Home

Gente

Artículo

¿EDUARDO WHO?

Un desconocido casi total está a punto de ser el segundo hombre más poderoso del país.

7 de diciembre de 1987

Inmediatamente surgió el chiste: lo había escogido por orden alfabético. Y no era gratuito. Hasta ese momento, cuando los senadores Galán y Samper anunciaron que habían escogido el nombre de Eduardo Aldana Valdés como candidato liberal a la Alcaldía de Bogotá, nadie lo conocía. Era tal su anonimato en el escenario político que el domingo 1° de noviembre, día de la votación del Colegio Electoral, Aldana se pudo pasear inadvertidamente por los pasillos del Concejo Distrital como cualquiera de los votantes. La diferencia comenzó a hacerse evidente cuando los propios jefes del Nuevo Liberalismo y del Poder Popular, se dieron a la tarea de presentarlo en sociedad.
El profesor Aldana, como lo llaman los pocos que sí lo conocen, es un hombre más de ciencia que de política. Ingeniero civil de la Universidad de los Andes, a la que ha estada vinculado desde 1953, primero como alumno y luego monitor, profesor, asistente del decano, decano asistente, vicerrector, rector, presidente de la Asociación de ex alumnos, y fundador y director del Instituto SER de investigaciones de la Universidad, para citar solo algunos. Especializado en la Universidad de Illinois en Ingeniería Civil, y Ph.D. del Instituto Tecnológico de Massachusetts, MIT.
De padre conservador y madre liberal, nació hace 53 años en Purificación, Tolima. Es el mayor de 6 hermanos. Casado con la ex ministra de Trabajo, Maristella Sanín, tiene una hija y tres hijos, el mayor de los cuales estudia ingeniería en la Universidad de los Andes.
Quienes lo conocen de cerca lo definen como una persona pragmática, parco en el hablar, bien informado y poco dado a los chistes. Es madrugador, estricto, de buen genio y los regaños los hace a través de memorandos. Su formación académica lo ha convertido en una persona muy reflexiva, a la que no es fácil embarcar en aventuras. Por eso algunos de sus amigos se sorprendieron cuando lo vieron lanzado al estrellato político. "Era como un mosco en leche, pero cuando uno se detiene a pensar en su formación y en sus cualidades, este contraste va desapareciendo", afirma uno de ellos. Es una persona distante, pero sabe escuchar. Su aproximación a las personas, aunque seria, es amable.
A pesar de que sus amigos lo definen como un gran administrador, su experiencia como ejecutivo solo se ha probado en la dirección de Colciencias, la Fundación para la Educación Superior, FES, y la Comisión Colombia Eficiente. Su vocación política se despertó hace poco tiempo. Algunos se lo atribuyen al deseo de emular a su esposa, quien le había hecho perder apuestas con sus amigos por haber sido ministra antes que él.
Cuando el ex presidente Lleras Restrepo no muy contento con la derrota de su patrocinado Espinosa Valderrama, afirmó que no tiene por qué tachar "el nombre del doctor Aldana Valdés, a quien conozco superficialmente, como le pasa al 99 por ciento de los ciudadanos de Bogotá", sólo estaba mostrando las ventajas del anonimato que pesa sobre el candidato del Colegio Electoral, quien no tiene enernigos, porque nadie lo conoce. El mismo Durán Dussán, la única puya que pudo echarle en su entrevista televisada con Yamit Amad, fue la de "no conocer a Bogotá y considerar que el sur terminaba en la Plaza de Bolívar".
Algunas personas consideran exótico que un hombre introvertido, con inclinaciones científicas y sin ningún arraigo popular, llegue a ser el candidato que satisfaga a las exaltadas masas rojas de Bogotá. Eso mismo se decía, a nivel nacional, hace dos años de otro ingeniero peliblanco y con cara de profesor distraído.