Home

Gente

Artículo

A Vergès lo han señalado de tener nexos con terroristas. En los 60 fue encarcelado por amenazar la seguridad del Estado pues habría recibido dineros del Frente de Liberación Nacional de Argelia

personaje

El abogado del diablo

Terroristas, criminales nazis y dictadores asesinos están en la lista de defendidos por el francés Jacques Vergès. Un reciente documental cuenta su historia.

19 de abril de 2008

Todo el mundo tiene derecho a una defensa. Ese principio básico, no suena tan normal cuando se trata de personajes como el dictador camboyano Pol Pot; el terrorista Ilich Ramírez, conocido como Carlos el 'Chacal', y Slobodan Milosevic, el 'carnicero de los Balcanes'. Los tres han sido parte de la lista de clientes y amigos del abogado francés Jacques Vergès, quien se ha hecho famoso por tener en su hoja de vida, a sus 83 años, a algunos de los monstruos de la historia contemporánea.

A Vergès no le tiembla la voz para afirmar que el genocidio cometido por los Jemeres rojos en Camboya ha sido sobredimensionado y que si las cifras dan cerca de dos millones de muertos es porque se incluyen los ocasionados por el embargo norteamericano y por el Ejército vietnamita. "Los medios siempre muestran la misma foto con 30 calaveras amontonadas", sostiene. Y se refiere como "el soldado de una noble causa" al 'Chacal', responsable de múltiples crímenes, entre otros una bomba en un tren en Marsella.

Incluso ha afirmado que le habría encantado defender a Hitler, porque para él "no hay causa mala" . Mientras a Vergès le gusta describirse como un hombre "que se enfrenta solo contra el establecimiento", muchos de sus colegas creen que la frase "un hombre sin principios" lo define mejor.

Esa personalidad enigmática inspiró al director Barbet Schroeder a realizar un polémico documental titulado El abogado del terror. La conclusión del cineasta es que su protagonista, ese hombre bajito que viste trajes Armani y que fuma habanos, es un "perverso y decadente esteta" y cree que Vergès estaría en serios problemas si la verdad saliera a la luz. El propio Ilich Ramírez se atrevió a decir en su juicio que le agradaba Jacques porque "es más terrorista que yo". Cuando el juez preguntó qué había querido decir el acusado, el abogado respondió: "Creo que se refería a mis ideas, su señoría".

Jacques Vergès comenzó su carrera por cuestiones ideológicas. Aunque decidió defender su país al unirse en 1942 al Ejército de la Francia libre del general Charles de Gaulle, al finalizar la guerra su nuevo enemigo fue el colonialismo francés. En su autobiografía, El bastardo resplandeciente, relató que siempre supo lo que era ser un ciudadano de segunda, pues su papá, nacido en la isla de Reunión, perdió su puesto de cónsul por casarse con una vietnamita. Pero el episodio que motivó su lucha ocurrió el 8 de mayo de 1945, cuando fuerzas francesas masacraron a cientos de argelinos independentistas. Por eso, años más tarde, cuando estudiaba derecho en la Sorbona, se unió al partido comunista y creó un movimiento de alumnos que venían de las colonias, al que perteneció Pol Pot.

Gracias a esa causa consiguió un caso que puso todos los reflectores sobre él. Vergès defendió a la independentista argelina Djamila Bouhired, acusada de matar 11 personas con una bomba en un café, en septiembre de 1956. El abogado se concentró en aprovechar el juicio para atacar "las atrocidades cometidas por el Ejército francés en Argelia" y "el injusto sistema imperial apoyado por el gobierno". Ahí nació su controvertido estilo, el de acusar al acusador. La bella muchacha de 22 años fue condenada a muerte, pero Vergès la había convertido en una heroína de la libertad de las colonias. Su campaña consiguió una avalancha tal de peticiones de clemencia, que en 1962 la joven terrorista fue liberada. Como para completar su faena, Vergès se casó con ella.

También representó a los miembros del Frente Popular para la Liberación Palestina que asaltaron aviones de la aerolínea israelí El Al, en Atenas y Zurich. Argumentó que se trataba de actos políticos, no criminales, y que eran los judíos quienes debían ser juzgados. A partir de ese momento recibió el apodo de 'Monsieur Guillotina', pues sus defendidos siempre eran encontrados culpables. Sin embargo, según Vergès ha explicado, lo que le interesaba era llamar la atención sobre las causas que le importaban. Sus colegas dudan que la ideología le haya durado tanto tiempo y piensan que más bien decidió venderse al mejor postor.

En 1970 Vergès abandonó a su esposa y sus dos hijos y durante ocho años desapareció de la escena. Se especula que en ese tiempo estuvo en los campos palestinos de entrenamiento y ayudándole a su amigo Pol Pot. También se sospecha que escapó con la fortuna de uno de sus defendidos, el congolés Moise Tshombe, acusado de participar en el asesinato del primer ministro Patrice Lumumba.

Vergès volvió a los estrados con casos como el del alemán Klaus Barbie, capitán de la Gestapo en Francia y llamado el 'carnicero de Lyon', pues ordenó asesinar a cerca de 4.500 personas. Haber sido miembro de la Resistencia no le impidió argumentar que si su país condenaba las acciones de Barbie, debía ser condenado por los crímenes cometidos "para mantener su imperio". Y de la misma manera, señalando una conspiración de los grandes poderes, defendió al dictador de Mali Moussa Traoré, acusado de ordenar las muertes de cientos de manifestantes.

Documentos de la Stasi, la Policía secreta de la República Democrática Alemana (la comunista), probarían que el vínculo entre Vergès y el 'Chacal' habría ido más allá de defenderlo en los estrados: lo señalan como un miembro operativo de su organización, pero él lo niega. Por si fuera poco, algunas versiones dicen que Vergès le quitó una novia al terrorista, o que al menos lo intentó. Quizá se refieren a Magdalena Kopp, de la célula terrorista alemana Baader-Meinhof y del Comando liderado por el venezolano, pues Vergès la defendió en 1982. En sus 150 visitas le habría llevado flores y ella le habría tejido un suéter. Consultada por SEMANA, Kopp se limitó a definirlo como "un abogado muy profesional". Además Isabelle Coutant-Peyre, antigua amante y colega del penalista, se casó con el 'Chacal', a quien considera "mucho más honesto y sincero", que Vergès.

Una de las más recientes movidas del abogado fue participar en 2002 en una demanda que el presidente serbio Slobodan Milosevic presentó contra la Corte Europea de Derechos Humanos para evitar su detención por crímenes de guerra. Dos años más tarde fue nombrado abogado de Khieu Samphan, presidente de Camboya durante el régimen de Pol Pot. Por esa misma época, un sobrino de Saddam Hussein le habría ofrecido su defensa. Aunque no la asumió, alcanzó a prepararla: "En caso de que Hussein hubiera sido el responsable de la muerte de kurdos con armas químicas, demostraría que estas fueron vendidas por Estados Unidos, por intermedio de Donald Rumsfeld", dijo

Pero admite que también defendería a George W. Bush. Explica que lo presentaría como una víctima de su convencimiento de la supremacía de los Wasp, (White Anglo-Saxon Protestant) los blancos anglosajones y protestantes norteamericanos. Pero, ante todo, como un hombre de inteligencia limitada.