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EL GENERAL MOSQUERA

CON EL NOMBRAMIENTO DE GUILLERMO ALBERTO GONZALES MOSQUERA COMO MINISTRO DE DEFENSA, EL GOBIERNO LANZA A LA COMUNIDAD INTERNACIONAL UN MENSAJE EN PRO DE LOS DERECHOS HUMANOS.

10 de febrero de 1997

En la baraja de candidatos para suceder a Juan Carlos Esguerra en el Ministerio de Defensa el nombre de Guillermo Alberto González Mosquera parecía ser el más débil. Al fin y al cabo el emba-jador de Colombia en Venezuela estaba enfrentado a aspirantes tan duros como el vicepresidente Carlos Lemos Simmonds, el gobernador de Antioquia Alvaro Uribe Vélez y el ex presidente de la Andi Fabio Echeverri Correa. Sin embargo, con el tiempo su candidatura fue tomando forma. Si en un principio algunos observadores creyeron que lo que más le favorecía era su lealtad incondicional con el presidente Samper, sería otro factor el que decidiría su nombramiento.Analistas políticos como Fernando Cepeda han advertido que uno de los problemas más delicados que tendrá que enfrentar Colombia en el año que comienza será el tema del derecho internacional humanitario. De las reiteradas denuncias sobre la violación de los derechos humanos por parte de la fuerza pública se va a pasar a la investigación y condena internacionales. Y en este sentido Guillermo Alberto González parece reunir las características para lidiar ese toro. Descendiente del ex presidente Tomás Cipriano de Mosquera, el general que más guerras civiles peleó en el siglo XIX, y yerno del general Gerardo Ayerbe Chaux, quien fuera ministro de Defensa del presidente Carlos Lleras Restrepo, el nuevo titular de la cartera de Defensa goza de una tradición de hombre de paz y solucionador de conflictos. Durante el gobierno de Belisario Betancur conformó varias comisiones sobre el tema y más tarde sería el encargado de firmar la adhesión de Colombia al Protocolo II de Ginebra como representante del país en la oficina europea de las Naciones Unidas en Suiza.Su familia ha vivido en carne propia el drama del secuestro en varias oportunidades y él mismo fue víctima de un plagio por parte del ELN en 1989.Para algunos conocedores, sus dotes de pacifista y negociador podrían generar cierta reticencia en el interior de las fuerzas militares. Pero el alto mando es consciente de las dificultades que afronta en materia de derechos humanos y hay quienes afirman que, incluso, varios generales le habían pedido en privado al Presidente que nombrara un ministro con este perfil.Además de asumir el desafío de los derechos humanos, González Mosquera tendrá que demostrar que con su formación de ingeniero y administrador es capaz de lograr avances en la eficiencia de las Fuerzas Militares. Porque él, como buen negociador, sabe que para lograr la paz en Colombia primero habrá que hacer retroceder a la guerrilla.