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Bogotano de la monarquía tailandesa busca a su madre biológica

David Wheeler, esposo de la princesa Ploypailin Jensen de la casa real de Tailandia, lleva una vida privilegiada entre palacios y monarcas del mundo entero. Pero su felicidad no es completa: desde hace dos años busca a la madre que lo entregó en adopción a una pareja de científicos de Estados Unidos.

21 de noviembre de 2017

*Artículo publicado en la edición impresa de Jet-Set

El complejo de construcciones de la realeza tailandesa que compone el distrito de Dusit, en Bangkok, es casi impenetrable ante las trabas burocráticas que impiden el acceso a la población civil de este país. No obstante, decidió abrir las puertas a varios medios de comunicación con el fin de mostrar una historia de tintes telenovelescos que tiene como protagonista al bogotano David Wheeler, esposo de la princesa Ploypailin Jensen, miembro de la monarquía más rica del mundo según la revista Forbes. De hecho, la publicación avaluó los palacetes, colecciones de arte y joyas en unos 31.000 millones de euros.

Wheeler, de 41 años y sin una gota de sangre azul, conmovió a los súbditos de su familia política cuando reveló que había sido adoptado y que desde el año 2015 seguía el rastro de su madre biológica en Bogotá. El deseo de desentrañar su origen lo trajo de vuelta a la sede de la Fundación Fana, en la capital de la República, que lo entregó a los esposos George y Marcia Wheeler, una pareja de investigadores de Connecticut, en Estados Unidos, cuando ni siquiera había cumplido 2 meses de nacido.


La familia real vive en el exclusivo sector de Dusit, en Bangkok. La zona que se extiende a lo largo de seis hectáreas está vetada para los plebeyos.

Hasta el momento, la infructuosa investigación solo ha arrojado unos cuantos datos que han sido de poca ayuda, pero que lo mantienen esperanzado ante la posibilidad de encontrar a sus familiares, desprovistos de coronas y palacios con paredes de mármol y talladas en oro. Los directivos de Fana le suministraron una partida de nacimiento con el nombre de la madre, María Helena pero a secas, sin apellido.

En este mismo documento, David se enfrentó al doloroso párrafo escrito por la humilde mujer, con un sentido revelador un tanto tardío, que le permitió entender los argumentos que la llevaron a tomar la decisión de renunciar a su crianza: “Mis capacidades no alcanzan para atender tanto las necesidades espirituales como materiales de mi hijo. Su padre nos abandonó desde antes de que él naciera”. Entre fólderes y papeles de hace cuatro décadas, el hoy aristócrata se enfrentó a una situación como para sacar pañuelos: el descubrimiento de la primera foto que le tomaron cuando acababa de nacer.


En su viaje a Bogotá en 2015, visitó la Fundación Fana, que se encargó de los trámites de adopción y donde encontró la primera foto que le tomaron cuando acababa de nacer.

Durante la visita a la institución que les brinda ayuda y protección a adolescentes embarazadas, el príncipe consorte encontró otras piezas del rompecabezas de su pasado que a lo mejor no terminará de armar. Allí se supo que la mamá, quien nació el 31 de octubre de 1958, decidió esconderse del escarnio público entre el primero de enero y el 31 de marzo de 1976, el día en que nació David Wheeler. Los funcionarios de aquella época murieron o se pensionaron sin dar cuenta de los detalles de la despedida entre ella y el bebé.


La pareja se casó hace siete años en un paradisiaco lugar de Hawaii. No obstante, el evento acaparó las páginas de la prensa rosa de Tailandia.

Se cree que María Helena se mudó a la casa de su mamá inválida, donde vivía en hacinamiento con un número no determinado de sobrinos. “Su difícil decisión le dio un rumbo inesperado a mi vida. Hoy se lo agradezco. Por eso quiero conocerla. Ojalá se entere de que la estoy buscando desde hace años”, dijo Wheeler en Caracol Noticias.

Finalmente la buena estrella iluminó el bogotano que enamoró a la princesa Ploypailin Jensen, nieta del fallecido rey Bhumibol Adulyadej, quien duró más de siete décadas en el poder, y sobrina del rey recién entronizado Maha Vajiralongkorn. Ploypailin es modelo, cantante lírica y actriz de operetas clásicas de Tailandia.


Al inicio del romance, la princesa Ploypailin Jensen no le contó que pertenecía a la casa real de Tailandia. “Solo me lo dijo cuando llevábamos dos meses”, dijo Wheeler.

La pareja se conoció cuando hacían un MBI en Finanzas en el Instituto Tecnológico de Massachusetts, Estados Unidos. Luego viajaron a Hong Kong, donde vivieron en unión libre y a tono con la modernidad que caracteriza a la monarquía tailandesa. “Ella me contó que era princesa cuando llevábamos dos meses de noviazgo”, afirmó el colombiano.

Ploypailin Jensen tiene una exitosa carrera como modelo de marcas locales que promueven el estilo de la mujer de Occidente.

De hecho, la joven rompió los paradigmas principescos gracias a su madre Ubolratana Rajakanya, una actriz de cine y teatro a quien consideran la versión asiática de Eduardo VIII de Inglaterra, que renunció al trono por amor. Ubol perdió algunos privilegios reales por casarse con el estadounidense Peter Ladd Jensen, padre de sus tres hijos. Después de tantos sacrificios y desafíos a la familia real, la pareja se divorció en 1998.

Los monarcas de Tailandia adquirieron un aire cosmopolita tras encontrar refugio en el extranjero ante los continuos golpes de Estado que recibió el rey Bhumibol. No obstante, el rigor de las leyes monárquicas prevalecieron sobre las acciones militares y que Wheeler acató con respeto y obediencia. Las páginas sociales de la prensa de Bangkok lo adoran por su papel de esposo y padre que ha sabido encontrar autonomía en la crianza de sus pequeños Max y Leo.


Con sus hijos Max y Leo, quienes estudian en la escuela exclusiva para miembros de la monarquía tailandesa en la que abordan clases de leyes, normas protocolarias e historia de los antecesores de la Corona.

En el palacio tratamos de vivir como si estuviéramos en una casa común y corriente. Nos olvidamos quiénes somos y de dónde venimos”, cuenta Wheeler. Solo que el cuento de hadas no será completo hasta que no aparezca la mujer que le dio la vida.


El nuevo rey, Maha Vajiralongkorn, se disputó el trono hombro a hombro con su hermana, la princesa Sirindhorn, una solterona sin descendientes que goza de gran popularidad entre los súbditos tailandeses. El monarca siempre fue criticado por sus explosivas rumbas de sexo y alcohol.