personas de todas las edades pudieran asumir este espacio como una experiencia divertida y enriquecedora cuyo principal protagonista era el libro", comenta González.

Ana Ximena Oliveros, directora de Mercadeo de Random House Mondadori, advierte que la estrategia de la editorial para potenciar sus ventas ha sido exitosa. Eso se evidencia no solo en las filas permanentes que había para entrar al pabellón desde exhibían más de 40.000 libros, sino también en los negocios que concretaron.

Para ello han orientado su producción en tres niveles; uno que se refiere a títulos muy comerciales como la biografía autorizada de Steve Jobs, los de autores como Isabel Allende y Pablo Coelho, o las sagas de Juegos del Trono. El segundo nivel que se vincula con la línea literaria en plumas como la de William Ospina y Santiago Gamboa. Y el tercero, que se refiere a títulos vinculados con las organizaciones, como MBA Personal.
 
Los representantes de las editoriales coinciden en que el público juvenil también demostró su gusto por los libros, específicamente con aquél tipo de producción vinculada a la literatura de fantasía. Así, las narraciones que tienen como foco en sus historias a los vampiros, los ángeles y los magos siguen ocupando un sitio entre los públicos más jóvenes. 
 
"No todo el mundo entra a la literatura por la misma puerta, y lo más probable es que quien se lee un libro de estos de fantasía, luego pase a otro género y a otro y a otro", vaticina la vocera de Random House.

"Tenemos una generación pendiente de libros que nadie les está obligando a que lean. No es una tarea que puso un profesor sino una conducta espontánea que nos hace ser muy optimistas, teniendo en cuenta que estas son personas que tienen sus nuevos códigos y reconocen las virtudes de lo tradicional", comenta el director comercial de Planeta.

Otro dato hay que tener en cuenta, y es que no todos los libros que la gente compra los lee. Las mesitas de noche están llenas de títulos que nunca atraparon al lector, pasaron de moda o están en la fila de los pendientes.
 
Alberto Sánchez dice que -según su experiencia en el mercadeo - el 40% de los libros vendidos no han sido leídos. Mientras que el presidente de la Cámara de Libros opina que esto no es un mal síntoma, por el contrario, celebra que los lectores tengan la libertad y afinen el criterio para escoger -dilatar o priorizar- lo que les gusta y lo que no.