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El lunar de la fiesta

La celebración de los 60 años en el trono de la reina Isabel II se vio opacada no solo por la lluvia, sino también por el frágil estado de salud de su esposo.

9 de junio de 2012

La celebración de los 60 años en el trono de la reina Isabel II se vio opacada no solo por la lluvia, sino también por el frágil estado de salud de su esposo. El príncipe Felipe tuvo que ser hospitalizado de urgencia a causa de una infección en la vejiga un día después del fastuoso desfile de 1.000 embarcaciones por el río Támesis. De inmediato la prensa británica atribuyó la recaída al hecho de que el duque permaneció de pie al lado de su mujer durante cuatro horas seguidas, sin siquiera poder ir al baño. En su caso, semejante esfuerzo puede salirle muy caro, pues todavía se está recuperando de la cirugía de corazón que le practicaron hace solo cinco meses. El palacio de Buckingham publicó un comunicado en el que asegura que el príncipe consorte se encuentra estable pero, al cierre de esta edición, lo más seguro es que el domingo tenga que pasar en cama su cumpleaños 91.