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Carla Bruni | Foto: Archivo SEMANA

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Carla Bruni dice que es mejor estar casada con el expresidente Sarkozy que ser su novia

En una entrevista a la revista 'Elle', la reconocida modelo y actriz le da consejos a su sucesora y habla sobre cómo vivió en la intimidad la presidencia de Francia de su marido, Nicolas Sarkozy.

27 de octubre de 2012

“Solo hablo de mi experiencia, pero es más simple ser la esposa legítima del jefe de Estado que su compañera”. Esta es una de las respuestas de la exprimera dama francesa Carla Bruni a la revista Elle, que tiene en su más reciente edición una explosiva entrevista con la cantante italiana.
 
Bruni, quien no hablaba hace más de seis meses, cuando dejó el Palacio del Eliseo, habla de lo divino y lo humano, del poder, la belleza, la fracasada campaña por la reelección y el futuro político de su marido, el expresidente de Francia Nicolás Sarkozy.

Los comentarios que hizo acerca de su sucesora, la periodista Valérie Trierweiler, la pareja sentimental del presidente Francois Hollande, le han dado la vuelta al mundo. En pocas palabras, Bruni le aconsejó que se case con él. Un tema que es muy debatido en Francia, pero que nadie se había atrevido a manifestar públicamente.
 
“Puede que me equivoque y que su opción sea moderna, pero por mi parte, sentí un verdadero alivio de la preocupación general respecto a mi persona cuando me casé con Nicolas”.

A Bruni tampoco le parece que la nueva primera dama francesa mantenga su trabajo como periodista de la glamourosa revista francesa Paris Match. Valérie hace reportajes de vez en cuando, lo cual ha sido objeto de críticas.
 
Bruni no dice que esté en desacuerdo con que la novia de Hollande trabaje, sino que asegura que "es complejo y difícil: para sus compañeros y para ella de cara a sus compañeros. Porque el periodismo, aunque sea cultural, está obligado a ser un contrapoder. Me parece que es incluso una de sus misiones",”. Y es muy difícil serlo desde el Eliseo.

Esa idea de contrapoder no es extraña para Carla. Desde mucho antes de casarse con Sarkozy, era considerada la enfant terrible de la elite parisina. Incluso en varias oportunidades expresó su desacuerdo a las políticas de su marido. No compartía la política migratoria y afirmó en varias oportunidades que no había votado por él en la elección presidencial, aunque hay que aclarar que no estaban casados en ese momento.

Por eso, a nadie le extrañó que en sus palabras a Elle diera casi que por terminada la carrera política con su marido.
 
“Su regreso me parece improbable, aunque yo no soy experta en movimiento políticos”, dijo aunque aclaró que aún no puede entender por qué Sarkozý no fue reelegido.
 
“Sigo asombrada por el hecho de que los franceses se hayan privado de él, su energía, su visión, su coraje, su humanidad, y una inteligencia y una voluntad como las suyas”, concluyó