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De fiesta en fiesta

Cuando se piensa en el cargo de secretaria de Estado de Estados Unidos, lo primero que viene a la mente son largas horas en tediosas reuniones donde todos visten aburridos trajes grises y discuten el rumbo y la estrategia del país.

11 de agosto de 2012

Cuando se piensa en el cargo de secretaria de Estado de Estados Unidos, lo primero que viene a la mente son largas horas en tediosas reuniones donde todos visten aburridos trajes grises y discuten el rumbo y la estrategia del país. Sin embargo, la diplomacia de Hillary Clinton, como lo demostró la semana pasada en su gira por África, es muy distinta. El propósito del viaje era fortalecer las instituciones democráticas e incentivar la economía del continente, pero no por eso la secretaria de Estado iba a desaprovechar la oportunidad de enfiestarse. Durante la ceremonia de recepción en Sudáfrica, Hillary, vestida de azul brillante, se lanzó a la pista con la cantante africana Judith Sephurma. Los demás no se hicieron esperar y pronto se unieron para bailar con ellas. El evento se suma a las múltiples parrandas de Hillary este año. Pocos olvidan su paso por Colombia en la Cumbre de las Américas cuando, cerveza en mano, festejó en Cartagena o su animado baile de despedida en Malawi. No en vano se ha ganado el apodo de ‘secretaria del ritmo’; después de todo, nadie entiende mejor que ella que la política puede ser muy divertida.