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EL ESCRUTADOR

Luis Camilo Osorio, el hombre que se le midió a la difícil tarea de organizar diez elecciones en menos de un año.

11 de abril de 1994

UNO DE LOS GANADORES DE LAS ELECciones del domingo fue sin lugar a dudas Luis Camilo Osorio Isaza, el Registrador Nacional del Estado Civil. Y no tanto por el tiempo que tomó contabilizar los tarjetones en las 47.000 mesas instaladas a lo largo del territorio nacional, sino por todos los escollos que debió superar para que finalmente se pudiera votar en el país.
Esos escollos no han sido escasos ni de poca monta. El primero, por ejemplo, sigue vigente: el número de comicios que se ha previsto para 1994 en Colombia. No resulta nada fácil organizar diez eventos electorales en siete meses y medio. En efecto, no había acabado la Registraduría de escrutar los votos que definieron el nombre del candidato liberal, y la composoición del Senado y de la Cámára, cuando ya Osorio estaba montando la elección presidencial, cuya primera vuelta se realizará el 8 de mayo y la segunda, si se requiere, el 29 de ese mismo mes. Después el Registrador tendrá que darse a la tarea de alistar los cinco comicios del 30 de octubre, que definirán alcaldes y gobernadores, concejales, diputados y ediles de las Juntas Administradoras Locales.
Otro de los problemas que se vio obligado a superar fue la demora del Congreso en la expedición de la ley electoral, debido a que Colombia es quizás el único país del mundo donde se legisla en esa materia en plena campaña, cuando los intereses políticos priman sobre los de la organización de las votaciones. Para solucionar el lío, y lograr que los parlamentarios desempantanaran el proyecto, Osorio no tuvo más remedio que armar un escándalo declarándose en "emergencia electoral ".
Pero eso no es nada. A pesar de sus esfuerzos, se le vino abajo buena parte de la moderna estantería electoral que esperaba crear. Contra lo que él quería, se impidió que todos los jurados de votación fueran alumnos de décimo y undécimo grados, que se escrutaran los sufragios del exterior para las elecciones de Congreso, que tuvieran efecto los votos en blanco para estos mismos comicios y que entrara en vigor el voto automatizado -es decir, aquel que se produce por medio de un computador parecido al de los cajeros automáticos-. Y como si esa serie de reveses no fuera suficiente, la semana pasada, en vísperas de elecciones, Osorio debió ponerle el pecho al escándalo generado por la captura de uno de sus registradores auxiliares, en desarrollo del proceso iniciado contra el ex senador Rafael Forero Fetecua por posesión indebida de cédulas.
Sin embargo, este político frustrado, abogado javeriano con especialización en Economía Pública en Alemania, nacido en Medellin el 11 de noviembre de 1943, casado y con tres hijos, está dispuesto a seguir dando la pelea con quien le toque para que el país esté a la vanguardia en materia electoral. Todo ello a la hora que sea, pero solamente de lunes a viernes. Por que los fines de semana prefiere calarse un par de botas de caucho y refugiarse en su finca de Subachoque, donde tiene una ganadería de leche y donde descansa de verdad, pues, según dice, "las vacas no le discuten a uno". -