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Amy de ultratumba

Dicen que la muerte de un hijo no se supera jamás y que el dolor de esa pérdida es incomparable a cualquier otro.

14 de julio de 2012

Dicen que la muerte de un hijo no se supera jamás y que el dolor de esa pérdida es incomparable a cualquier otro. Por eso, Mitch Winehouse, el padre de la polémica cantante británica Amy Winehouse, fallecida el año pasado, se resiste a despedirse de su hija. Mitch, que ahora dirige una fundación que brinda apoyo a jóvenes con problemas de drogadicción, afirma que utiliza servicios de médiums y psíquicos para contactarse con su hija desde el más allá: “He ido donde espiritistas y me han demostrado que Amy todavía está acá. Algunos de los mensajes son increíbles, son cosas que solo yo sé, que no hubieran podido averiguar en internet”. El padre, consciente de que sus métodos pueden ser considerados absurdos, afirma que no quiere que lo vean como un “tonto iluso” y está concentrado en su labor en la fundación. Pero cada vez que puede busca a su hija, quien lo consuela diciendo: “Soy Amy. Papá, hay una vida después de la muerte”.