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EL HOMBRE DE ACERO

El mundo celebra por estos días los 60 años del nacimiento de Superman,el más popular héroe de historietas.

20 de julio de 1998

Cuando el editor Harry Donnen-feld compró los derechos de publicación de Superman a Jerry Siegel y Joe Shuster, un par de adolescentes que inventaron el personaje y lo hicieron aparecer porprimera vez en 1938 en la revista de historietas National Comics Actions, sus creadores creyeron que habían hecho un excelente negocio al cobrar la nada despreciable suma de 120 dólares. Hoy, 60 años después, resulta una paradoja constatar que el verdadero negocio estaba por verse.
Porque no hay ninguna duda de que, a pesar de llegar a su sexagésimo aniversario, Superman sigue siendo el héroe más popular de las historietas de acción. Prácticamente no existe nadie en el planeta que no haya soñado en su infancia con tener sus poderes y su fama es por lo menos equiparable a la del propio ratón Mickey. A los comics tradicionales, cuyos números actualizados se venden como pan caliente y algunos de ellos se han transformado en verdaderas joyas de colección, se han sumado obras teatrales, series de televisión y la taquillera secuencia cinematográfica que lanzó a la fama a Christopher Reeve, además de toneladas de juguetes y figuras alusivas a su figura, todo esto comercializado en el mundo entero con un éxito que ha impresionado por su longevidad.
Pero no todo ha sido color de rosa para el hombre de acero. Al poco tiempo del nacimiento de Superman surgió una dura competencia en la fisionomía de un personaje que se convertiría en su contraparte: Batman. Si Superman era el héroe de la luz, Batman sería el héroe de las tinieblas. Si Superman encarnaba la perfección moral, Batman representaría la superación de los complejos. Si Superman era un héroe galáctico, Batman sería un héroe terrenal. Con el tiempo la ambigüedad del hombre murciélago llamó tanto la atención entre los jóvenes que su popularidad llegó incluso a superar a la de su oponente volador. Las nuevas generaciones se identificaban más con la figura de un héroe humano que con la de un ser extraterrestre y todopoderoso. A comienzos de la década del 90 las historietas de Batman superaban a las de Superman en proporción de cinco a uno, circunstancia que obligó a los editores de Superman a darle un nuevo aire. En 1994 literalmente decidieron matarlo, sólo para resucitarlo meses después con un vigor que logró posicionarlo de nuevo en las mentes de los adolescentes. Incluso consumó su matrimonio con Luisa Lane en un número que devoró la atención de los aficionados y lo obligó a poner de alguna manera los pies sobre la tierra.
Hoy las aventuras de Superman no tienen nada que ver con las candorosas y elementales historietas de su juventud, pues la ciencia ficción ha demostrado volar mucho más rápido que él. Sin embargo su sólo nombre es ya un patrimonio del que bien pueden apropiarse todas las generaciones.