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Laliberté tiene planeado estrenar un ‘show’ basado en Michael Jackson, el próximo año.

ESPECTÁCULO

El dueño del Circo

Llega a Bogotá el Circo del Sol, una de las compañías de entretenimiento más prestigiosas del mundo, creada por el excéntrico empresario Guy Laliberté.

16 de octubre de 2010

La primera vez que Guy Laliberté viajó con el Circo del Sol a Los Ángeles, gastó todos los ahorros de la compañía a sabiendas de que si el espectáculo fracasaba en taquilla, el grupo no habría tenido cómo devolverse a Canadá. Por suerte, los estadounidenses quedaron fascinados y en poco tiempo el joven convenció a varios empresarios de establecer un show en Las Vegas.

Hoy, además de la Ciudad del Pecado, sus superproducciones tienen sede en Orlando, Nueva York, Tokio y Macao. Pero ya no es necesario viajar a esos lugares para verlas. La compañía instaló la semana pasada en Bogotá una gran carpa para 2.500 personas, donde durante un mes se estará presentando Quidam, uno de sus shows más famosos. La acogida del público ha sido tal que las boletas se agotaron en una semana y los organizadores tuvieron que extender la temporada.

No es para menos. Desde su creación, hace 26 años, el Circo del Sol ha estado en 200 ciudades, y cerca de 100 millones de personas han visto alguna de sus funciones. El Circo habla el lenguaje universal de las emociones, por eso puede viajar a cualquier lugar del mundo, dijo a SEMANA Franco Dragone, creador de varios de sus espectáculos, incluido Quidam.

El cerebro de semejante proeza es el canadiense Laliberté, un acordeonista experto en caminar en zancos y escupir fuego, que en 1984 pasó de artista callejero a multimillonario. Laliberté abandonó el colegio cuando era adolescente y se dedicó a viajar por Europa. A su regreso a Québec, se unió a un grupo de teatro con el que recorrió la región. Poco después, cuando la ciudad se preparaba para celebrar su aniversario número 450, ganó una convocatoria organizada por el gobierno para realizar el show central.

Cirque du soleil fue el nombre que Laliberté escogió para el espectáculo, inspirado en el sol de las playas de Hawái, donde había estado de vacaciones. Su propuesta fue la más audaz porque, a diferencia de los circos tradicionales con animales amaestrados, decidió apostarle al ingenio humano.

"Guy es un visionario. Se arriesgó a tomar el camino contrario y mezcló arte, creatividad y 'marketing'", explicó a esta revista Gaétan Morency, vicepresidente del foro ejecutivo del Circo del Sol, en el marco de un panel del banco Bbva. La fórmula le dio resultado y en los 90, cuando el grupo estaba apenas arrancando, The New York Times lo llamó "el circo del futuro".

"A pesar de que es una empresa con más de 4.000 empleados, Guy interviene 100 por ciento en las obras y les da el visto bueno a todas", le contó a SEMANA Cynthia Clemente, productora general de Quidam. Los espectáculos han alcanzado una sofisticación tal que en Montreal guardan un molde cerámico de la cabeza de cada artista, para que en caso de que una peluca se dañe puedan producirla y enviársela de inmediato a cualquier destino.

"Guy respeta el proceso de creación del espectáculo y no tiene miedo de perder", admite Dragone. Gracias a que es un hábil negociante, tiene una fortuna estimada en 2.500 millones de dólares y se codea con la crema y nata de Hollywood, donde las malas lenguas dicen que muestra su faceta oscura. Según una biografía no autorizada, Paul McCartney, Bono, Robert de Niro y Naomi Campbell forman parte de la lista de invitados a sus legendarias fiestas, en las que abundan el sexo y las drogas. Pero también existe Cirque du Soleil: 20 Years Under the Sun, escrito por Tony Babinski, que deja intacta su imagen. "Es un hombre apasionado y atento a los detalles. Sabe muy bien lo que quiere el público", sostiene el autor.

Su fama no ha hecho más que crecer en el mundo entero, incluso en Colombia. Es tanta la expectativa que a muchos les cuesta trabajo creer que el dueño del Circo finalmente dio el visto bueno para que los 50 artistas de Quidam, entre acróbatas, contorsionistas, gimnastas, bailarines, payasos, actores y cantantes, seduzcan a los colombianos por primera vez.