El hombre sin cara ahora sonríe

La medicina moderna es capaz de hacer milagros. De eso está seguro Richard Lee Norris, de 39 años, quien gracias a una de las operaciones más complejas de la historia pasó de vivir detrás de una máscara a protagonizar este mes la portada de GQ, la prestigiosa revista para hombres.  En 1997, el estadounidense, borracho, se disparó en la cara con una escopeta después de un altercado con su mamá. El traumático accidente lo desfiguró y lo dejó sin dientes ni nariz. Durante los siguientes 15 años, Norris fue víctima de abusos y burlas, por lo que prefería salir de noche para pasar desapercibido. Pero su vida cambió drásticamente en 2012, cuando un doctor de la Universidad de Maryland le propuso someterse a un trasplante facial. El estadounidense, hastiado de operaciones comunes que no surtían efecto, no dudó en hacerlo, a pesar de que solo tenía 50 por ciento de chance de sobrevivir. En la cirugía, que contó con 150 médicos y duró 36 horas, los expertos le reemplazaron la mandíbula, los dientes, la lengua, los músculos y los nervios de la cara. Hoy Norris ya puede hablar y comer, y estudia Arte por internet.