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El divorcio fue propiciado por el affaire que Jeff Bezos tenía con Lauren Sánchez, una expresentadora de televisión. Al conocerse la noticia generó un escándalo de marca mayor que humilló a Mackenzie.

ESCÁNDALO

“¿Cree que ha tenido una semana peor que la mía?”: así contó Jeff Bezos detalles de su ruptura con MacKenzie

Un nuevo libro relata episodios desconocidos del otro divorcio del siglo. Así fue como el líder de Amazon les narró a sus ejecutivos que se divorcia de su pareja de toda la vida, en medio de una de las peores crisis que ha vivido una relación del mundo del poder en Estados Unidos.

5 de mayo de 2021

La historia de amor del hombre más rico del mundo con Lauren Sánchez es uno de los temas favoritos de la prensa del corazón. Esta semana se ha hecho conocido un episodio relacionado con esa relación. El magnate les contó a los ejecutivos de Amazon un momento de su romance con Lauren Sánchez. El relato está contado en un libro y narra como Bezos hizo en su momento una reunión para explicarles a sus ejecutivos la separación que tramitaba con MacKenzie.

Era febrero de 2019 y Bezos vivía realmente un infierno. “Esto distrae mucho”, les dijo. En el libro también cuentan que el magnate rompió el hielo pidiendo a sus colegas: “Levanten la mano si creen que han tenido una semana más dura que yo”.

La verdad es que era difícil que alguien le ganara en desgracias. A pesar de sus miles de millones, Bezos atravesaba la mayor de las tormentas personales. No solo se estaba separando, sino que lo hacia en medio de una trama de chantaje y persecución. El National Enquirer, la publicación sensacionalista más temible de Estados Unidos aireó en once páginas las fotos que confirmaban el ‘affaire’ de Bezos con Sánchez, esposa de Patrick Whitesell, socio del millonario en la producción de la cinta Mánchester junto al mar.

El tabloide, que develó en el pasado los adulterios que arruinaron las vidas del político John Edwards y el golfista Tiger Woods, persiguió cuatro meses a la pareja en cinco estados y detalló hasta sus susurros al oído e insinuaciones calientes. También contó que la pareja practicaba ‘sexting’, o sexo por mensajes de texto, y mostró ejemplos como aquel en el que Bezos le expresaba a Lauren: “Quiero besarte y penetrarte despacio y suavemente”.

El Enquirer informó que contactó a la pareja para notificarle que iba a dar a conocer las imágenes y que la respuesta de Bezos fue atajarla ofreciendo dinero. Cuando se vio impotente, se adelantó y anunció el divorcio. Bezos contrató una investigación para averiguar cómo obtuvo el “Enquirer” los mensajes y unas fotos de contenido sexual de él y su amante, que la revista describió en su reportaje, pero no publicó. Quería saber, de igual modo, si el destape de su relación tuvo motivaciones políticas.

Días más tarde, el millonario le dio un vuelco radical a la historia, al denunciar que después de la divulgación del artículo, American Media, empresa propietaria del “National Enquirer”, lo amenazó con difundir las imágenes comprometedoras si él no admitía públicamente que la política estuvo al margen de la primicia.

Foto: Facsímil de dos de las onces páginas en que el Enquirer ventiló los detalles de las escapadas, los nidos de amor secretos y hasta las insinuaciones eróticas.

Bezos definió la maniobra como chantaje y extorsión, detrás de lo cual solo podían estar el presidente Donald Trump o personas cercanas a él. En realidad, él no es el santo de devoción del exmandatario, quien no lo llamaba Bezos sino Bozo (estúpido), y lo acusa de evadir impuestos y vapulear el empleo con sus duras tácticas de negocios. Otros aseguran que el otrora hombre más poderoso del mundo no le perdonaba al más acaudalado que lo superara en riqueza.

Foto: David Pecker, dueño del National Enquirer, es tan amigo y fanático de Trump que, antes de las votaciones de 2016 compró por 150.000 dólares las fotos que comprobaban el romance del presidente con Karen McDougal, conejita Playboy.

El libro también contó que, en esa reunión en que Bezos se despachó sobre sus problemas, el magnate aprovechó para expresar el cariño y el respeto que sentía por MacKenzie. “La historia está completamente equivocada. MacKenzie y yo hemos tenido buenas y saludables conversaciones adultas al respecto. Ella está bien. Los niños están bien. Los medios están teniendo un día de fiesta”, les dijo.

Uno de los asistentes, según cuenta el Daily Mail en la reseña que hace del libro, se desesperó de que el cuento estaba tomando ya mucho tiempo. Bezos había decidido contar sus penas justo el día de San Valentín cuando todos celebran el amor con sus parejas. El vicepresidente sénior, Jeff Blackburn, preguntó a las 7:30 p. m.: “Hola, Jeff, ¿cuánto tiempo crees que va a durar esta reunión? Muchos de nosotros tenemos planes”. El diario inglés dice que Bezos respondió, riendo: “Oh, es cierto. Me olvide de eso”.