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¿Delfín al agua?

El ex constituyente Carlos Lleras de la Fuente también tiene ganas de ocupar el solio de Bolivar.

2 de noviembre de 1992


LA SEMANA PASADA CARLOS LLERAS de la Fuente, el hijo mayor del ex presidente Carlos Lleras Restrepo, confesó sus aspiraciones de gobernar al país. La noticia sorprendió a medio mundo porque se creía que su participación en la Asamblea Constituyente -en la que brilló con luz propia había sido sólo un paréntesis en sus actividades privadas y no precisamente el inicio de una carrera política con destino final en la Casa de Nariño.
Sus declaraciones de la semana pasada en El Nuevo Siglo no eran pues previsibles, como tampoco lo fue el hecho de que hace dos años anunciara que formaría parte de la lista de Alvaro Gómez Hurtado en la campaña para la Constituyente. Lo que nadie pudo creer entonces fue que un hijo de un expresidente liberal, cuya residencia había sido arrasada por las llamas en los peores años de la violencia, terminara aliado con los godos.
Esta vez, no está claro con quién se aliará. Pero hay quienes apuestan que incluso si no consigue el respaldo que tuvo en el 90, de todos modos el ex constituyente estará pronto cabalgando como llanero solitario, en busca de la Primera Magistratura.
Lo que puede concluir se de dicha entrevista, bien podría considerarse como un programa de gobierno.
Sus tesis se centran en la de saparición del bipartidismo, la erradicación de la corrupción y la recuperación de la moral en la administración pública. En sus columnas del diario El Tiempo ha defen dido con fervor el proyecto de ley antisecuestro, proponiendo que se incluya en él la pena máxima para plagiarios y terroristas.
Son teorías más bien cercanas al Movimiento de Salvación Nacional, el mismo que hace dos años lo dio a conocer públicamente y del cual se distanció desde el año pasado. Y eso es quizá lo que explica que, a pesar de esas discrepancias, haya sido el diario de los salvacionistas el que le haya abierto sus páginas para lanzarse.
De 55 años, este abogado rosarista ha permanecido la mayor parte de su vida metido entre sus libros de derecho. En 1966 cuando su padre fue elegido Presidente, cerró su oficina de abogado y se marchó a Amberes, Bélgica, en calidad de representante de la Flota Mercante Grancolombiana para ese país y Francia. A su regreso, tres años después, continuó como abogado trabajando con la Flota. Allí permaneció durante 15 años hasta que un día decidió abrir su propio bufete, en el que hoy atiende junto con otros cinco litigantes.
De alli tendrá que salir a las plazas públicas y a las giras. Por ahora, no tiene sede ni equipo de campaña. Pero, según quienes lo conocen, tiene lo único que se necesita para aspirar: las ganas.-