AL RESCATE

El asunto no daba más espera. Agobiados por la crisis económica los deudores de Upac
estaban al borde de la asfixia por las dificultades en el cumplimiento de sus obligaciones. En consecuencia,
la creciente cartera morosa, que supera con amplitud el billón de pesos, tenía del cuello a las corporaciones
de ahorro y vivienda (CAV) y a los bancos de crédito hipotecario. Por eso las medidas anunciadas por el
gobierno la semana pasada en torno a una inversión de 760.000 millones de pesos orientada a aliviar la
situación de los deudores de Upac fueron recibidas como una especie de manantial en el desierto de los
créditos de vivienda.Detrás de esta determinación, que ayudará tanto a morosos como a cumplidos a
sobrellevar su deuda en condiciones más favorables, se encuentra el director de Fogafin, Jorge Castellanos.
Luego de varias semanas de tire y afloje con los representantes de las CAV y cuando parecían
desvanecerse las esperanzas de un acuerdo, Castellanos encontró la fórmula definitiva para sacar el
proyecto adelante. Para llevarlo a cabo las entidades financieras se comprometieron a aportar 110.000
millones de pesos, mientras el monto de Fogafin, que saldrá de los ingresos del 2 por mil, se elevó a
650.000 millones. Los recursos servirán para reducir las cuotas de los deudores cumplidos hasta en 5
puntos, al tiempo que los colgados tendrán la oportunidad de refinanciar su saldo en mora. Castellanos
espera, de paso, que esta fórmula temporal incentive la reactivación del sector constructor, uno de los
principales afectados desde que se inició la crisis económica.