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EL CLON DE MOCKUS

Aunque no es tan excéntrico, todos coinciden en que el nuevo alcalde de Bogotá, Paul Bromberg, es la fiel copia de su antecesor.

12 de mayo de 1997

Quienes lo conocen aseguran que no sería capaz de bajarse los pantalones delante de un auditorio, ni mucho menos al frente de las cámaras. Pero, aparte de estas excentricidades, todo indica que, para bien o para mal, el nuevo alcalde de Bogotá, Paul Bromberg, es una copia casi idéntica de su antecesor, Antanas Mockus.
Como director del programa de cultura ciudadana, Bromberg no sólo era la espina dorsal de la administración Mockus, sino que alcanzó a parecerse tanto a su jefe que algunos analistas, entre ellos Enrique Santos Calderón, terminaron bautizando el fenómeno como una clonación. Y es probable que no les falte razón. Para empezar, Bromberg también es de origen extranjero: israelí. Es académico y, de paso, de la Universidad Nacional. No es matemático, pero es físico, lo cual para el efecto de la antipolítica mockusiana viene a ser prácticamente lo mismo. Como Mockus Bromberg es un profesor universitario con poca experiencia en la administración pública pero con una inteligencia fuera de lo común, una honestidad a toda prueba y una reconocida capacidad de trabajo. También, al igual que Mockus, es lento en tomar las decisiones por un exceso de miedo al error y a la Procuraduría.
Para muchos estas particularidades, las mismas que llevaron a su antecesor al Palacio Liévano, garantizarán que el programa original del gobierno Mockus no se vaya a alterar. Sin embargo todavía nadie se ha puesto de acuerdo en si eso es bueno o malo. Al fin y al cabo Antanas Mockus ha sido uno de los alcaldes más exóticos pero también uno de los más polémicos de la historia reciente. A pesar de su enorme popularidad no han sido pocos los bogotanos que han criticado el plan bandera de su administración, el de cultura ciudadana, precisamente el que manejaba Bromberg antes de ser nombrado alcalde. En el caos en que se sumerge a diario Bogotá, campañas pedagógicas como la de los pasos de cebra, las tarjetas blanca y roja y el respeto por los ciclistas se han convertido más en anécdotas efímeras que en soluciones reales.
Aún así, la cultura ciudadana seguirá siendo la consigna de Paul Bromberg. Y a pesar de que su paso por la Alcaldía será más bien breve -menos de un año-, lo cierto es que tal vez le toque enfrentar el período más duro de la administración: la ejecución de los proyectos. En estas circunstancias, del trabajo que desarrolle Bromberg dependerá no sólo su éxito como heredero de Mockus, sino buena parte del futuro del propio Antanas en su aventura como candidato presidencial.