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El gran ausente

Roman Polanski, cuya turbulenta vida incluye el asesinato de su esposa Sharon Tate a cargo de Charles Manson y una condena por haber violado a una niña de 13 años, fue la gran sorpresa en la noche de los Oscar.

30 de marzo de 2003

La sorpresa fue total. Los asistentes al teatro Kodak de Los Angeles no podían creerlo cuando escucharon el nombre de Roman Polanski como ganador en la categoría Mejor director durante la entrega de los premios Oscar. Y no porque su trabajo en la película El pianista no lo mereciera. De haber sido así la ovación no hubiera sido tan larga. En las últimas semanas el nombre de Martin Scorsese había cobrado fuerza y muchos ya lo daban por ganador. Pero sin duda el argumento que más pesaba contra Polanski era su turbio pasado.

Hace 25 años que el director francés de origen polaco no pisa suelo norteamericano. Si se atreviera a hacerlo sería arrestado de inmediato y muy probablemente tendría que pagar 50 años de prisión. Por eso fue el gran ausente de la noche. En 1977, a sus 43 años, Roman Polanski fue acusado en California de haber abusado sexualmente de Samantha Gailey, una niña de 13 años. Todo comenzó el 20 de febrero cuando él le pidió permiso a la madre de la niña para fotografiarla. Con la promesa de que saldría en la edición francesa de la revista Vogue ambas accedieron. "Pensé que esto ayudaría en mi carrera como actriz", aseguró recientemente Samantha, hoy de 39 años.

De acuerdo con el testimonio que Samantha dio en el juicio de 1977 el director realizó con ella dos sesiones fotográficas. En la primera llevó a la joven a una montaña y le pidió que posara con el torso desnudo. Ella no se opuso. Sin embargo reconoció haberse sentido incómoda al punto de que para el segundo encuentro pensó llevar a una amiga, pero no fue así. El 10 de marzo Polanski decidió que el mejor escenario para su trabajo era la casa de su gran amigo Jack Nicholson, quien en ese momento no se encontraba en Hollywood.

Una vez allí le ofreció a la niña una copa que constantemente llenaba con champaña para tomar las fotos mientras ella bebía. Luego le mostró un 'quaalude', un barbitúrico que puede tener efectos hipnóticos. Polanski tomó una parte de la tableta y la otra se la dio a Samantha, quien la ingirió con un sorbo de champaña. "No sé por qué me la tomé. Debía estar borracha porque de no ser así no lo habría hecho", explicó la joven en ese entonces. Minutos después Samantha estaba sin ropa posando en un jacuzzi, siguiendo las instrucciones del director. Pero luego todo dejó de ser una sesión fotográfica cuando él, desnudo, decidió acompañarla y se sumergió en el agua. Al instante ella salió del jacuzzi a pesar de la insistencia de él para que se quedara a su lado. Según Samantha, Polanski la siguió y tuvo relaciones sexuales con ella en la habitación contigua en contra de su voluntad, aunque por temor no opuso más resistencia que un leve murmullo de "no lo hagas". Luego él mismo la llevó a su casa. Por eso el director argumenta que el sexo fue de mutuo acuerdo.

Por este episodio Roman Polanski estuvo detenido durante 45 días para ser sometido a una evaluación siquiátrica ordenada por la corte. Como suele suceder en los casos de violación, los abogados de Polanski lo defendieron con el argumento de que la niña no era tan niña y que a ella el asunto le había gustado. Además lograron probar que anteriormente ya había tenido relaciones sexuales. Por este tipo de presiones las dos partes llegaron a un acuerdo que le evitaría al cineasta pasar un largo tiempo en prisión mientras que él accedió a declararse culpable de haber tenido relaciones sexuales con una menor de edad. Sin embargo, cuando Polanski se enteró de que un juez de la corte superior no estaba dispuesto a cumplirlo, decidió romper la libertad condicional y abandonó Estados Unidos un día antes de que dictaran la sentencia.

Este es sólo uno de los episodios dramáticos de los 69 años de vida de Roman Polanski. Películas como Chinatown (en 1974, protagonizada por Jack Nicholson), que obtuvo 10 nominaciones al Oscar, entre ellas mejor director; El bebé de Rosemary (1968) y Tess (1979) son la prueba de que su carrera como cineasta ha sido todo un éxito. Sin embargo su vida personal ha estado lejos de serlo.

"Desde pequeño siempre fui un fugitivo", aseguró en una oportunidad, haciendo alusión a su vida en el gueto de Cracovia. Aunque Polanski nació en París a los 3 años su padre, un judío polaco, decidió volver con su familia a Cracovia, una determinación que cambiaría sus vidas para siempre. Cuando tenía 6 Polonia fue invadida por Alemania y un año más tarde Roman fue testigo de cómo levantaban las paredes del gueto. Temiendo lo que pudiera pasar su padre ayudó a Roman a escapar a través de un pequeño agujero en el alambre de púas. Desde un escondite el niño pudo ver cómo los soldados alemanes se llevaban a sus padres. Nunca más volvería a ver a su madre, quien murió en el campo de concentración de Auschwitz. Su padre pudo salvarse y se reencontraron al final de la guerra, cuando Roman tenía 14 años. Parte de esta historia se cuela en su película El pianista, basada en los recuerdos de la ocupación nazi de Varsovia del músico judío Wladyslaw Szpilman.

En los años de la guerra Polanski convirtió las salas de cine en sus mejores escondites. Fue durante este período en que se convirtió en un ferviente cinéfilo, que empezó su carrera como actor y director en Polonia. Pero fue su primer largometraje, El cuchillo en el agua (1962), el que lo hizo conocer en Hollywood al ser nominado al Oscar como mejor película extranjera.

En el aspecto sentimental su vida también ha estado marcada por la tragedia. Después de un corto y fracasado matrimonio con la actriz Barbara Less, en 1967 conoció a la también actriz Sharon Tate, quien se convertiría en su esposa y en la víctima del asesinato más famoso de la historia de Hollywood. La mañana del 10 de agosto de 1969 la empleada de la mansión de los Polanski, ubicada en el número 10050 de Cielo Drive, salió a la calle gritando por lo que había encontrado. La escena no podía ser más dantesca: el cuerpo de Sharon colgaba de una viga del techo de la sala. Había sido acuchillada 16 veces en todo el cuerpo, incluso en su abultado vientre pues sólo le faltaban 15 días para dar a luz el primer hijo de Polanski. En la pared, escrito con su sangre se leía la palabra pig (cerdo). Hubo cuatro víctimas más, que se encontraban de visita la noche del incidente. El crimen fue cometido por la familia Manson, un grupo de seguidores de Charles Manson, el asesino más conocido de los años 60.

Desde que en 1978 huyó de Estados Unidos Polanski se radicó en Francia, de donde no puede ser extraditado. Allí conoció a su tercera y actual esposa, la actriz Emmanuelle Seigner, 33 años más joven que él y con quien tiene dos hijos: Morgane, de 10, y Elvis, de 5. Gracias a ellos su vida ha dado un giro y asegura haber encontrado la felicidad a pesar de su pasado turbulento. Pero la dicha no es completa pues a raíz de su nominación a los premios Oscar el tema de la violación resurgió.

Sin embargo, semanas antes de la ceremonia, Samantha escribió en el diario Los Angeles Times unas sorprendentes declaraciones: "No guardo resentimientos hacia él y tampoco simpatía. Pero creo que el señor Polanski y su película deben ser honrados de acuerdo con la calidad del trabajo". Y así fue.