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DE LA MODA AL CELULOIDE

Tras fracasar en el mundo de la moda el diseñador Isaac Mizrahi prueba suerte como actor de cine.

23 de noviembre de 1998

Desde 1988, cuando presentó al público su primera colección, el nombre de Isaac Mizrahi siempre había generado los mejores comentarios en el competido mundo de la moda. Los críticos lo perfilaban como el más interesante diseñador de los últimos tiempos y como un hombre del renacimiento, creativo y recursivo, con las cualidades suficientes para reemplazar a Calvin Klein, Donna Karan y Ralph Lauren en el negocio de la ropa deportiva.
Su nombre se consolidó en 1995 con la aparición de un documental titulado Unzipped, el cual fue realizado por su ex amante Douglas Keeve. La idea de Keeve era echarle una mirada profunda al panorama de la moda a través de este joven judío de Brooklyn. El éxito de la producción fue tal que en seguida la popularidad del neoyorquino subió como espuma y se convirtió en una celebridad que se codeaba con la princesa Diana, la crema y nata de Hollywood y las más exclusivas top models.
Pese a tener toda la atención de los medios y ser el consentido de las editoras de las revistas de glamour, la semana pasada Mizrahi sorprendió al mundo entero cuando anunció que después de 10 años de trabajo cerraba su negocio. Nadie sospechaba que sus diseños no se vendían y sus balances por tres años consecutivos solo registraron pérdidas. Por este motivo su principal socio comercial, la casa Chanel, decidió disolver la sociedad que tenía con Mizrahi.
Los expertos acotaron que aunque las primeras colecciones del diseñador fueron brillantes, con el tiempo la fuerza de éstas fue decayendo. Sus colecciones eran cada vez más erráticas y, peor aún, nunca pudo desarrollar un estilo propio. Esto afectó sus ventas anuales, que solo llegaban a 20 millones de dólares, una cifra ridícula al lado de los 380 millones que registra anualmente Ralph Lauren.
Otros señalan su fracaso a la falta de visión. Mientras la mayoría de diseñadores creaban sus propias fragancias, o una línea de ropa interior y otros accesorios que ayudaran a aumentar sus ventas y mejorar sus balances, Mizrahi se concentró solo en sus colecciones de ropa.
Pero la teoría que más fundamento tiene entre los expertos es que Mizrahi estaba demasiado interesado por el cine como para preocuparse por su carrera como diseñador. Para nadie es un secreto que esta ha sido su verdadera pasión. Hace más de una década, cuando estudiaba de noche en el Parsons School of Design en Nueva York, de día tomaba clases de dramaturgia en el High School of Performing Arts en Manhattan. Cuando ya era un diseñador de renombre hizo su debut en el cine con la película For Love or Money. Por eso, aunque muchos ven su anuncio de alejarse de las pasarelas como un fracaso, en Hollywood lo ven como el principio de una nueva carrera para el polifacético diseñador. De hecho, Mizrahi aparecerá en Celebrity, la última película de Woody Allen, y está trabajando con Dream Works, la compañía productora de Steven Spielberg, para llevar al cine su libro Sandee, la supermodelo. Como si esto fuera poco, está escribiendo un guión para Barry Sonnenfeld, que según dicen los expertos es gracioso, encantador y sofisticado.
Si las cosas siguen como van lo más probable es que el nombre de Isaac Mizrahi siga de moda a pesar de haber renunciado a ella.