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Divorcio tranquilo

Cuando se supo que el magnate ruso Roman Abramovich se divorciaría de su esposa Irina, muchos medios sospecharon que vería comprometida su fortuna de 18.700 millones de dólares.

17 de marzo de 2007

Cuando se supo que el magnate ruso Roman Abramovich se divorciaría de su esposa Irina, muchos medios sospecharon que vería comprometida su fortuna de 18.700 millones de dólares forjada en la industria petrolera, que incluye el segundo yate más grande del mundo y un lujoso Boeing 767 privado. Sobre todo porque el dueño del equipo de fútbol Chelsea ha vivido varios años en Gran Bretaña donde, según la ley, la pareja pobre suele quedarse con una buena tajada de la fortuna de la rica. Por eso sorprendió que la madre de los cinco hijos del hombre más rico de Rusia decidiera hacer el trámite en su país natal, donde la ley lo favorece. La razón es que, según fuentes cercanas a ellos, el divorcio se dio en muy buenos términos y por acuerdo mutuo. Todo indica que Irina es muy discreta y quiso evitar ser protagonista de historias de tabloide como las que han oscurecido el proceso de separación de Paul McCartney y Heather Mills. Por ello prefirió conciliar por "sólo" unos 200 millones de dólares. Así, el magnate está tranquilo y podrá seguir disfrutando de su dinero junto a la modelo de 24 años Daria Zuhkova, su nueva novia, responsable del final de su matrimonio.