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EL GUERRERO DEL CAMINO

Después de una larga racha de mala suerte, Roberto José Guerrero está a 500 millas de la gloria.

15 de junio de 1992

ROBERTO JOSE GUERRERO HA SIDO uno de los más tenaces deportistas que ha tenido el país. Pero también, uno de los que más desesperación ha producido a los colombianos. No porque sea malo. Al contrario. En todos estos años ha demostrado mucho talento para conducir un volante en medio de la velocidad. Sino, precisamente, porque es bueno, pero cuando se trata de tener un poquito de suerte, su estrella le es esquiva.

Guerrero ha estado muchas veces "a punto de...." ganarse algo, pero cuando está en el umbral de la gloria, algo pasa. En 1987 corriendo las 500 millas de Indianápolis y cuando lideraba la carrera a pocos minutos de terminar el circuito, se le dañó el carro. Todavía se escuchan los suspiros de los aficionados. Cuatro meses después, durante una práctica en el mismo circuito, se estrelló contra una barrera de protección.

Esa vez fue grave. 17 días en coma hicieron temer, no un retiro de las pistas sino de este mundo. Ya recuperado volvió a correr y, de nuevo, una barrera de contención disminuyó la velocidad de su carrera deportiva, que no se detuvo pero que encontró un cierre de su fatídico historial cuando, otra vez en Indianápolis, uno de los pilotos perdió el control de su auto y lo embistió dejándolo por fuera de la carrera.

Pero cuando ya sus seguidores se habían resignado a soportar la mala suerte, Roberto José Guerrero y su auto se instalaron en la "pole position" de las 500 Millas de Indianápolis que se corren este domingo 24 de mayo. Lo cual quiere decir, que en los entrenamientos resultó ser el corredor más veloz del circuito, lo que le da derecho a colocarse en el primer lugar a la hora de la largada de la carrera.

Su papá es un argentino que llegó al país como entrenador de ciclismo, y su mamá una paisa que se sienta frente al televisor a ver las carreras del hijo, pero con los ojos cerrados. Intentó estudiar ingeniería automotriz en Londres, cuando se le cruzaron las Fórmulas la 3 en el 80; la 2 en el 81 y la 1 en el 83 y ya no pudo bajarse de su auto. Se entrenío en la escuela Jim Russell en Inglaterra y después de haber pasado las pruebas que le reconocieron la madera, se radicó en los Estados Unidos. Ahí empieza la triste historia del tenaz guerrero y su carro averiado, hasta hoy cuando todas sus esperanzas están fincadas en Lola Buick. La dama es un automóvil con motor Buick (norteamericano) instalado en un chasis Lola (inglés) que hasta ahora ha resultado ser el más rápido de la pista.

El domingo se sabrá si Roberto José Guerrero rompe, por fin, no un récord de velocidad que ya rompió sino la mala suerte.-