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El Harry Potter malo

Artemis Fowl es un peligroso criminal de tan sólo 12 años al que le gusta robar, chantajear y secuestrar duendes. Sus aventuras son el ‘best seller’ infantil del Reino Unido.

22 de abril de 2002

“¿Como describir a Artemis Fowl? Varios siquiatras lo han intentado muchas veces y todos ellos han fracasado. El principal problema es la inteligencia de Artemis, pues emplea toda clase de artimañas para burlarse de los tests sicológicos a los que lo someten. Ha dejado perplejas a las mayores eminencias médicas y ha enviado a muchas de ellas en camisa de fuerza a sus propios manicomios. No hay duda de que Artemis es un niño prodigio, pero ¿por qué alguien de su talento se dedica a cometer toda clase de actos criminales?”.

La introducción del libro es suficientemente clara: Artemis Fowl no es un niño cualquiera. Detrás de su apariencia frágil se esconde un peligroso delincuente de escasos 12 años pero con la astucia suficiente para usar sus conocimientos tecnológicos y cometer toda clase de fechorías. La más osada hasta el momento ha sido secuestrar a un duende y exigirles a las criaturas mágicas una tonelada de oro como rescate.

Artemis Fowl no es precisamente un modelo a seguir pero aun así se ha convertido en uno de los personajes más populares del Reino Unido gracias al escritor irlandés Eoin Colfer.

Las comparaciones son odiosas, es cierto, pero el fenómeno generado por la obra de Colfer es tal que ya varios medios de comunicación británicos se refieren a Artemis Fowl como la versión malvada de Harry Potter. Mientras la creación de J.K. Rowling se caracteriza por la bondad de su corazón y por emplear sus poderes mágicos en favor de la humanidad, el protagonista de la obra de Colfer es un muchacho codicioso y manipulador que emplea la tecnología, entendida como la magia del siglo XXI, para satisfacer su avaricia.

Si Harry Potter tiene como aliados a los incondicionales Ron Weasley y Hermione Granger, Artemis Fowl también cuenta con dos fieles seguidores: los hermanos Butler y Juliet, quienes trabajan como criados en la mansión de la familia Fowl en Irlanda. Butler hace las veces de mayordomo y guardaespaldas, oficio para el cual está bien equipado como afirma el propio Artemis: “Yo voy desarmado pero Butler lleva una Sig Sauer semiautomática en la sobaquera. Dos machetes en las botas, una Derringer de dos cañones en la manga, hilo de nailon para estrangulamientos en el reloj, tres granadas aturdidoras escondidas en varios bolsillos y una porra metida por dentro de la camisa”.

Colfer define a Artemis como un héroe villano, una mente criminal que a veces tiene ataques repentinos de moralidad que lo hacen cambiar de planes, como cuando decidió sacrificar parte de su dinero por el bienestar de su madre enferma. Con estas tribulaciones el autor pretende mostrar cómo las personas, por más frías y calculadoras que sean, también tienen su corazoncito. En palabras de Colfer, Artemis Fowl es la versión de Duro de matar en cuento de hadas.

La malicia de Artemis ha sido muy provechosa para el autor, quien recibió un adelanto de más de un millón de dólares por el libro, sin contar con la compra de los derechos cinematográficos por parte de la productora Miramax, que a finales del próximo verano comenzará a filmar la primera película sobre el villano adolescente. Para cerrar con broche de oro la racha de éxitos Artemis Fowl fue premiado como el mejor libro para niños en 2001 en la entrega de los British Books Awards y recibió la misma distinción en la premiación de los VHSmith Book Awards de 2002.

Colfer asegura que comparar a Artemis Fowl con Harry Potter es tan absurdo como comparar una manzana con una naranja y que, si bien es un gran admirador del trabajo de J.K. Rowling, no está interesado en copiar sus historias.

La diferencia entre los dos autores salta a la vista al leer los primeros párrafos de la obra. Los duendes, elfos, enanos y troles de Colfer son una mezcla entre los personajes de los cuentos de hadas y los guerreros de los cómics de ciencia ficción. Holly Canija, la duende secuestrada por Artemis Fowl, es en realidad una agente del cuerpo élite del PES, la Policía de Elementos del Subsuelo, algo así como el DAS de las criaturas mágicas. En la imaginación de Colfer los duendes no esconden una olla de oro al final del arco iris, como dicen las leyendas irlandesas, sino que el PES tiene un fondo especial para rescates en caso de que alguno de sus miembros sea capturado durante una misión. Mientras que en el universo de Harry Potter lo importante son los hechizos y las varitas mágicas, para sobrevivir en el mundo de Artemis Fowl es necesario controlar la tecnología.

Los adelantos científicos de las criaturas mágicas harían palidecer de envidia a James Bond pues los duendecitos se transportan a la superficie terrestre en naves ultramodernas que viajan por ríos de magma, utilizan lentes de contacto con rayos láser y videocámara incluida, tienen en su poder la ingeniería para detener el tiempo y si la cosa se pone difícil en combate pueden recurrir a la biobomba, un arma radiactiva capaz de destruir cualquier forma de vida en 14 segundos.

Las críticas sobre el presunto carácter violento del libro no se han hecho esperar, sobre todo entre los padres de familia, que consideran que la literatura infantil debería seguir siendo un remanso de paz para los jóvenes en contraposición con la agresividad manifiesta de las series televisivas.

Colfer, por su parte, se mantiene ajeno a las críticas y para comprobarlo el próximo mes de mayo lanzará la siguiente aventura de Artemis Fowl, quien esta vez hará de las suyas en el frío del Artico.