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Conmoción en el mundo del toreo por el espectacular debut del hijo de Paquirri.

12 de junio de 1995

FRANCISCO (FRAN) Rivera Ordóñez sólo podía ser torero. Nada distinto. Porque si el toreo se lleva en la sangre, nadie en la historia ha descendido de una dinastía torera tan extensa y tan famosa como este diestro de 21 años, quien tiene a toda España al borde de la locura.
En efecto, Rivera es hijo de Francisco Rivera Paquirri, una de las grandes figuras del toreo en los años 70, quien actuó muchas temporadas en Colombia y murió a causa de una cornada en el muslo en la población española de Pozoblanco, el 26 de septiembre de 1984. También es sobrino de Riverita, un diestro hermano de Paquirri que jamás llegó a destacarse.
Eso, por el lado paterno, sería más que suficiente para que a alguien le guste, como dicen los taurinos, ponerse delante de los toros. Pero en el caso de Francisco Rivera Ordóñez la herencia por la línea materna abarca más generaciones. Su madre, Carmen Ordóñez, es hija de Antonio Ordóñez, la máxima figura del toreo en los años 50, quien a su vez era hijo de Cayetano Ordóñez, el Niño de la Palma, quien integró el cartel el día en que se inauguró la Plaza de Toros de Santamaría. Y la madre de Carmen Ordóñez es hermana de Domingo, de Pepe y del célebre Luis Miguel Dominguín, toreros los tres e hijos del viejo Domingo Dominguín, también torero.
Con semejantes ancestros, y a pesar de la tragedia de Pozoblanco, todo el mundo sabía que Francisco Rivera Ordóñez iba a ser torero; pero nadie creía que iba a ser tan bueno. Cuando era novillero no pasaba de ser uno más del escalafón. No pintaba para figura. Sin embargo, desde el pasado domingo 23 de abril, cuando tomó la alternativa en la Maestranza de Sevilla de manos de Espartaco y con Jesulín de Ubrique como testigo, las cosas cambiaron.
Esa tarde cortó una oreja a cada uno de los dos toros de la ganadería Torrestrella, de Alvaro Domecq, y puso a los críticos a sus pies. Vicente Zabala del ABC, Baquerito de Diario 16, Manolo Molés de la revista El Ruede) y Fernando Fernández Román de Tendido Cero se deshicieron en elogios. Y el propio Joaquín Vidal de El País, de Madrid, escribió: "El héroe de la tarde resultó ser Rivera Ordóñez, que hizo honor a la solemnidad de su alternativa con un sentido de la responsabilidad y una torería francamente ejemplares. Puso a la plaza de pie. El publico estaba lanzado, sus entusiasmos iban para arriba, y si llega Rivera a matar de la estocada al sexto, sale por la Puerta del Príncipe".
La emoción en los tendidos era comprensible, además, porque el debutante no estaba en la plenitud de su condición física. Para poder actuar debió someterse a que los médicos lo infiltraran en un testículo, antes y durante la corrida. En vísperas de la iniciación de la feria, dos hombres intentaron atracarlo en Sevilla y lo patearon tan fuerte que le causaron una severa inflamación.
A estas alturas, cronistas y aficionados debaten acerca del estilo de Rivera Ordóñez con respecto al de su padre, su abuelo y sus tíos. Sólo han dejado en claro que se le ve valor como a Paquirri, destreza con la muleta como a Luis Miguel y arte con el capote como a Ordóñez. No obstante, a él no le gustan las comparaciones. Después de la alternativa, cuando le dijeron que le habían visto destellos de Paquirri y Ordóñez, contestó: "Con destellos y detalles de calidad no se va a ninguna parte. Yo lo que quiero como los que me antecedieron en mi familia, es conseguir lo que, ellos: marcar una época en el toreo".
Pero aparte del valor, la técnica y el carisma, sin duda otra ventaja enorme de Rivera Ordóñez es su aspecto físico. Como su padre, famoso por ser un hombre bien parecido, y como su tío Luis Miguel, un auténtico Donjuán y un showman que llegó a organizar corridas hasta en la capital de Yugoslavia, este joven pone a suspirar a más de una mujer. Sobre todo ahora, cuando se viste de luces y cuando aparece en las páginas de la revista Hola, a raíz de la terminación de su romance con Eugenia Martínez de Irujo, la hija de la duquesa de Alba.
¿Llegará Rivera Ordóñez a ser figura de época? Se necesitan 10 ó 15 años para saberlo. Haber sido el triunfador de la Feria de Sevilla es un comienzo inmejorable. Pero falta ver cómo reacciona ante la fama, el dinero, las mujeres y, sobre todo, la primera cornada.